Fue una pintura del autor Goya y data del año 1777. Esta obra se pintó al oléo sobre lienzo y se localiza en el museo del Prado (Madrid) pero había permanecido en Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara al Palacio Real de Madrid, en los sótanos del oficio de tapicería.
Otro dato es que pertenece a la serie realizada para decorar el comedor de los príncipes de Asturias en el Palacio de El Pardo ( futuro Carlos IV). Esta obra es una de las más conocidas del autor, que se caracteriza por su belleza intrínseca.
.Se trata de una escena costumbrista muy habituales en la época y de influencia de la moda francesa que refleja alegría.Está alejado de las gitanas y las naranjeras que Goya había representado en los otros cartones de la serie.
Aparecen dos jóvenes, una mujer aristócrata y su criado o cortejo vestido a lo “majo”. Coloca en un primer plano a los protagonistas, y consigue darle profundidad al paisaje mediante la silueta del árbol a la derecha y el paisaje esquemático como fondo (el mismo esquema que utilizó en su otra obra: El bebedor, rompiendo con el esquema que Bayeu le había enseñado). Aún así no hay mucha profundidad, el autor utilizó pese a esto es esfumato.
La originalidad de Goya hay que buscarla en la espontaneidad, realismo y naturalidad con que Goya hace aparecer la anécdota, la expresión de una cercanía al espectador gracias a las miradas de los protagonistas. Además gracias a este juego de miradas, se marca ritmo en la pintura.
Utiliza colores luminosos (estudio lumínico) y con tonos vivos pasteles. Los tonos cálidos empleados, como es el amarillo, otorgan una enorme alegría a la composición, alegría reforzada por las expresiones de las dos figuras. Hay fuertes contrastes de tonos en el hombro del mozo y la matizada difusión de la luz sombreada en el rostro de la joven, están resueltos con una maestría poco común. Además se aprecia la luz en la sombrilla, destaca también la diferencia de luz, de la que se refleja y la que es directa ( rostro de la chica y del chico respectivamente).
Tiene una composición claramente triangular (triángulo equilátero) en la chica, reflejando una gran serenidad. En este esquema compositivo desempeñan un papel importante los matices de color: la mancha verde de la sombrilla, los tonos entre amarillos y ocres del traje del joven, el rojo del chaleco de él y del adorno de la cabeza en ella, el azul del corpiño femenino y el amarillo de su falda. Mientras que el tono blanco en la parte baja destaca aún más por la presencia de un pequeño perro negro tumbado ante la chica.
Goya y el contexto histórico.
El estilo de Goya era único, pues era el antecedente a las vanguardias y por ello sus pinturas tenían características de distintos estilos pictóricos.
Podemos afirmar que Goya es antecedente del romanticismo, al impresionismo, de el expresionismo y de lo irracional y lo ilógico luego explotado por el surrealismo.
En esta obra podemos decir que Goya hacía un anticipo al expresionismo ya se puede observar perfectamente la deformación. Ese mundo atormentado, ese mundo del que el inconsciente aflora, está presente en la amargura de Goya. Es la decepción anticipada por el fracaso utópico en el que la razón sería el principio rector.
Por esto podemos decir que Goya supone una transición entre una fase que se acaba, el clasicismo, y otra que se inicia, lo postclásico.
Además Goya es un fiel testimonio de los cambios en España de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Su vida coincide con varios acontecimientos importantes en la historia de España.
Goya vivió el reinado de Carlos IV, fue pintor del rey Carlos III y más tarde del Carlos IV. El reinado estuvo marcado por la Revolución francesa ya que se cerraron todo tipo de contactos con Francia por temor a la propagación de las ideas revolucionarias.
Estuvo presente en las abdicaciones de Bayona en la figura de Napoleón Bonaparte, que iniciara una nueva etapa de alianza con Francia.
Goya también vive la guerra de independencia, en la que la sociedad española queda dividida, suceso que le marcará mucho a la hora de hacer sus obras, incluyendo Saturno devorando a un hijo.
Por último también vive durante el reinado de Fernando VII. Al terminar la guerra, Goya volvió a ser pintor de cámara, pero esta vez de Fernando VII. La represión de este monarca contra los liberales, con cuya ideología se había sentido identificado Goya, le hicieron aislarse y atormentarse, una de las razones que da sentido a esta pintura que luego explicaremos.
Valoración:
Goya, autor de esta obra es considerado artista universal por ser uno de los precursores de muchísimos estilos posteriores a él, es por ello que esta obra tanto como las otras es de suma importancia pues representa un estilo único y complejo.
Comentario muy completo y desarrollado. Vendría bien referenciar las fuentes que has utilizado.
Hay una parte que me confunde un poco ¿Es este cuadro antecedente del expresionismo? ¿o se te ha colado al copiar el fragmento?