La impresión en 3D tiene mucho que ofrecer en el campo de la enseñanza. Se trata de un recurso que está revolucionando los métodos educativos y despertando la curiosidad y el interés del alumnado

Aunque todavía queda un tiempo para que se encuentren presentes de manera generalizada en las aulas españolas, son innegables los beneficios que reportan las impresoras 3D como recurso educativo.  

La tecnología está cada vez está más presente en el entorno de la formación, con pizarras digitales u ordenadores, por poner solo un par de ejemplos, es una realidad. Las impresoras 3D son unas de las mejores apuestas e inversiones que se pueden hacer en los próximos años, ya que sirven como un apoyo de incalculable valor para que los estudiantes materialicen los conceptos estudiados en un soporte físico real. Empresas como Ingeniería 3D Digital prestan asesoría a los centros interesados en incorporar esta tecnología en sus clases.

Ventajas de contar con una impresora 3D en el aula

En este artículo se van a presentar algunas de los principales beneficios que ya se han hecho realidad con el uso de las impresoras 3D en el aula. Aunque, si se quiere ampliar esta información basta con hacer clic en el enlace sugerido con anterioridad.

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Creatividad y la capacidad de resolver problemas

Una de las principales ventajas que conlleva el uso de las impresoras 3D en el aula es la capacidad que tienen de materializar ideas en objetos reales.

Esta posibilidad tiene un increíble valor formativo ya que hace que cambie la forma de pensar de los alumnos a la hora de resolver los más variados problemas.  Este aparato le facilita la tarea de encontrar solución a aquellas situaciones que solo son capaces de visualizar con claridad en el mundo físico, aumentando su creatividad a la hora de resolver los ejercicios planteados.

Esta materialización y resolución de conflictos en 3D prepara al alumnado mejor para el entorno laboral. Por un lado, porque los trabajos de producción se están trasladando a China y otros países, mientras que Europa se está centrando en el diseño. Por otro lado, porque se prevé que en poco tiempo el 50 % de las empresas introducirán estas máquinas en su trabajo diario, por lo que estará bien que los estudiantes durante su formación se vayan familiarizando con ellas.

Crece la participación

Ni que decir tiene que las impresoras 3D en el aula hace que los procesos de aprendizaje sean más lúdicos y participativos. En algunos centros se opta por crear espacios comunes para utilizarlas. De este modo, los estudiantes pueden trabajar de manera conjunta. El papel del profesor es esencial para dinamizar su uso y que realmente se le saque provecho a este instrumento. Es importante involucrar a los alumnos para que formen parte del proceso y logre convertirse en un aprendizaje significativo. 

Aumenta el interés de los estudiantes

Los estudiantes a los que se les ofrece la posibilidad de aprender con este método eminentemente práctico, donde los problemas pueden materializarse y verse con mucha más claridad, hace que crezca exponencialmente su interés y se sientan mucho más motivados.

Es un recurso sumamente útil para cualquier perfil educativo, pero especialmente interesante en el caso de aquellos alumnos que presentan problemas de atención. Pasar de las clases teóricas a la creación propia con las impresoras 3D es un gran incentivo que los alumnos agradecen.

Hay que tener en cuenta que las impresoras 3D con un instrumento que conecta a la perfección con los estudiantes actuales (nativos digitales), por lo que no es de extrañar que se sientan más atraídos por este sistema de enseñanza que el tradicional, eminentemente teórico.

Facilitan el trabajo del profesor

Las impresoras 3D y las posibilidades que ofrecen hacen que aumente exponencialmente las herramientas con las que cuentan los profesores a la hora de explicar conceptos complejos a los estudiantes.

Especialmente, las asignaturas de ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas encuentran unos grandes aliados en las impresoras 3D. Estas máquinas, gracias a su avanzada tecnología, permiten trasladar a un escenario real conceptos difíciles de explicar de forma teórica.

Sin embargo, y aunque sea en estas materias donde más claramente se ve las ventajas de su uso, igualmente son eficientes en otras áreas educativas. Por ejemplo, para las clases de geografía o historia, su uso permite recrear mapas topográficos o escenarios que jugaron un papel relevante en algún acontecimiento histórico.

Colaboración entre diferentes departamentos

La experiencia que se tiene en la utilización de las impresoras 3D ha demostrado que contar con ella en un centro escolar favorece la colaboración entre diferentes materias y especialidades, promoviendo de este modo el trabajo en equipo, tanto del profesorado como del alumnado.