Ámbito Lingüístico

Lazarillo de Tormes

 

A principios del siglo XVI toda Europa se encuentra en una etapa de florecimiento artístico y cultural, en una época conocida con el nombre de Renacimiento. Nuestro país, tras el descubrimiento de América y con la política europeísta de apertura de Carlos I, constituye el mayor imperio de Occidente.

Sin embargo, esto no quiere decir que toda la sociedad se viera beneficiada de esta situación. En las ciudades más importantes se concentran focos de pobreza, en las altas (y no tan altas) jerarquías eclesiásticas abundan los clérigos corruptos y la nobleza se aferraba como podía a sus antiguos privilegios.

Imagen en Wikimedia Commons (CC)

No es de extrañar que aparecieran escritores y pensadores preocupados por denunciar esta situación. Este contexto se publica a mediados de siglo  Lazarillo de Tormes.

El Lazarillo de Tormes de Goya en Wikimedia Commons (CC)Las picardías de la lucha por la vida de un niño en la Castilla del siglo XVI, que comienza sirviendo a un ciego para, después, desempeñar varios oficios, desde aguador hasta pregonero, vertebran las andanzas del Lazarillo. Empecemos leyendo el siguiente fragmento:

¿Quién encontrará a aquel mi señor que no piense, según el contento de sí lleva, haber anoche bien cenado y dormido en buena cama, y, aunque ahora es de mañana, no le cuenten por muy bien almorzado? ¡Grandes secretos son, Señor, los que vos hacéis y las gentes ignoran! ¿A quién no engañará aquella buena disposición y razonable capa y sayo? […] ¡Oh Señor, y cuántos de aquéstos debéis Vos tener por el mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra, lo que por Vos no sufrirán!
Lazarillo de Tormes (Tratado III)
 
 
El Lazarillo de Tormes de Goya en Wikimedia Commons (CC)
 
 
Con estas palabras Lázaro, el protagonista, se refiere a su tercer amo, un hidalgo escudero, personaje demasiado preocupado por las apariencias, pero que en realidad no tiene ni para comer. Así había sido su primer encuentro:
 
—Muchacho, ¿buscas amo?
Yo le dije:
—Sí, señor.
—Pues vente tras mí —me respondió—, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy.
Y seguíle, dando gracias a Dios por lo que le oí, y también que me parecía, según su hábito y continente, ser el que yo había menester.
Lazarillo de Tormes (Tratado III)
 

Pero pronto Lázaro acaba llevándose un desengaño acerca de la auténtica condición de su nuevo amo. La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades se publica por primera vez en 1554 y marca el inicio de un género, la novela picaresca, en el que se incluyen obras con algunos puntos en común:

  • Son relatos autobiográficos en los que el narrador justifica su situación como resultado de su vida pasada. 
  • El protagonista está al servicio de varios amos y procede del más humilde nivel social.
  • Como pícaro, el protagonista sólo logra seguir adelante gracias a su ingenio. El pícaro es el antihéroe de la literatura idealista.

Pincha en la imagen de abajo y podrás leer una información básica sobre esta obra, después contesta las preguntas:

 

 
Indica si las siguientes afirmaciones sobre El Lazarillo son verdaderas o falsas.

a) El protagonista estuvo al servicio de varios amos.

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b) La obra está escrita en tercera persona.
  •  
c) Lázaro procede de un nivel social medio.
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d) Uno de sus amos fue un clérigo.

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e) El relato está escrito en forma autobiográfica.
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El Lazarillo y el trabajo
 
 
En un fragmento de la película Lázaro de Tormes, escuchamos al protagonista hablar de su deseo de conseguir «un empleo de la Corona» (lo que hoy entenderíamos como un puesto de funcionario). En el siguiente enlace puedes verlo:

 

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=O5dXSnILJno]

Aquí tienes una trascripción del texto:

…Un amo que me ayudara a ser el día de mañana un hombre de bien como esos que tienen empleos de la corona para poder vivir sin sobresaltos… Un empleo de la corona, pues aseguro a vuestras excelencias que desde niño ese fue mi honrado propósito en esta vida… Un empleo de la corona, pues sólo los que lo tienen medran.

 

Esta escena demuestra la vigencia que mantiene esta obra: hoy en día la vida está llena de gente que aspira a un trabajo «para toda la vida» sin importar demasiado que para conseguirlo se llegue a perder la dignidad.

El mundo laboral no siempre ha sido igual que ahora. El Lazarillo encierra un sentido crítico en la galería de personajes que desfilan por sus páginas, quienes tienen que subsistir, a veces con altas dosis de cinismo, a través del propio ingenio, dando lugar a situaciones tan variopintas como las siguientes:

  • El protagonista, Lázaro, determinó desde niño «arrimarse a los buenos por ser uno de ellos». Este deseo le conducirá de amo en amo a lo largo de la historia.
  • El escudero se negaba a trabajar por una simple cuestión de honor, ya que pertenecía a la nobleza. No dudaba incluso en utilizar a Lázaro para que fuera él quien mendigara alimentos.
  • El personaje del buldero, en realidad un estafador, se aprovechaba de las creencias religiosas y de la buena voluntad de las gentes.

El final del propio Lázaro, que se desentiende de las andanzas de su mujer con el Arcipreste con tal de mantener la posición social que tanto le había costado lograr.

 
José Luís Cejudo Rodríguez