BECREA MÁLAGA ENTREVISTA A JOSÉ GARCÍA GUERRERO

Hoy tenemos el inmenso honor de hablar con José García Guerrero, o como todos lo conocen: Pepe García. En el mundo de las bibliotecas no necesita presentación, porque su influencia es infinita y todo lo que se ha construido en este campo parte de él. Hablar de bibliotecas escolares es hablar de Pepe García, cuya labor ha formado generaciones de bibliotecarios de los centros de Málaga y el resto de Andalucía.

Después de más de tres décadas dedicadas al fomento de la lectura, la formación del profesorado, y la educación en general, a él le debemos una herencia inconmensurable: ha sido parte del Plan Andaluz de Fomento de la Lectura, también del Pacto Andaluz por el Libro y, sin duda, es el responsable del impulso que se dio a las bibliotecas escolares por la Delegación Territorial de Educación de Málaga, fue creador y director de la revista Libro Abierto y el artífice de la actual Red Andaluza de Bibliotecas Escolares. Su producción bibliográfica en torno a las bibliotecas escolares ha sentado las bases de todo lo que hoy se ha conseguido. Le debemos muchísimo y desde aquí se lo agradecemos.

Hoy lo entrevistamos porque ha salido a la luz Inquietud y Caricia de la Lectura en Almuzara, su nuevo libro, que es una deliciosa invitación a la valoración de la condición lectora desde diversas ópticas, con diferentes miradas. Una lectura que cualquier apasionada o apasionado de los libros y las bibliotecas hallará como fuente de deleite y a reflexión.

Voy a tutearte a petición tuya.

Toda lectura es infinita y a leer nunca se aprende”. Menuda frase, Pepe. Es toda una declaración de intenciones sobre la condición lectora. Para nuestros lectores, cuéntanos qué vamos a encontrar en tu libro que nos lleva a esta afirmación tan inquietante.

Es un librito bellamente editado y con un contenido en tono humanista. En él vais a encontrar en trece capítulos breves y setenta páginas, una alabanza al quehacer de las bibliotecas escolares, aderezada con reflexiones y consideraciones sobre la relevancia que los libros y la lectura tienen a la hora de configurar nuestra personalidad y nuestra condición, tanto en el período de estancia en la institución escolar, como fuera de ella y para siempre. Asimismo, se describen las constantes en las acciones de fomento lector que permitan desarrollar el potencial de las bibliotecas escolares y una política de lectura capaz de generar ambientes lectores en los centros.

En cuanto al subtítulo, “Sobre bibliotecas escolares, libros y lectura en contextos educativos”, no puede ser más adecuado a nuestro campo ¿Qué crees que se ha conseguido y qué queda por conseguir al abordar la lectura en el campo educativo?

Se ha conseguido acceso a recursos librarios seleccionados y equilibrados, se ha desarrollo la infraestructura bibliotecaria, se ha incrementado el repertorio de materiales específicos de apoyo al profesorado y se ha mejorado la calidad de su formación en el ámbito de la lectura y uso de las bibliotecas.

Otro tímido avance a considerar es que hoy al hablar de lectura o de fomento de la lectura no solo se habla ya de lectura literaria y de que la lectura y su fomento sea competencia exclusiva del profesor especialista. Se ha conseguido poner en valor los tiempos dedicados a la lectura atenta, porque se trata también de tiempo y de atención.

Queda por conseguir que la atención no se vea mermada por el uso inadecuado de dispositivos tecnológicos de interrupción; queda por afianzar un incremento del uso de las bibliotecas escolares como entornos de desaceleración, articuladores de acciones transversales y de espacios para compartir lecturas y tiempos de lectura; queda por leer en la escuela pocos libros bien leídos, abandonando el celo de leer cuanto más mejor; queda por centrar las acciones de la política de lectura en pocas actividades nucleares y alejarnos del activismo y los cantos de la “animación a la lectura”; queda por incrementar el tiempo de dedicación a la biblioteca por parte del responsable, garantizando continuidad y estabilidad.

