El Colegio Las Flores está ubicado en la barriada malagueña de dónde adopta el nombre. El barrio de las Flores pertenece al distrito de Ciudad jardín.
Dentro de su distrito limita con el barrio Los naranjos. El Parque de San Miguel (antiguo cementerio) lo separa de la zona de Capuchinos y Fuente Olletas pertenecientes al distrito Centro.
El colegio surgió junto a la construcción del propio barrio. Sobre los años 60, esta zona se construyó siguiendo el plan urbanístico desarrollista, para dar vivienda a familias provenientes de pueblos que emigraban a la ciudad para trabajar en las industrias que iban surgiendo en Málaga. Sobre todo, eran trabajadores de Intelhorce y la mayoría venían de la Axarquía.
Se trata de un barrio austero repartido en plazas que se unen por rampas o pequeñas escalinatas. Estas plazas están distribuidas ascendentemente hasta llegar a lindar con el acceso a la actual ronda de circunvalación. Lo conforman edificios de cuatro plantas, sin ascensor y de dos o tres dormitorios, unos 50 m2 o 60 m2 que albergan familias de 4, 5 o 6 miembros, la mayoría.
El barrio en un principio estaba poblado por familias de pueblos que trabajaban en fábricas y su alumnado era homogéneo y de clase social media-baja. Familias trabajadoras con un nivel económico bajo pero con estabilidad económica y también familiar.
El barrio se ha ido transformando a medida que los primeros propietarios fueron “envejeciendo” y regresando a sus pueblos, algunos trasladándose a barrios con más servicios y mejores condiciones en cuanto a las construcciones, debido entre otros, a la falta de ascensor en los edificios de hasta cuatro plantas.
Las viviendas se fueron vendiendo y alquilando a terceros y poco a poco se fue despoblando de las generaciones primeras. Estas viviendas han sido habitadas a partir de entonces por distintos tipos de familias, conformando un escenario muy diferente al barrio de los orígenes.
Con todo, es fácil entender la gran diversidad del alumnado que compone el centro educativo, sus familias y también sus problemáticas personales y entre el vecindario.
En sus inicios, en los años 60, el colegio no existía como tal. Se trataba de unas cuantas aulas que servían de academia y sede de pruebas para obtener los distintos certificados académicos. Poco a poco y con el aumento de la población en la zona, se construyó el actual colegio sobre los 70, pero tuvo que ser reformado en los primeros 10 años ya que tenía fallos de construcción y se “derrumbaba”.
Cabe destacar que el actual parque San Miguel era uno de los cementerios de la cuidad y es por eso que el colegio está orientado al norte, lo que le da menos vista al mismo y no disfruta de las ventajas de la orientación Sur. En la actualidad hubiera sido orientado hacia el parque que le da mucha alegría y proporcionaría estupendas vistas a las aulas.
A mediados de los 80 comenzó a desarrollarse las medidas de integración escolar y este centro fue pionero en ello, creándose aulas que acogían a alumnos con discapacidad visual. Con el paso de los años el centro fue tomando más protagonismo en el panorama escolar de la zona como centro de integración y educación especial, llegando a tener tres aulas específicas.
En la actualidad el centro dispone de tres aulas específicas y un número considerable de alumnos integrados.
A partir de los 90 el colegio se desarrolla como centro de integración. Además, el barrio va cambiando su población y por consiguiente también cambia el tipo de alumnado y sus necesidades.
Nuestro colegio es u n abanico multicolor de alumnado, familia, necesidades, razas y cultura. Este panorama es muy enriquecedor pero también más complejo en su día a día, es por ello que hace tres cursos decidimos ser Comunidad de Aprendizaje y trabajamos por y para nuestro alumnado, la atención a la diversidad , la inclusión y el respeto a las diferencias individuales.
