Lecturas para quedarse en casa en Navidad
Este artículo tomado de la revista SerPadres, refleja una experiencia frecuente y común con la que muchas familias se sienten identificadas. Deseamos que su lectura os sea de utilidad. Además, os dejamos un enlace donde encontraréis una gran cantidad de libros para leer en estas vacaciones.
https://drive.google.com/drive/folders/12bZ-rI5IP2grMu1fLqG7Z89eewXh_loo
La Navidad es una ocasión ideal para familiarizar a los niños con la lectura. Para ello, comenzar con los cuentos más clásicos puede ser la opción perfecta.
Llega la época de la Navidad, las vacaciones de los niños y, con ellas, su aburrimiento puntual durante algunas horas del día.
A través de la lectura los niños se meten en un mundo de imaginación al cual sería imposible llegar sin ella. Los libros aportan cultura, aportar vocabulario y aportan creatividad. Además, serán la herramienta perfecta para que aprendan a escribir y a hablar con propiedad. A través de ellos los niños se introducen en el maravilloso mundo de la oratoria. No les hará falta pensar demasiado para saber qué decir y cómo decirlo en cada momento.
Eso sí, no a todos los niños les apasiona leer. Algunos miran con terror un cuento o un libro y les entra pánico cuando dices que los Reyes Magos les regalarán uno por Navidad. “Yo quiero juguetes”, suele ser la respuesta más escuchada por su parte.
Para que dejen de tener esa fobia a la lectura, existen algunos consejos muy básicos que, como padres, debemos tener en cuenta si no queremos que vaya a más y se traslade a la juventud y la edad adulta del pequeño.
Entre ellos, debemos hacer ver al pequeño que el libro es un juguete. Desde que son muy pequeños tienen que verlos, tocarlos, jugar e investigar con ellos. Además, nunca podemos obligarles a leer. Tiene que salir de ellos mismos o, si no es así, intentar que lo hagan diciéndoles que es un juego más, como cualquier otro. Tampoco debemos obligarle a leer un libro en concreto. Siempre será la mejor opción que el niño elija aquello que más le apetece leer en cada momento, para que no le parezca aburrido y para que no se sienta obligado a hacerlo.
Además, no podemos olvidar que los mayores debemos predicar siempre con el ejemplo. ¡Ten siempre un libro entre las manos para que los pequeños de la casa imiten tu comportamiento!
