La educación para la salud es un proceso educativo que tiene como finalidad responsabilizar a la ciudadanía para la defensa de la salud propia y colectiva. Una alimentación
poco saludable y el no practicar actividad física con regularidad son las principales causas
de las enfermedades crónicas más importantes. La infancia y la adolescencia son periodos
cruciales para actuar sobre la conducta alimentaria y el sedentarismo, ya que las costumbres
adquiridas en esta etapa van a ser determinantes del estado de salud de la futura persona
adulta. Los buenos hábitos de vida saludable nacen en las familias, pero pueden reforzarse
en el medio escolar, por lo que la escuela se convierte en el escenario más eficaz para modificar los estilos de vida de los escolares, con especial atención entre los 6 y los 12 años.
Los estilos de vida de las personas, es decir, el conjunto de conductas habituales que
configuran su modo de vivir, es uno de los factores que más influye en la salud. En realidad,
las investigaciones epidemiológicas han mostrado que es el factor con más influencia en
la salud de la población de los países desarrollados. Consecuentemente, esto significa que
modificar los estilos de vida de las personas es el elemento que potencialmente tiene mayor
capacidad de influir en la salud.
Después del consumo de tabaco, la falta de actividad física y la inadecuada alimentación son los factores más determinantes del deterioro de la salud. Esta afirmación es más
cierta aún en el caso de la población infantil y adolescente, ya que, el principal indicador del
deterioro de la salud en los niños y niñas es el rápido incremento de las tasas de sobrepeso.
Este fenómeno está indudablemente ligado a los cambios en la manera de alimentarnos y
muy especialmente en la drástica reducción de los niveles de actividad física que realizamos.
Numerosos estudios científicos realizados durante los últimos 20 años, han demostrado que un consumo adecuado de frutas y hortalizas, junto con la práctica de 60 minutos
de ejercicio físico diario, ayudan a mantener un peso equilibrado y una salud óptima.