Corrección actividades 4º. Carteles propagandísticos.

 

1.4. Larga vida a la Internacional

«Viva la Revolución de Octubre»

Este cartel soviético es un fotomontaje, que mezcla fotografía y dibujo.
Se puede observar en él a distintos obreros o proletarios de distintos países del mundo portando carteles en diferentes idiomas pero con un mismo lema: “Viva la Revolución de Octubre” sobre un globo terráqueo y con masas de manifestantes detrás.
El cartel incide en varios aspectos:
1. Deseo/necesidad de una Revolución Mundial. En la primera etapa de la Revolución Soviética se contempla el proceso revolucionario ruso como parte de una revolución a escala planetaria. Rusia sería la antesala de otros procesos revolucionarios en países más industrializados y con más tradición marxista, como Alemania. Finalmente, dicha idea debe abandonarse y el proceso revolucionario pasará a consolidarse únicamente en la URSS, que deberá construirse como potencia industrial y militar (Socialismo en un solo país) con Stalin. Por eso el cartel representa un globo terráqueo, porque se trataría de un proceso mundial, no exclusivo del antiguo Imperio Ruso.

2. Presencia/liderazgo de la clase obrera. Según el esquema tradicional del socialismo científico, debería ser la clase obrera o proletariado el grupo de vanguardia de la Revolución, por encima de otros grupos, como el campesinado, pequeña burguesía, etc. Debido a esa razón, son los proletarios -reconocibles por el mono obrero- de distintos países los que portan carteles y guían a las masas en el proceso revolucionario. La Revolución de 1917 supuso un impulso a nuevos partidos revolucionarios -unidos en la Tercera Internacional- y que posteriormente darían lugar a los Partidos Comunistas y que deberían imitar o seguir las directrices de Moscú, frente a los tradicionales partidos Socialistas, defensores de una vía pacífica, electoral y reformista para acceder al poder.
El cartel por tanto, no va dirigido únicamente a la población rusa, sino a toda la clase obrera internacional.

3. Internacionalismo/crítica del Imperialismo. Entre los portadores de pancartas pueden observarse personas de raza negra, asiática, caucásica… El proceso revolucionario de 1917 supuso un espaldarazo a las luchas anticoloniales y anti-imperialistas de numerosos pueblos ofreciéndoles posteriormente un ejemplo de construcción de un modelo de desarrollo que no pasase por el capitalismo. Las colonias europeas de África o Asia (China, India, Indochina…) tenían un modelo a seguir en el sistema soviético. Con posterioridad a 1918 y, sobretodo, a 1945, los movimientos obreros y socialistas irían generalizándose en países dominados por los europeos, protagonizando la lucha anti-colonial.
3. Soldados, obreros y campesinos

2.

Este otro cartel soviético presenta a tres personas, representantes de distintos sectores sociales con una simbología característica (hoz y martillo, estrella).
Se trata de una representación de los tres grupos fundamentales en los que se basó el apoyo a los soviets y la Revolución de 1917: campesinos (representados por una campesina con una HOZ), obreros (representados por un obrero industrial con un MARTILLO) y soldados (representados por un soldado) -de ahí vendrá el símbolo característico de los partidos comunistas: la Hoz y el Martillo, representativos de campesinos y obreros-. Juntos se enmarcan delante de una ESTRELLA (símbolo de la Revolución y el Internacionalismo).
Los 3 grupos fueron fundamentales en el proceso revolucionario y a la unión de los 3 se debe el éxito de la Revolución Bolchevique.
Los bolcheviques, minoritarios en un principio entre los soviets, fueron ganando adeptos conforme avanzaba la Primera Guerra Mundial y las condiciones sociales y económicas iban haciéndose más duras. Las primeras medidas de Lenin y los bolcheviques nada más llegar al poder fueron dirigidas a estos 3 grupos: reparto de tierras para los campesinos, control de las fábricas por los consejos obreros y firma de una paz inmediata para salir de la Primera Guerra Mundial.
Hay que señalar que, al contario de lo que ocurrirá posteriormente con el llamado “culto a la personalidad”, el proceso revolucionario está personificado y simbolizado en personas anónimas, no en líderes políticos: son los campesinos, obreros y soldados anónimos los que protagonizan la revolución, no un líder reconocible, lo que nos lleva a pensar que estamos en la primera etapa de la Revolución, antes de la llegada de Stalin al poder.