Como lector que fue en la infancia y la adolescencia, ¿qué crees que ha mejorado y qué ha empeorado en las políticas educativas en torno a la lectura?

Esta pregunta está relacionada con la anterior. En líneas generales no creo que se haya empeorado en las políticas de lectura. La escuela recibe mil estímulos externos que dispersan mucho los esfuerzos que se hacen en el campo de la lectura. Creo que los proyectos, planes y programas vinculados a la lectura, recibidos e implementados por los centros en sucesivas convocatorias no resultan todo lo efectivo que de ellos se esperan. Por otra parte, hay que normalizar la política de lectura en los centros y convertirla en eje central de la acción educativa, sin esperar recetas vengan de donde vengan y con el apoyo siempre de bibliotecas escolares excelentes y bien regentadas. En ese sentido, considero que actualmente la senda que se ha tomado en este ámbito es más razonable.

Siempre digo que la lectura es una actividad compleja, que requiere conocer un código, un conocimiento de lo que se está hablando, establecer conexiones, etcétera. ¿Qué ofrece tu libro para afrontar el fomento de la lectura en la enseñanza obligatoria?

Creo que puede coadyuvar, por un lado a provocar una parada necesaria que lleve a reflexionar sobre prácticas, actividades, intervenciones y rutinas que damos por válidas, pero que posiblemente no ayuden a los fines propuestos y, por otro, a valorar ciertos giros lentos en la praxis que procuren acciones más sólidas y eficientes.

Tus libros no faltan en una biblioteca escolar, han supuesto los cimientos de este crecimiento exponencial de las últimas décadas, pero ¿qué añade nuevo este libro a todo lo que ya nos has regalado?

Considero que el valor añadido de este texto en relación a los anteriores, más centrados en propuestas de intervención muy específicas, estriba en que se focaliza en señalar la sencilla misión de las bibliotecas escolares con el fin de evitar la dispersión y el activismo y la esclavitud de hacer continuamente muchas y “novedosas” cosas. Apelo a la necesidad de no ir por libre y que tanto las bibliotecas como el profesorado en sus aulas confluyan en el cómo, principalmente, y en el qué hacer en el marco de una política de lectura del centro articulada y reposada.

Esta pregunta se la hice a Jordi Sierra i Fabra como escritor, pero ahora te la hago a ti como especialista en la materia: la lectura no es sólo la llave a cualquier desarrollo cognitivo, sino que también es un refugio, una forma de vivir otras vidas, otras épocas, otros mundos, de comprenderlos, de comprenderse a uno mismo y a otros. ¿Qué le dirías a niños y niñas para que comenzaran a leer? ¿O para que la retomaran en el caso de los adolescentes, que es cuando baja la curva de lectura?

Que van a descubrirse a sí mismos y autoconocerse. Que van a cubrirse con ropas elegantes. Que van a vivir más y mejor si se adentran en la lectura de libros diversos. Que si practican con regularidad la lectura van a entender y gozar y sufrir con más intensidad el mundo. Que se puede vivir y respirar sin libros, pero que a través de los libros se enriquece la vida, se conoce y reconoce la condición humana.

Ahora bien, dicho lo anterior. Lo que “mola” es que no se les diga nada y que se contagien del virus de la lectura viendo y sintiendo cerca y regularmente el ejemplo y el entusiasmo lector de padres, maestros y amigos y disfrutando de los ambientes de lectura generados en la biblioteca escolar y en el propio centro.

¿Cómo ve el panorama de la lectura entre los jóvenes? ¿Hay alguna recomendación que harías para las bibliotecas escolares de la actualidad y por qué?

