A los 23 meses el bebé ya ha crecido mucho y sus habilidades motoras se perfeccionan con cada día que pasa. Sin embargo, las transformaciones no solo ocurren a ojos vista, sino que su mente también se está revolucionando para poder comprender y darle sentido al mundo que le rodea.

En esta etapa es probable que notes que su imaginación se desborda. El pequeño comienza a crear un mundo más allá del que vive, lo cual le servirá en el futuro para aliviar sus miedos y resolver algunas tensiones de índole emocional. Es importante que no coartes su creatividad e imaginación, sino que la potencies a través del juego.

como son los bebes pequeños

Su memoria también se está desarrollando. Antes no era capaz de seguir dos órdenes porque las olvidaba, pero ahora puede retener dos o incluso tres indicaciones sencillas. De la misma manera, su pensamiento se va haciendo más complejo y ya comprende algunos conceptos opuestos, como bajo y alto o grueso y delgado. Además, ya ha comenzado a operar con las representaciones simbólicas; es decir, comprende que los objetos existen aunque no los pueda ver y es capaz de representarlos en su mente.

Todos estos cambios también potencian el desarrollo del lenguaje. La mayoría de los bebés aumentan su vocabulario en esta fase en unas 25 palabras. No obstante, recuerda que aunque su lenguaje todavía es limitado, comprende prácticamente todo así que deberás tener cuidado con lo que dices en su presencia.

La necesidad de atención y aceptación

En la esfera socio-afectiva también ocurren varios cambios, uno de los más importantes se refiere a la necesidad de ser aceptado por sus padres y las personas más cercanas que le resultan significativas. Te darás cuenta porque es como si buscase público para las cosas que hace y cuando se percata de que algo atrae vuestra atención, intenta repetirlo.

Si bien se trata de un comportamiento normal que nace del egocentrismo propio del niño de esta edad, es importante que no alientes esta necesidad y que le expliques en palabras sencillas que el mundo no gira a su alrededor. El niño debe ir captando la idea de que aunque ocupa un lugar central en la casa y todos le quieren, hay ocasiones en que debe esperar y cederle el “protagonismo” a los demás.