Mi otra versión, la artística

No seré Picasso, pero de algo me tenía que servir el que un día llegaras a casa y me dijeras: «Caro, he visto un cartel de una Academia de Pintura, por la calle Gravina; si quieres dar clases de dibujo y pintura, vamos a preguntar y te apuntas, pero para que vayas  y las aproveche para aprender».

Y así lo hicimos, fuimos a hablar con Manuel y empecé a dar mis clases, para las que tú confiaste y viste en mí que podía hacerlo, porque tenía cualidades que desarrollar.

Hoy de nuevo estoy aquí, caminando por el Arte, con el mismo entusiasmo y gusanillo de aquellos años.

¡Gracias mamá!

Una respuesta a «Mi otra versión, la artística»

Deja una respuesta

Descripción general de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para que podamos brindarle la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en su navegador y realiza funciones como reconocerlo cuando regresa a nuestro sitio web y ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones del sitio web le resultan más interesantes y útiles.