La crisis sanitaria de la que aún se está recuperando nuestro país ha obligado a muchos profesionales a ofrecer soluciones para la atención al ciudadano confinado. Si bien, muchas de estas soluciones ya se habían empezado a poner en práctica, el hecho de que las personas estuvieran recluidas en casa y, por ejemplo, no podían acudir a visitar médicas presenciales, ha dado paso a soluciones como la atención telemática.
Este es el caso de la psicología, especialidad en la que ya se realizaba la atención telemática a determinados pacientes, que podrían tener, por ejemplo, dificultades de movilidad o la imposibilidad de poderse desplazar a las consultas.
Problemas confinados
Así, antes de la crisis ya existían los psicólogos online, pero sus servicios se han convertido en fundamentales en unos momentos muy complicados para la salud mental de muchísima gente. Los problemas han sido muy diversos, desde la pérdida de familiares sin poder atender un mínimo acompañamiento en la agonía, muerte o sepelio; la soledad de personas que se han tenido que confinar en solitario, problemas de pareja o familia acrecentados por una convivencia obligada u otros problemas como enfermedades mentales previas o problemas de alcoholismo o drogadicción.
En este sentido, muchos profesionales certifican el incremento de casos de alcoholismo, especialmente en casos de adicción a las drogas: ante la imposibilidad de poder conseguir las dosis necesarios, muchos drogodependientes han utilizado el alcohol como sustituto.
La angustia por la situación económica, provocada por la incertidumbre laboral de muchas personas es, junto a la muerte de seres queridos y la imposibilidad de haber podido atender o enterrar, otro de los problemas más importantes, a nivel psicológico, de esta crisis sanitaria, generando ansiedad e, incluso, depresión.
Finalmente, muchas personas sienten aún verdadero pánico a salir a la calle o tomar el autobús. El miedo al contagio y a sus consecuencias es otra consecuencia psicológica de la situación que ha sufrido la población.
Interrupción de tratamientos
El colapso de centros hospitalarios y de centros de atención primaria debido a la ingente cantidad de enfermos de Covid-19 ha provocado la interrupción de tratamientos de un gran número de pacientes, y los que requerían atención psicológica no han sido una excepción. En este caso la causa ha sido el cierre de centros y gabinetes, forzados por el confinamiento y la necesidad de mantener a la población con la mínima movilidad.
Efectivamente, muchas personas también se encontraban realizando tratamientos psicológicos presenciales y los han visto obligadamente interrumpidos debido a la dificilísima situación que ha provocado esta crisis sanitaria. En estos casos, la atención remota ha sido clave.
Soluciones para el futuro
Los centros psicológicos que atienden a sus pacientes en remoto se han convertido en la única solución en los meses en los que la población ha tenido que estar obligadamente recluida en sus casas, si bien, como decimos, antes de esta situación tan complicada, eran muchos los profesionales que ya realizaban este tipo de atención.
Este tipo de atención tiene numerosas ventajas, sobre todo en el hecho de no tener que desplazarse y el de ser atendido en un lugar, como es su hogar, en el que el paciente se siente más seguro y acogido. Además, es bastante sencillo que una persona disponga de conexión a internet en su hogar y se instale una aplicación de videoconferencia como Skype.
Está claro que, a todos los niveles profesionales, las nuevas tecnologías han proporcionado una serie de soluciones y la psicología no ha sido ajena a esta revolución tecnológica. Está demostrado que este tipo de terapias, además de tener las ventajas que hemos mencionado, está demostrado que también tienen exactamente la misma efectividad que puedan tener las terapias presenciales