A los 23 meses tu bebé ya no es tan pequeño y puede llegar con facilidad a todos los lugares de la casa sin tu ayuda. Te volteas apenas un instante y cuando vuelves a mirarlo es probable que lo encuentres subido sobre algún mueble. Esto se debe a que el niño ha pasado de la etapa de exploración a la de investigación por lo que tendrás que extremar las medidas de seguridad para evitar un accidente.

De hecho, ¿sabías que una buena parte de los accidentes infantiles se producen precisamente en el hogar, casi siempre debido a una negligencia del cuidador? ¿Sabías que entre el primer año de vida y los tres años se produce la mayor cantidad de accidentes?

Los accidentes más comunes y cómo prevenirlos

Los traumatismos son los responsables del 90% de las lesiones que se producen cuando ocurre un accidente infantil por lo que es importante que:

– No dejes que suba o baje una escalera demasiado empinada o con muchos escalones porque, si bien es cierto que ya podría hacerlo solo, también es cierto que aún no lo hace con la soltura necesaria. Lo ideal es que coloques una puerta de seguridad y te cerciores de que el pequeño no la pueda saltar.

– Mantén las ventanas y puertas cerradas, preferiblemente con cierres de seguridad a prueba de niños.

– Retira de su alcance todos los objetos de cristal o que resulten peligrosos.

– Fija los muebles y equipos, como la televisión y las librerías, para que no se puedan caer incluso si el niño los agarra.

prevenir accidentes en el hogar

Más del 90% de las intoxicaciones o envenenamientos infantiles se producen en el hogar. Para evitarlos deberás:

– Mantén los productos de limpieza fuera de su alcance. Recuerda tomar la misma precaución con los medicamentos y los cosméticos porque en los últimos años estos se han convertido en la principal fuente de envenenamiento. 

– Compra envases con cierre a prueba de niños, algo que evitará un problema si por casualidad uno de estos frascos cae en sus manos.

El 3% de los casos de accidentes infantiles son quemaduras, pero la causa más común no es el fuego directo sino los líquidos calientes. Por tanto:

– Mantén cerillas y mecheros fuera de su alcance.

– Utiliza barreras protectoras en la chimenea y evita que se acerque a los objetos calientes, como planchas o radiadores.

– Comprueba siempre la temperatura de los líquidos que le des a beber y del agua del baño.

Finalmente, pero no por ello menos importante, considera que los casos de ahogamiento y asfixia representan el 13% de los accidentes infantiles pero suelen ser los más mortales. De hecho, aproximadamente la mitad de los casos terminan mal. Para evitarlos puedes:

– No dejar que se acerque a la piscina sin tu supervisión.

– No dejar a su alcance objetos pequeños que puedan terminar en su boca.

– Revisar sus juguetes con frecuencia para cerciorarte de que no les faltan partes o tengan algunas rotas que pueda meterse en la boca.

– Coloca una alfombrilla antideslizante en el baño, así evitarás que se caiga. Recuerda que son suficientes tres centímetros de agua para que ocurra un accidente.

¡Ha llegado la hora de aplicar reglas!

Tu niño ya comprende perfectamente el significado del “no” por lo que ha llegado el momento de imponerle ciertos límites. Antes tenías que limitarte a alejarlo de las situaciones peligrosas porque era muy pequeño y no entendía, pero ahora puedes indicarle qué cosas no debería hacer. Cuando exhiba un comportamiento peligroso, déjale claro que no puede volver a repetirlo. No obstante, ten en mente que tu objetivo es criar a un niño precavido, no temeroso. Por tanto, también debes darle cierta libertad para que explore su entorno, quizás bajo tu mirada atenta.