Hay personas que dejan una huella imborrable a su paso, y es muy difícil decirles adiós. Ese es tu caso, Carmelo. Eres alguien muy valioso, por tu forma de trabajar, de implicarte y de apoyar a todos tus compañeros y compañeras.
Creo que toda la familia del CEIP La Atalaya coincide en que ha sido un verdadero placer trabajar contigo.
Eres una gran persona en todas sus facetas, la profesional por supuesto, y la personal, y te deseamos lo mejor en tu próximo destino. Siempre tendrás tu casa en este colegio.
Dejas muchos amigos aquí.