La alegría de vivir, de Matisse
Nos encontramos ante la positiva obra “La alegría de vivir” del artista Matisse con la técnica óleo sobre lienzo en el año 1905 y de movimiento fauvista. Hoy en día podemos disfrutarla en el museo Fundación Barnes en Estados Unidos.
Esta obra representa el mito de un país imaginario donde reina la felicidad, llamado Arcadia. Esta obra tiene lugar en un ambiente idílico de naturaleza, el cual parece una playa, con personas desnudas que bailan, tocan instrumentos, hablan y se enamoran, quienes según el mito eran una comunidad de pastores que vivían en comunión con la naturaleza.
En esta obra, a través de manchas de color, las tonalidades amarillas y ocres se combinan logrando un contraste con el tono rosado de los cuerpos desnudos, además de los tonos rojos y verdes de los árboles que son colores complementarios logrando un equilibrio en la obra. Todo esto lleva a que el color sea el elemento principal de esta obra, ya que alejaba la búsqueda de la representación de la realidad, siendo algo innovador puesto que era tradicional desde el Renacimiento
En la composición de la obra es abierta y simétrica, podemos apreciar como los árboles enmarcan la escena al rodear toda la parte superior y de los lados.
Sobre los personajes son planos y antinaturalistas, ya que deforman la realidad y siguen un canon ensanchado. Sus colores saturados y sus curvas incrementan los sentimientos, además de que predomina la línea sobre el color, siendo rodeadas por una línea fina y curva. Los arabescos forman sus cuerpos curvilíneos, como lo podemos ver en la mujer de la izquierda que adorna su cuerpo con una guirnalda de flores. Por último, sus posiciones son dinámicas e inestables.
Su foco de luz es antinatural y proviene de diferentes ángulos, uno de ellos son las dos figuras centrales del cuadro y la superficie amarilla sobre la que están. Su perspectiva es lineal, ya que podemos ver un cambio de tamaños en las figuras si comparamos las figuras del centro con las que desprenden la luz.
Lo que intenta transmitir a través de sus personajes es una invitación a dejarse llevar y centrarse en lo positivo, lo cual corresponde con su corriente, el fauvismo, que invita al espectador a disfrutar de la vida.
A finales del s. XIX y principios del XX las actividades relacionadas con el espíritu humano se vuelven una encrucijada, debido a los procesos deshumanizadores de la industrialización y de la situación política internacional. A esto lleva a una nueva visión del mundo que no es estática ni eterna, sino fragmentada e inestable, por ello el arte elabora propuestas de ruptura absoluta junto al lenguaje artístico del Renacimiento.
Esta obra me ha encantado, creía que no me iba a gustar por ser simple y tener pocas cosas de las que hablar, pero me ha sorprendido por tener detalles ocultos como que la figura del fondo más tarde el autor de esta obra la reciclará para una de sus otras obras llamada La Danza.
Excelente trabajo.