La Anunciación
Nos encontramos ante una obra “La Anunciación” de Fra Angélico, fue pintada hacia el año 1426. Su estilo es del Renacimiento, especialmente de la época del Quattrocento.
A través de la iconografía podemos observar que su tema tiene como fuente el evangelio de San Lucas, donde se escribe el momento en el que el arcángel Gabriel es enviado a visitar a María para darle la noticia de que será madre del Mesías, el salvador del mundo. Pero hay otra escena que se encuentra junto a la presencia de Gabriel y María la escena de expulsión del Paraíso de Adan y Eva. Hoy en día se encuentra en el museo Nacional del Prado
En la parte central del cuadro hay un retablo, donde se representan dos escenas
La primera escena representa cuando el ángel expulsa a Adán y Eva del paraíso tras haber cometido el pecado original al ser tentada Eva por la serpiente y el consiguiente castigo por parte de Dios a ambos personajes. En este espacio está el jardín lleno de flores. Sobre el ángel que expulsa a la pareja aparecen las manos de Dios que podemos apreciar en el sol, de las que emana un rayo de luz dorada que en diagonal llega hasta María. Al final de este rayo hay una paloma, aludiendo al Espíritu Santo.
La segunda escena representa la Anunciación del ángel Gabriel a María de que iba a ser madre del Salvador prometido por Dios a los hombres. El arcángel en actitud seria ocupa el centro de la composición y María que se muestra tímida, modesta, bajando su mirada, aparece un poco desplazada hacia la derecha, sentada y con las manos cruzadas sobre el pecho y con un libro sobre su pierna.
Las dos escenas se relacionan por el hecho de que Dios expulsó a Adán y Eva del edén, pero les prometió que les traería un Mesías; de ahí que el rayo de sol de la escena de la izquierda (expulsión del paraíso) con la mano de Dios, descienda y alumbre directamente hacia el rostro de María, que será la madre del Salvador que anunció Dios.
La escena de la Anunciación transcurre en un edificio de estilo renacentista abierto por un par de lados, con un marco arquitectónico abovedado típico de la época, con arcos de medio punto que descansan sobre columnas clásicas de orden corintio y jónico.
Sin embargo la pintura azul de la bóveda es una herencia del gótico internacional. En la enjuta central de los arcos podemos ver un rostro que corresponde a Dios Padre. El espacio donde están Maria y Grabiel podemos ver como se abre al fondo hacia otra habitación, en la que se ve un banco, transmitiendo la sensación de profundidad.
Mientras en la izquierda podemos observar la expulsión del Paraíso, con gran simbolismo, ya que si con Adán y Eva llegó el pecado, con Cristo llegará la redención.
La técnica que utilizó el autor en la obra es el temple sobre tabla, realiza el proceso de imprimación, alisando la tabla y dándole una capa de cola, tapando sus poros, para más tarde aplicar una capa de yeso mezclado con agua obteniendo un fondo blanco, donde se realizará el dibujo preparatorio y se procede a pintar con los pigmentos disueltos en agua y templados o engrosados con huevo, caseína, goma, o una solución de glicerina.
Su soporte es el retablo, es decir está pintado sobre tabla y preparado con imprimación. La pincelada de esta obra destaca por ser muy fina, consiguiendo como resultado una imagen de gran belleza; la textura que presenta la pintura, es lisa.
Tanto el dibujo como el color son importantes en el cuadro, ya que gracias al dibujo se consigue perfección en las figuras, y el color aporta a la escena la paz, tranquilidad y belleza del momento representado.
La imagen se encuentra muy bien iluminada, ya que el sol brilla en todo su esplendor, por lo que la apariencia que le aporta es de ser un día maravilloso, por tanto es luz natural. Esta es la impresión que quiso ofrecer el autor, porque esta escena tan fantástica no podría haber estado iluminada de otra forma, ya que ese rayo de luz que alumbra el bello rostro de María, significaba un rayo de esperanza para el ser humano.
Predominan colores pasteles en la representación, muy típico de Fray Angélico, pertenecientes en su totalidad a la gama fría, aportando sobriedad, paz, y sobre todo belleza a la escena. También cabe destacar el uso del pan de oro, que acerca su pintura a la pintura gótica del Trecento italiano.
La tabla tiene una predela en la parte inferior, obra del mismo autor, que presenta episodios de los Evangelios: el Nacimiento, la Visitación, la Adoración de los Magos, la Presentación en el Templo y el Tránsito de la Virgen.
Se trata de una obra realizada alrededor del año 1430, es decir, en un momento de transición entre la pintura gótica y el Renacimiento. De la época medieval quedan rasgos como la minuciosidad propia de la miniatura, como puede verse en la flora delante de Adán y Eva, en las detalladas alas del ángel o en su halo dorado. La luz y el color son ya renacentistas, así como la austeridad de la arquitectura.
Desde mi punto de vista esta obra representa uno de los momentos más importantes para el cristianismo. Me sorprende el uso de colores tan suaves y que la obra esté tan bien iluminada. Además, me ha encantado la gran cantidad de detalle y de colores en las alas de Gabriel, es algo impresionante y de destacar.
Muy buen trabajo. Enhorabuena.