El pensador

 

Nos encontramos ante una escultura del siglo XIX (1880) esculpida por Auguste Rodin y fue encargada por el Museo de Artes Decorativas de París e ideada como la pieza clave que presidiría Las Puertas del Infierno con una posición similar a las figuras sagradas de los portales góticos; por lo tanto, es un juez y al mismo tiempo un prisionero en el infierno. Es una proyección del escultor, del artista en general, que confronta a los críticos de su época y a los que también juzga.

Es una escultura de estilo realista hecha de bronce de unos 180 cm y ubicada en el Museo Rodin, París. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y universal, que representa claramente la transición del pensamiento medieval al renacentista.

En esta obra de Rodin se observa el interés por la espontaneidad plástica y el romanticismo con un  cierto matiz impresionista que heredo principalmente de Miguel Ángel, su principal inspiración .

Por otro lado, podemos observar que Rodin utilizó sus manos al esculpir la obra para darle rugosidad y un estilo más naturalista. El   hecho de que la estatua se encuentra poco pulida provoca, en su   superficie, fuertes contrastes entre luces y sombras que ayudan a    transmitir al observador el sufrimiento del pensador. A su vez, la    pieza está cerrada en sí misma con un brazo sosteniendo la barbilla y otro apoyado sobre la pierna mientras que la espalda parece formar un arco.  Aparentemente se encuentra en reposo, realizando la acción de pensar y desnuda, donde se pueden ver todos sus músculos y el efecto que le da Rodin a ellos (brazos y piernas pronunciadas y exageradas).

Finalmente, existen más de veinte versiones de esta obra distribuidas en diferentes museos alrededor del mundo, como lo podrían ser: El pensador de Argentina, Madrid y Ciudad de México.

 

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