El Día Internacional para la Conservación de los Anfibios, también se celebra el último sábado de abril de cada año para denunciar al mundo el grave peligro de desaparecer que corren estos animales de sangre fría, debido a la pérdida de su hábitat, los desechos tóxicos, los contaminantes y el cambio climático.
Los anfibios cumplen un importante papel para mantener el correcto equilibrio de los ecosistemas en todo el mundo. Una de sus principales funciones es permitir que fluyan de manera armoniosa todos los nutrientes de las aguas a los sitios terrestres y que esto, a su vez coadyuve para evitar la erosión. Por otra parte, los anfibios son vitales para que se cumpla el ciclo de la cadena alimenticia en la naturaleza. Con su presencia en los pantanos, ríos, lagunas y bosques contribuyen a que los animales depredadores obtengan alimento, además, sobreviven gracias a las distintas especies de insectos que viven en el medio ambiente como gusanos, babosas, arañas, larvas y peces.
En el campo científico, los anfibios son una de las especies en continuo estudio por parte del hombre ya que se ha podido comprobar que poseen propiedades que pueden resultar beneficiosas en la medicina porque se continúan desarrollando antibióticos, analgésicos y otros medicamentos para contrarrestar algunas enfermedades.
La contaminación y el cambio climático han sido algunos de los principales factores de la extinción de los anfibios en la mayoría de los ecosistemas que hay en todo el planeta.
Sin embargo, no podemos dejar de lado, el comportamiento de los seres humanos que de manera indiscriminada matan estas especies para prepararlas como platos exóticos.
Así mismo, la contaminación de las aguas dulces por el uso de productos tóxicos también ha contribuido a que una gran parte de estos animales haya desaparecido de forma definitiva, lo cual representa un grave daño al ciclo evolutivo de otras especies que dependen de ellos para continuar perpetuándose.
En la actualidad, el riesgo es aún mayor. De acuerdo a las investigaciones realizadas en los últimos años, se ha podido demostrar que los anfibios desaparecen de la faz de la Tierra a pasos agigantados sin que el hombre pueda hacer nada para evitar estas extinciones en masa.
