Este febrero, el precio en la factura de la luz se reduce sutilmente respecto a su reciente subida. No obstante, siendo un 309% mayor respecto a la del año pasado, pasando de los 48€ a los 196’49€/MWh. Con ello, los últimos datos muestran que un 60% de los españoles no comprenden la factura de la luz. Razón por la que es preciso aprender a interpretarla a fin de decidir si es preciso o no cambiar de compañía.

El precio de la luz sube ante la incomprensión de la ciudadanía

A finales de 2021, una buena parte de la población española advirtió con indignación en los medios cómo la factura de la luz se disparó alterando la economía doméstica del país, ya en una exasperante cuerda floja. Durante el mes de octubre del año pasado los ciudadanos experimentaron un aumento del 30% en el precio respecto al mes anterior. Pasando así de los 156’15€ por megavatio-hora (MWh) en septiembre a los 202’77€. Y, a pesar de que se prevé una sutil bajada este febrero, los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) sitúan que la subida es un 309% mayor respecto al año pasado, pasando de los 48€ en febrero de 2021 a los 196’49€/MWh este mes.

 

Sin embargo, y a pesar de que tanto el Estado como los medios ya lo anunciaron con antelación, esta subida cogió a muchos por sorpresa. En especial, a causa de la falta de comprensión de las facturas. Circunstancia que podría revertirse si su correcta interpretación se incluyera con más firmeza en el sistema educativo, en cuyo caso el futuro ciudadano conocería mejor cada detalle a tener en cuenta. Además, a esa carencia interpretativa se añade el hecho de que, en función de las comercializadoras de luz, el diseño de la factura puede variar sustancialmente. Razón por la que nunca está de más saber cómo detectar sus secciones de mayor relevancia e interés.

Entre el desconocimiento y las horas imposibles

La mencionada falta de conocimiento y comprensión sobre las facturas y tarifas de la luz no es una afirmación sin fundamento. Según las encuestas más recientes acerca de los hábitos de consumo de los españoles, el 60% de los ciudadanos no entiende la factura de la luz. Razón por la que un 79% asegura que cambiaría de compañía si ello supusiera un ahorro en la factura, a pesar de que el 51% desconoce la tipología de su contrato y de que otro 60% no ha comparado nunca sus tarifas con otras empresas. Siguiendo con los porcentajes que respaldan dicha incomprensión, situando que el 85% recela de la letra pequeña en las facturas, considerando que abunda demasiado.

A ello cabe incluir que la subida en el precio de la luz apenas concede oportunidad para sortear sus horas de mayor consumo. En ese sentido, el ligero ahorro se establece en las horas valle, de menor consumo respecto al resto del día. Por lo que sólo quienes consuman electricidad entre las 00:00h y las 08:00h —franja horaria imposible para muchos— pueden evitar esta sobrecarga del precio a final de mes. A pesar de que dicha circunstancia haya servido en otro flanco para concienciar sobre los beneficios de la energía renovable, saber interpretar nuestra factura es fundamental. Además de para saber qué pagamos, para decidir si es o no necesario cambiar de compañía.  

Cómo interpretar la factura de la luz

Como se ha mencionado, el precio de la energía actual en España es de 196’49€ por MWh según el OMIE, triplicando su precio respecto al mismo durante el mes de febrero de 2021. Ante esta subida, no queda otra que comprender nuestra factura para tomar partido en nuestras decisiones sobre consumo eléctrico. Algo que no sólo debemos incorporar a nuestro bagaje de conocimientos, sino que debe ser indispensable en el proceso de formación de cualquier ciudadano para asegurar su correcto desarrollo a lo largo de su vida. Aunque la información pueda ser mucha, permitiéndonos así un mayor entendimiento y, con ello, evitar sustos a final de mes.

Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sólo el 11% de los consumidores entiende completamente su factura de la luz. La razón principal es que, para ello, en primer lugar, cabe identificar el tipo de coste —que puede ser fijo, y pagar por cada kW de potencia contratada, o según los tramos horarios de la tarifa—, además de entender los conceptossegún el mercado. Este último punto, en relación al mercado regulado, donde se estandariza la estructuración de la factura por parte de todas las compañías facilitando su comprensión; o al mercado libre, donde existe libertad para concebir su estructura, aunque deba incluir un mínimo de contenidos.

¿En qué debemos fijarnos?

Pese a la diferencia de estructuración en ambos mercados, es preciso distinguir cuáles son los principales conceptos a tener en cuenta. Además de la compañía y del número de factura, su fecha o el Código Unificado de Punto de Suministro (CUPS, que identifica nuestra instalación), es importante reconocer el periodo de consumo —generalmente mensual— y el tipo de contrato. En todos los casos, dada la nueva tarifa, la tipología será la PVPC —tarifa de la luz por horas con discriminación horaria en tres periodos—, aunque puede aparecer un porcentaje de descuento si disponemos de Bono Social. No obstante, existen otros puntos indispensables para su comprensión.

Para comprender la factura, también debemos identificar el importe de lospeajes de transporte y de distribución —cobrados por hora punta y hora valle—, así como la potencia contratada —indispensable para cerciorarse de si ésta se ajusta a nuestras necesidades reales. Pero, además, también influyen en el precio final el impuesto sobre la electricidad —sobre el 5%—, la aplicación del IVA —del tipo 21% y en la suma total de la factura— o, en relación a los beneficios que extraerá la compañía por kW y año, el margen de comercialización fijo. En conjunto, detalles que nos servirán para decidir tanto si es preciso cambiar de hábitos como de contrato o compañía.