JULIO ROMERO DE TORRES, UN PINTOR DE LEYENDA por Sofía Blanco

El pintor cordobés fue admirado tanto dentro como fuera de Córdoba.

El pasado sábado, 9 de noviembre, se celebraron los 150 años del nacimiento de Julio Romero de Torres. Para ello, en su ciudad natal, Córdoba, se están celebrando diferentes actos conmemorativos, ya que su obra es muy universal y está muy valorada tanto dentro como fuera de Córdoba. Pero en este artículo intentaremos conocer mejor al autor de la Chiquita Piconera.
Hay muchas cartas y entrevistas que afirman que Julio Romero de  Torres, además de ser un gran apasionado de la pintura, le encantaba la escultura, la literatura, la arqueología y la música, sobre todo el flamenco, del cual llegó a decir que si le dieran a elegir entre Leonardo Da Vinci y el cantaor Juan Breva, hubiera elegido sin duda al cantaor.
Julio era una persona muy querida en su ciudad, y eso implicaba que tuviera muchos amigos y una familia a la que adoraba y, aunque pasó largas temporadas en Madrid por ser profesor en la Escuela de Bellas Artes madrileña, buscaba la ocasión para volver a Córdoba, porque aquí vivía su familia y sus mejores amigos.
La sociedad cordobesa de la época lo admiraba, porque el pintor llevaba el nombre de Córdoba por cualquier lugar donde iba, además de pintarla en sus cuadros. El mayor reflejo de esa admiración fue en su muerte, cuando instalaron su capilla ardiente en lo que hoy es el Museo de Julio Romero de Torres, ya que la respuesta de los cordobeses fue muy grande.
Julio Romero de Torres es uno de los grandes artistas del siglo XX.

Fuente: El Día de Córdoba

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