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3. «El estudiante alemán lucha por el Führer (guía) y el pueblo en la agrupación de estudiantes nacionalsocialistas».

Este cartel alemán del periodo nazi muestra a un estudiante uniformado portando una bandera nazi y mostrando su apoyo por el Führer y la asociación de estudiantes.
Del cartel podemos comentar varias cosas:
1. El culto que el nazismo hace de la raza aria y la juventud. El estudiante es un perfecto ejemplo de raza aria: rubio, alto. Se trata de asimilar los conceptos de raza-nación-pueblo. Quien no es de raza aria no es alemán.
2. El lema: El estudiante alemán “lucha”, es decir, particpa de forma activa y militante, -no contempla de forma pasiva los acontecimientos-, por el Führer y el pueblo (volk). El líder se pone delante incluso del concepto de pueblo. De esta manera se trata de identificar la defensa del ideario de Hitler con la defensa del pueblo. Defender a Hitler es por tanto, defender a Alemania. Criticar a Hitler es, evidentemente, criticar al mismo pueblo. Ambos elementos están plenamente asociados.
Por otro lado, el “estudiante alemán” es el joven que defiende al Führer. El estudiante que no defiende al Führer es, por tanto, antialemán.
Lo que vemos aquí es el desarrollo, de forma aparentemente inocente, de una ideología única, identificada en un líder, un partido y un pueblo. Todos los otros partidos o movimientos no serían “alemanes”. Es decir, serían contrarios a la nación y al pueblo. No cabe disidencia ni pensamiento contrario a la ideología oficial.

Extracto de wikipedia: Por su parte, el nazismo alemán está centrado en la raza, identificada con el pueblo (Volk) o con la «comunidad popular» (Volksgemeinschaft, interpretable como comunidad del pueblo o comunidad de raza, o incluso como expresión del apoyo popular al Partido y al Estado:

Ein Volk, ein Reich, ein Führer!

3. Fomento de las asociaciones y corporaciones. El fascismo, en sus vertientes italiana, alemana, española, etc, se encargó de promover asociaciones y corporaciones que movilizaran el conjunto del pueblo en apoyo de la doctrina política. Todo grupo social tiene que estar encuadrado y organizado en algún tipo de organización militante y, en muchos casos, paramilitar.
El encuadramiento social se efectúa con todos los medios de la propaganda, con adopción de uniformes y lenguaje militar y uso masivo de los símbolos y lemas patrióticos y adoctrinantes. Las grandes concentraciones y movilizaciones colectivas de todo tipo buscan formar la conciencia unitaria” (wikipedia).

7. Stalin

4.

Este cartel propagandístico muestra al líder soviético que sustituyó a Lenin, Josif Stalin, rodeado de niños, que le llevan flores y honran a su líder. Se trata de un cartel con estilo realista y se percibe claramente uno de los fenónemos que se instituyen en la URSS a partir de la llegada de Stalin al poder: el culto a la personalidad. En imágenes, cuadros, películas, poemas, estatuas, documentales, artículos,… se desarrolla la promoción del líder como personaje infalible y (casi) todopoderoso. Los niños deben su felicidad a su líder. El sistema se personaliza en la figura de Stalin, que pasa a convertirse en único dirigente visible y reconocible. Evidentemente, no se hace para promover “el voto” a Stalin, como señalaba alguien en su ejercicio (pues no había elecciones y ya Stalin estaba establecido firmemente en el poder tras eliminar a gran parte de los dirigentes bolcheviques más antiguos y establecer una dictadura unipersonal). De lo que se trataba era de personificar totalmente el régimen y de inundar con su imagen todos los aspectos de la vida cotidiana. Asume en muchos casos el papel de “padre bondadoso” (Stalin era conocido como “padrecito de los pueblos” entre los rusos) y se desarrolla la idea entre el pueblo de que todo lo que recibe es gracias a la bondad del líder. Básicamente, en eso consiste dicho “culto a la personalidad”. Donde antes estaban campesinos, obreros o soldados anónimos, ahora la propaganda tiene un claro y único protagonista.

