Hay niños que se quejan constantemente, siempre tienen palabras negativas y responden con lloros y quejidos a todo lo que les decimos los padres. Este comportamiento es una fase por la que pasan mucho peques, pero cuando se sigue repitiendo día tras día, mes a mes, los niños protestones pueden ser una gran molestia para todos a su alrededor.
La educación que le damos los adultos a los niños protestones es una parte muy importante para corregir este tipo de comportamiento. Todos podemos tener un mal día en el que nos sintamos decaídos, pero si tu hijo o hija suele tener este comportamiento muy a menudo, es el momento de actuar para conseguir un ambiente más agradable en casa.
Mantente calmado
Es normal que tus hijos te pongan nervioso cuando están todo el rato quejándose. Tú no pierdas la calma. Háblales de forma tranquila, explicándole por qué no debe tener ciertos comportamientos.
Muchas veces, los niños se comportan así para sacarnos de nuestras casillas y llamar nuestra atención, pero deben aprender que esta no es la forma más adecuada. Si le acabas gritando, le demostrarás un mal comportamiento que él también acabará imitando.
No cedas a sus protestas
Hablar calmadamente es la mejor forma de llegar a un acuerdo. Lo haces cuando tienes cualquier problema con un adulto, ¿verdad? Pues también debes hacerlo con un niño.
Espera a que tu hijo o hija esté calmado para hablar tranquilamente con él. Pregúntale qué le pasa, qué es lo que no va bien, y qué solución ve al problema. Es muy importante que sepas leer entre líneas, porque a veces hay un problema mayor que nos ocultan los niños, y que los padres debemos analizar para saber cuándo está pasando algo grave que les lleva a convertirse en niños protestones.
Educa en positivo
Está comprobado que los niños tienen un mejor comportamiento cuando educas en positivo en lugar de regañarles de forma negativa. En lugar de gritarle cuando haga algo que no te gusta, elógiale cuando se porte bien.
Si la intención de tus hijos es llamar tu atención quejándose, deben aprender que te ganarán mucho más cuando tengan el comportamiento opuesto. Habla con tus peques para buscar la solución a su problema, y cuando sean capaces de encontrarla por sí mismos, prémiales por un trabajo bien hecho.
Desde unas simples palabras de elogio como ‘qué orgulloso estoy de ti’, hasta pequeños premios que le motiven, como ir al cine o hace una salida familiar todos juntos.
Predica con el ejemplo
La buena educación procede de buenas prácticas tanto por parte de los niños como de los padres. Si tus hijos son niños protestones, procura que estén en un ambiente saludable para ellos, y no te comportes tú como no quieres que lo hagan ellos.
Los niños al final acabarán por comprender que el esfuerzo tiene sus recompensas, y que estar siempre quejándose en una pérdida de tiempo cuando en realidad con una actitud positiva pueden lograr más cosas en la vida.
¿Y tú, también tienes problemas en casa con niños protestones? ¿Cómo sueles actuar ante una crisis de este tipo?