fecha: 1893.
Técnica: óleo, temple y pastel sobre cartón.
El grito se ha convertido en un cuadro símbolo al igual que el Guernica, en este caso símbolo de la soledad , de la angustia dentro de nuestro mundo .
El pintor describió su propia experiencia que le llevó a realizarlo » Una noche anduve por un camino. Por debajo de mi estaba la ciudad y el fiordo. Estaba cansado y enfermo. Me quedé mirando al fiordo , el sol se estaba poniendo. Las nubes se tiñeron de rojo como la sangre. Sentí como un grito a través de la naturaleza. Me pareció oir un grito. Solo, temblando de angustia, sentí el grito vasto, infinito de la naturaleza. Pinté este cuadro, pinté las nubes como sangre verdadera. Los colores gritaban».
En primer plano una figura monstruosa, casi cadavérica , aterrada se tapa los oidos, su boca profundamente abierta hace que la mandíbula parezca desencajada y sus ojos aterrados , la propia naturaleza ondulante parece responder al grito pero no los personajes que como siluetas aparecen en el puente.
Los contornos sinuosos del personaje central, las diagonales de la barandilla y las líneas sinuosas del fiordo crean un efecto dinámico, de agitación. En cambio las rectas de las siluetas crean la sensación de quietud , de pasividad. Predomina el color sobre la línea.
Los colores son arbitrarios , planos con fuertes contrastes entre los tonos cálidos como los naranjas del cielo y sus reflejos en el mar y los fríos como los azulados del resto.
La luz no es natural, no se observa ningún foco.
En cuanto a la creación de espacio el punto de fuga de la perspectiva se encuentra al final de las diagonales del puente .
El tratamiento de las figuras se caracteriza por la deformidad en la figura central que parece una calavera.
El comentario debería completarse con un contexto histórico y una valoración personal.