Microrrelatos ganadores del I certamen de microrrelatos de terror «Microterror»

Imagen de Free-Photos en Pixabay

 

MICRORRELATOS GANADORES

I CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE TERROR «MICROTERROR»

 

1º PREMIO

«Decepción»

© Biblioteca C.E.PER. Juan Ramón Jiménez. Todos los derechos reservados.

Apoyado en el antepecho del balcón, sonreía apurando un último cigarrillo. Pese a que, en lo más cruel de la enfermedad de su esposa, le prometió que siempre mantendría el hogar donde habían sido tan felices, la venta fue sencilla. Era un buen piso. Le parecía increíble que Noelia se tragara también eso. Qué ingenua había sido durante toda su vida. En el apartamento totalmente desalojado, sólo quedaba ya una jaula. Diría que se le olvidó. No pensaba cargar con aquel dichoso pájaro que únicamente cantaba en presencia de ella, y que no había vuelto a hacerlo desde el día en que murió. Él no lo percibió, pero el pajarillo comenzó a gorjear entusiasmado en el salón vacío. A su vez, la sombra furiosa de una mujer que no estaba allí, se deslizaba por el parqué hacia el ventanal. La calle se conmocionó cuando el cuerpo del hombre se partió contra el techo de un furgón. Las averiguaciones concluyeron que se suicidó. La pena lo habría empujado al vacío. ¿Qué otra explicación podía haber?

D. Manuel Jiménez Fernández.

 

2º PREMIO

«La elegida»

© Biblioteca C.E.PER. Juan Ramón Jiménez. Todos los derechos reservados.

Cada año, al atardecer del Día de Todos los Santos, las jóvenes novicias se echaban a temblar porque sabían que por la mañana una de ellas aparecería muerta. En el convento se rumoreaba que sor María, que llegó siendo una niña, estuvo muy enferma e imploró su curación al Altísimo. Este no se pronunció a pesar de sus ruegos, y su terrible enfermedad la obligó a ocultar su rostro desfigurado por la terrible agonía sufrida. En venganza, la mujer decidió servir al señor del averno, y le abrió de par en par las puertas de su corazón y las del convento ofreciéndole cada año a una de sus novicias a cambio de la vida eterna. Ahora era la más anciana y las muchachas la temían y respetaban casi por igual; lo que no sabían era que la verdadera Sor María había muerto varios lustros atrás. Y era Lucifer quien vivía con ellas para deleitarse una vez al año con la carne virginal y fresca de su elegida.

Dña. Juana María Andrades Navarro.

 

3º PREMIO

«El primer día»

© Rubén García del Vado.

Sonó el teléfono. La voz urgía auxilio. Llevaría 3.000€. Era madrugada. El taxi llegó puntual. La noche era oscura. Tardaron cuarenta minutos. Después se apeó y llegó al 666. Un gorila disfrazado le paró. Tras explicarse, le franqueó el paso. Al fondo podría resolver sus problemas. Caminando se topó con un bufón que le enfocó con un cristal. Luego vio a dos tipos matándose. Más tarde un fuego emergió. El olor era nauseabundo. Los gritos insoportables. Una mujer desnuda se le acercó. Quería volverse loco. Por suerte, el trastornado rostro parecía estar en su imaginación. La puerta se abrió. Un esqueleto le guio al fondo. Rodeado de caretas, Candyman era el único que tenía el rostro al descubierto. ¿Has traído el dinero? El hombre lo dejó en la mesa. ¡Alto!, gritaron. De pronto, las cortinas cayeron haciendo un ruido aterrador. Las risas descubrieron la broma. El cartel decía: <<El miedo eres tú>>. Luego su hijo se levantó y le abrazó. ¡Feliz primer día de tu muerte, papá!

D. Rubén García del Vado.

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