¡Reciclaje, matemáticas y mucho ingenio!
En la asignatura de Matemáticas, el alumnado de 1º y 2º de Secundaria se ha enfrentado a un desafío muy real (y más complicado que resolver una raíz cuadrada sin calculadora): ajustar un presupuesto para organizar una campaña de reciclaje en el centro. Porque sí, reciclar está muy bien… pero reciclar con cabeza y con números que cuadren, ¡es otro nivel!
A lo largo de esta situación de aprendizaje, han tenido que resolver problemas matemáticos para planificar todos los gastos: desde el precio de contenedores para reciclar, hasta el coste de las cajas para las pilas usadas (que, por cierto, han aprendido que no van al cubo amarillo… ni al cajón de “cosas raras” del pasillo de casa).
Han hecho simulaciones, comparado precios, ajustado presupuestos como si trabajasen en una ONG con poco dinero y muchas ganas. Pero no se han quedado solo con las cuentas: como producto final, han creado carteles informativos y presentaciones con Canva o diapositivas, donde dan consejos para reducir el consumo de calefacción y electricidad (que no todo se soluciona bajando la persiana) y explican cómo reciclar correctamente el plástico, el papel y las temidas pilas.
Entre cálculos, colores y conciencia ecológica, nos han demostrado que las matemáticas no son frías ni abstractas: son la herramienta perfecta para contribuir a cambiar el mundo… empezando por nuestro propio colegio.
Y oye, viendo los carteles y presentaciones tan chulas que han hecho, lo mismo alguien se anima a reciclar incluso el último papel del bocadillo. ¡Eso sí que es impacto matemático y medioambiental!