Los dolores musculares son un motivo de consulta muy recurrente en farmacia y en centros médicos. De manera técnica se pueden denominar también procesos de mialgia y por lo general estas dolencias comprometen a más de un grupo muscular e incluyen otras estructuras anexas como ligamentos, fascias o tendones.

La actividad que causa el dolor muscular se puede identificar en función de si deriva de malos gestos o posturas, la práctica de ejercicio físico muy intenso que lleve a sobrecargas o bien por otros motivos como los efectos secundarios de algunos medicamentos, los traumatismos, esguinces y distensiones musculares, enfermedades variadas o episodios de estrés y alta tensión.

dolores musculares mujeres

¿Qué síntomas caracterizan a los dolores musculares?

Más allá de la sensación de molestia, causada por dolores punzantes en áreas determinadas del cuerpo, los dolores musculares dan lugar a entumecimiento, rigidez muscular, sensación de ardor y dificultad para realizar ciertos movimientos.

Cuando se trata de manera adecuada, ya sea con geles y cremas, como ocurre con calentras, o con antiinflamatorios y analgésicos en otro formato, suelen desaparecer a los pocos días. Algunos de estos productos se venden sin receta médica, pero su toma solo es aconsejable si está bajo la supervisión de un profesional médico o asesoramiento farmacéutico.

Si el dolor se cronifica es muy probable que no se trate únicamente de episodios esporádicos, sino que lo que oculte sea un proceso más grave. Es el caso de la fibromialgia, una enfermedad que causa alta sensibilidad en los músculos y el tejido blando circundante. Esta afección tiene otros síntomas que la caracterizan, como dificultades para dormir, fatiga y dolores continuos de cabeza.

¿Qué áreas corporales son las más afectadas por dolores musculares?

La Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) señala en un estudio que el 95% de los españoles con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años sufren dolores musculares con regularidad, y que uno de cada cuatro los padece de manera habitual. A su vez, más de la mitad de estas personas ver condicionada su calidad de vida debido a molestias intensas.

Las zonas del cuerpo que más afectadas se ven por los dolores musculares son la espalda, el cuello y las rodillas. Las condiciones laborales están tras muchos de estos episodios. De estas áreas, la espalda es la zona que más comprometida se ve, especialmente los dolores lumbares.

La Sociedad Española de Reumatología incide en que esta dolencia representa aproximadamente el 20% de los dolores crónicos totales. Además, es una afección de carácter genérico, que no entiende de profesiones, ni tan siquiera de grupos de edad.

Tras la espalda aparece el cuello, los dolores cervicales. Estos están causados principalmente por las malas posturas. Las personas que trabajan en oficinas o de cara al público en establecimientos presentan más probabilidades de padecer afecciones de este tipo.

Tras la espalda y el cuello aparecen las piernas, seguidas también del dolor de rodillas y los pies. Todos los dolores musculares pueden estar asociados a otras molestias, como jaquecas, problemas de insomnio y falta de descanso. Si no se mantienen en el tiempo, no revisten excesiva gravedad.

¿Cómo prevenir el dolor muscular?

En las propias causas de dolores musculares se muestran las recomendaciones para prevenir esas afecciones. Así, si la situación que está provocando esos episodios intensos de dolor parte de adoptar malas posturas en el trabajo, la prevención pasa por corregir esas posiciones.

A su vez, si se pasan muchas horas sentado frente a una pantalla conviene levantarse y cambiar de posición de manera periódica, colocar el equipo informático frente a los ojos  y mantener la espalda recta y sin tensar el cuello. Cuando son trabajadores en comercios y establecimientos que pasan muchas horas de pie, alternar esa posición con tomar asiento regularmente.

Por otra parte, es importante hacer ejercicio regularmente, pues esto va a fortalecer músculos y articulaciones. No obstante, cuidado a la hora de practicar actividad física, pues los sobreesfuerzos están tras muchos procesos de sobrecarga. Por ello hay que calentar bien antes del ejercicio y estirar después de los entrenamientos.

Finalmente, no hay que dejar de lado una dieta equilibrada, pues el déficit de nutrientes como las proteínas, el magnesio, el hierro o la vitamina D hace que el organismo sea más propenso a la debilidad muscular.