Más en wikipedia: Uno de los aspectos más visibles del culto a Stalin fue su relación con la imagen idealizada de la juventud soviética. Desde la década de 1920, se había vuelto común que los políticos y comentadores afirmaran que el Estado soviético tenía una relación de cuidado a los niños; como resultado, el bienestar de éstos vino a ser la prueba de la legitimidad de este “país de jóvenes”. Se le enseñaba a los niños a ser agradecidos con Stalin y a recordarle a los adultos que él era “el mejor amigos de los niños soviéticos”. La juventud leía y se aprendía de memoria textos que hablaban del coraje y la inteligencia de Stalin. Además, los periódicos publicaban constantemente fotografías de Stalin sonriente, rodeado de niños.
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5

Este otro cartel de propaganda forma parte de la Italia fascista y representa a Italia como un bebé indefenso sobre el que se ciernen las manos de las grandes “amenazas” del momento: el comunismo “la mano con la hoz y el martillo”, el judaísmo (la mano con la estrella de David) y la masonería (representado con la escuadra y el compás) y el lema “Defiéndelo”.

Es un cartel con un mensaje claramente demagógico que muestra al país siendo atacado por enemigos “exteriores”. El lema llama claramente a la acción del pueblo italiano para defender su propia nación.
El cartel representa una de las características ideológicas más típicas del movimiento fascista: la existencia o construcción de un enemigo común inventado, falso, pero que, se repite machaconamente significa una amenaza a la nación. Es por tanto un elemento movilizador que usa los más bajos instintos (el miedo) del pueblo para organizarse políticamente.
Evidentemente ni el judaísmo (los judíos eran muy minoritarios en Italia y jamás supusieron un problema social o financiero; su inclusión en el cartel es más un “préstamo” de la propaganda nazi), ni el comunismo (que fue prohibido y perseguido por Mussolini desde antes de su llegada al poder y que pretendía buscar mejores condiciones para obreros y campesinos no “invadir” Italia), ni la masonería o sociedades masónicas (una constante en los movimientos fascistas, que presentaban los sucesos históricos en base a intereses de supuestas conspiraciones de sociedades ultra-secretas y antinacionales) eran verdaderas amenazas para el país.
Lo que sí era una amenaza contrastada para otros países (Grecia, Yugoslavia, Etiopía, España, Albania, Libia,…) era la política exterior imperialista de Mussolini que invadió o intervino militarmente en estos países con un afán colonialista y agresivo. Una vez la política militar y los sueños imperiales de Mussolini fracasan se busca continuar la propaganda mediante la repetición de una amenaza exterior que movilice a la población para la defensa del régimen fascista.

 

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6.

El último cartel, también de propaganda fascista italiana, muestra la efigie de Mussolini tras una fila de chimeneas industriales y el lema “Saludad al Duce, el fundador del Imperio”.
En este cartel se observan varios aspectos:
1. Culto al líder. Mussolini es reverenciado como líder único, carismático y todopoderoso. El lema recalca que es el Duce (dux o general) y que es el “fundador del Imperio”. Se debe a su acción que Italia se convierta en un Imperio y recupere la gloria del pasado Romano.

El líder es presentado como un jefe viril, carismático, agresivo…

2. Desarrollo y promoción económica e industrial como resultado de la acción del “líder”. Las chimeneas, símbolo de la industrialización, se asocian al líder político. Se presenta el crecimiento económico e industrial como fruto de la gestión política personal de Mussolini. Se quería asociar la modernidad y el futuro en Italia a la obra de Mussolini.

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