Nuestra Historia

Nuestro colegio se encuentra en la población de La Zarza (Huelva). El nombre del pueblo procede del nombre de la mina de la cual ha vivido durante mucho tiempo y que hoy por desgracia está cerrada.

La explotación de la Mina de La Zarza se inició en época fenicia y adquirió su máxima intensidad durante la dominación romana de la Península Ibérica. De estas culturas se han encontrado restos, sobre todo romanos, que por desgracia nunca se han catalogado ni se han reunido en ningún museo.

Según esos restos, la explotación en época romana debió iniciarse con Julio César y debió durar aproximadamente cinco siglos ya que de todos los emperadores romanos comprendidos entre Augusto y Honorio se han encontrado abundantes monedas.

Después de la explotación romana la actividad minera desaparece y es en el año 1.858 cuando se reanuda la explotación bajo el mando del ingeniero Ernesto Deligny. Este actividad duraría aproximadamente 8 años y en 1.868 la compañía de Azufre y Cobre de Tharsis adquiere la propiedad de las concesiones. Esta compañía construye el ferrocarril (hoy también desaparecido por la desidia de las Admistraciones) que uniría la mina de La Zarza con la mina de Tharsis y el embarcadero situado en Corrales, desde donde, a través del puerto de Huelva, ha salido la producción de pirita hacia los lugares de transformación.

La Zarza se encuentra en el Andévalo, en la faja píritica que se extiende desde Aznalcollar (Sevilla) hasta cerca de la costa del Atlántico portugués. Esta franja tiene una longitud de 230 kilómetros y una anchura de entre 30 y 40 kilómetros.

Dicha franja, geológicamente, se encuentra dentro del grupo volcánico-sedimentario y entre sus rocas principales están las pizarras, jaspe y cuarcitas, así como grandes yacimientos de pirita masiva y manganeso.

Esta mina a través de sus distintas épocas ha sido explotada de distintas formas, en pequeños agujeros (silos) durante la época romana, a cielo abierto en su época inicial actual y posteriormente en explotación subterránea.

La explotación subterránea se realizaba por el método de fajas ascendentes con relleno en grandes cámaras de aproximadamente 28 metros de anchas y entre 130 y 500 metros de longitud. Entre dos cámaras consecutivas se dejaban pilares de 12,50 metros en los cuales se abrian galerias de comunicación de 5 x 3 metros para el paso de máquinas y personal.

La perforación se hacía con barrenos ascendentes de 60º de inclinación y una longitud de 5,40 metros, con diámetro de 51 mm, utilizando equipos hidráulicos equipados con control remoto y para las voladuras se utilizaba explosivos tipo pulvurulento llamado Amonita, haciéndose diariamente voladuras de 200 kgs. de explosivos, con detonadores eléctricos.


Una vez arrancado el mineral con el explosivo, se formaban grandes pilas de 10.000 a 30.000 toneladas, que se trasportaban por medio de palas hasta un muelle, de donde se recogian en trenes que llevaban el mineral hasta la tolva de la machacadora.
La trituración primaria se realizaba por medio de una trituradora de 1.000 x 700 mm. de abertura y una salida de 0 – 200 mm., con una producción de 250 Tm/hora.
Desde aquí el mineral se trasportaba por una cinta a una tolva que alimentaba los skips y era sacado al exterior.
En el exterior el mineral sufria una segunda trituración por medio de conos Symons saliendo con un grueso de 0 – 70 mm.y era transportado por medio de una cinta al depósito de mineral desde donde era cargado en trenes para su envio al embarcadero de Corrales.
 


 
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