LOS CASTIGOS NO SIRVEN PARA NADA

Algunos padres/maestros/as aplican castigo a sus hijos dado que es lo que aprendieron de sus propios padres/maestros/as cuando ellos eran pequeños. Otros padres recurren al castigo ya que creen que es así como los niños entienden«para que aprendan cómo se deben comportar».

Los Disciplina Positiva postula un estilo de crianza/enseñanza que sea: respetuosa para todos, amable y firme a la vez y sin premios «ni castigos» dado que estos producen angustia, sufrimiento, pena, humillación y vergüenza en los niños/as. Los precursores de la disciplina positiva, los doctores Adler y Dreikurs, han postulado que los niños/as se portan mejor cuando se sienten bien y esta es la base para que mejoren su conducta: que se sientan alentados, es decir, MOTIVADOS.

«¿De dónde sacamos la loca idea de que para hacer que los niños se porten mejor, primero debemos hacerlos sentirse peor?» (Jane Nelsen)

¿Os habéis preguntado alguna vez, qué les estamos enseñando con el castigo? o ¿qué terminan aprendiendo los niños/as con el castigo?

Sabemos que el castigo funciona, sí, funciona…a corto plazo, ya que detiene inmediatamente la mala conducta. Sin embargo, en el largo plazo tiene consecuencias negativas.

Estas son las resultantes del castigo en los niños y las llamamos «Las 3-Rs del Castigo«:

  • Revancha: «ellos ganan ahora, pero ya verán más tarde».
  • Rebeldía: «haré exactamente lo contrario para probar que no tengo que hacerlo a su manera».
  • Retraimiento: (en sus 2 expresiones)
    • Cobardía: «la próxima vez no me atraparán»
    • Reducción de la autoestima: «Soy una mala persona»

Cuando se cree que el control excesivo que ejercen algunos padres a través de aplicar muchos castigos pudiera funcionar, es porque en verdad desconocen lo que las investigaciones han demostrado respecto a lo que experimentan y sienten los niños a raíz de tanto castigo: se vuelven rebeldes o sumisos.

 

La Disciplina Positiva se enfoca en soluciones en vez de los castigos, buscando la participación y el compromiso de los niños en la mejora de sus conductas. En el libro «Disciplina Positiva» de Jane Nelsen, de donde extraemos toda la información de esta nota, se plantean los principios, fundamentos y herramientas a desarrollar.

One thought on “LOS CASTIGOS NO SIRVEN PARA NADA

  1. Los castigos son contraproducentes, es mucho más beneficioso para el clima del aula el crear una serie de compromisos cuando se incumplen ciertas normas o si se recurre a crear los mismos conflictos.
    Por ejemplo: si un mismo alumno tiende a realizar comentarios despectivos hacia otro compañero/a en reiteradas ocasiones, dentro de mi aula estipulamos entre todos que sería una buena idea comprometerse a escribirle un mensaje comentando sus sensaciones, cómo cree que se ha sentido la otra persona y lo que se (des)aprendemos al hablar de los demás.
    Digo (des)aprender porque es lo que le comento a mis alumnos/as, que si hablamos mal de los demás o a sus espaldas, como personas estamos desaprendiendo ciertas habilidades que son muy necesarias para la vida.

  2. Con los castigos conseguimos en numerosas ocasiones lo contrario de lo que queremos conseguir. El alumno se siente más frustrado y vuelve a repetir el mal comportamiento debido a su enfado. Por ejemplo,en situaciones en las que hagan sentir mal a otro compañero, debemos utilizar otras técnicas donde trabajen la empatía y sepan como se siente la otra persona, o a través del diálogo hacerles ver que ese tipo de acciones no son adecuadas ni ahora ni en su vida futura.

  3. La disciplina positiva ofrece una perspectiva valiosa sobre la crianza y la enseñanza, promoviendo un enfoque respetuoso y motivador en lugar de recurrir a castigos. Los aspectos positivos a resaltar son:
    Enfoque en la Motivación: La base de la disciplina positiva es alentar a los niños a través de la motivación. Cuando se sienten bien y valorados, tienden a comportarse mejor. Este enfoque fomenta una relación positiva entre padres/maestros y niños/as.
    Cuestionamiento Reflexivo: La pregunta de Jane Nelsen, “¿De dónde sacamos la loca idea de que para hacer que los niños se porten mejor, primero debemos hacerlos sentirse peor?”, nos invita a reflexionar sobre nuestras prácticas educativas. El castigo no siempre es la solución.
    Por eso es fundamental que los padres y maestros comprendan las consecuencias a largo plazo del castigo. La información y la formación pueden ayudar a cambiar patrones arraigados. Encontrando alternativas al castigo considerando estrategias como la comunicación efectiva, el establecimiento de límites claros y la resolución de conflictos. Estas enriquecen la relación y promueven un ambiente de aprendizaje positivo.
    En resumen, la disciplina positiva nos invita a considerar cómo nuestras acciones afectan a los niños/as y a adoptar un enfoque más motivador y respetuoso. ¡Sigamos aprendiendo y evolucionando en nuestra crianza y enseñanza!

  4. Este elemento es quizás uno de los que más difícil se hace pensar dentro de la disciplina positiva, si verdaderamente va a funcionar, ya que por norma general, desde que hemos sido pequeños hemos temido al castigo y era el motivo que pensamos que mueve a un niño/a a hacer las cosas bien. Es cierto que leyendo a profesionales de la educación y viendo como evitando la palabra «castigo» e implementando palabras de aliento, motivación o consecuencias claras a los aspectos que no estén realizados correctamente y habiendo acordado previamente cuales son esas consecuencias. De esta manera, no se temerá a hacer algo mal para evitar el castigo, sino que se hará de manera consciente y sabiendo desde el comienzo que pasará si tomamos las decisiones equivocadas.

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