Los jóvenes tienen mil estímulos y requerimientos, amén de deambular por un período vital pleno de incertidumbres y cambios. Leen más de lo que pensamos, a pesar de lidiar en mil batallas. Hemos de laborar en los centros por estimular la atención, la lentitud y procurar los espacios para compartir. Las bibliotecas escolares pueden arbitrar estrategias con tiempos que incidan en equilibrar el acercamiento a lecturas clásicas y contemporáneas, generando interés y conversación sobre libros de épocas diferentes.

Las bibliotecas han de enfocar el trabajo anual al apoyo a los requerimientos del profesorado para desarrollar el tiempo de lectura y articular una o dos intervenciones generales al año que afecte a todo el centro (una exposición temática derivada del currículo con materiales elaborados por el alumnado, un programa de educación información para algunos ciclos, un programa de elaboración de glosarios y diccionarios personales para incrementar y mejorar el léxico, a modo de ejemplos).

Inquietud y caricia de la lectura es un título sugerente donde los haya, ¿por qué esa dualidad?

Esta ambivalencia del título tiene que ver con la experiencia de lectura que, bajo mi punto de vista, no ha de constituir una práctica pasiva e indiferente al mundo, sino una posibilidad de leer el mundo, de rebelarnos e intervenir en él y, también, a veces, de cobijarnos del dolor, los males e injusticias de la existencia y del mundo.

Me surgió la idea del título al leer dos libros. El primero de ellos, La sabiduría de la incierto. Lectura y condición humana, del filósofo Joan Carles Mèlich, donde se pone énfasis en la lectura como hecho transformador, inquietante y como forma de vida. Y el segundo, Manifiesto por la lectura. Caligrafías del cuidado, de la afamada Irene Vallejo, que pone el énfasis en la lectura como cuidadora, sanadora, civilizadora.

Creo, por lo tanto, en el desarrollo de una condición lectora que navegue en la dualidad declarada en el título, por cuanto la lectura atenta tiene de inquietante -experiencia y forma de vida desasosegante, transformadora, dolorosa- y de caricia -experiencia y forma de vida gozosa, consoladora, benefactora-. Y que estos dos aspectos, unidos a la lectura como fuente de aprendizaje, hacen de la práctica lectora una experiencia de especial relevancia.

En la actualidad, tras ver toda tu trayectoria y la enorme experiencia que atesoras, no me cabe duda alguna de qué tu libro nos agasajará con numerosas reflexiones que podremos trasladar a la enseñanza, por eso recomiendo su lectura a todos y todas los que quieran dedicarse a esto. Sin embargo, dinos tú cuál es la razón esencial para que lo leamos.

Este ensayo reconoce y pone en valor al profesorado que está a cargo de las bibliotecas escolares, a sus equipos de apoyo y al resto de profesores ocupados y preocupados por fomentar la lectura

Desde la experiencia, la distancia y a vuelo de pájaro, creo que el profesorado encontrará en la lectura pausada de esta obrita, alimento y aliento para fundamentar poderosamente la labor que realiza en pos de la lectura y, sobre todo, ideas fuerza para asentar estrategias de intervención que ayuden a desarrollar políticas de lectura coordinadas y con continuidad en el tiempo.

Y, por último, que no queremos abusar de tu amabilidad y generosidad, ¿en qué proyecto estás inmerso ahora?

Mi principal proyecto es solazarme con horas y horas de lectura que me inquieten y me acaricien y, sobre todo, de relectura. También procurarme quietud y evitar ruido de todo orden. Aparte de estas dulces prácticas, suelo aceptar algunas invitaciones para el asesoramiento en la formación del profesorado, colaboro en acciones de dinamización cultural con bibliotecas públicas y en algunas propuestas editoriales.

Muchas gracias, Pepe, por darnos esta oportunidad. Desde luego, has de estar muy orgulloso de tus logros. Esperamos que nuestros colaboradores y responsables de las bibliotecas escolares de Málaga, como mínimo, se acerquen a tu libro y que tenga tanto éxito como la enorme labor que has edificado en nuestro campo. Ha sido un placer y un lujo contar contigo.

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