La educación de los niños es una ardua tarea para los padres. Sobre todo, los padres primerizos tienen un sinfín de dudas sobre lo que hacer y no hacer con sus hijos. A la hora de intentar que aprendan a controlar las emociones, una de las técnicas con más eficacia y que más se usa en los últimos tiempos es la llamada técnica del semáforo. Si no sabes en qué consiste, no te preocupes ya que te vamos a ofrecer una especie de guía para que la aprendas y la puedas poner en práctica con tus hijos.

¿Cómo se lleva a cabo la técnica del semáforo?

Esta técnica del semáforo es perfecta cuando el niño experimenta señales físicas en el momento en el que se enoja (como, por ejemplo: sudor en las manos, respiración agitada, la cara enrojecida, se nubla la vista o los músculos se ponen tensos, entre otros síntomas).

Pues bien, esta técnica consiste en reconocer estas señales y, mediante este conocimiento, comenzar con la dinámica de controlar las emociones. Ahora bien, ¿cómo poner en práctica esta técnica? Es muy sencillo y a continuación te lo contamos.

La luz roja significa que, como se para una persona en un semáforo con este color, la persona debe parar y comenzar las señales de las que antes hablábamos. Este es el primer paso que se debe dar para determinar el estado de ánimo en el que el niño se encuentra.

Por otra parte, la luz ámbar significa que se puede entrar en la concientización de manejar los sentimientos, habiendo logrado el control de la emoción que se está presentando. Es decir, ya se está frente al descubrimiento del estado de enfurecimiento que se tenga para así determinar la causa de lo que está sucediendo.

La luz verde, por su parte, indica que el niño debe pensar cuál es la mejor forma de expresar las emociones que se están experimentando  en el momento. A la vez, se necesita saber cuál es la mejor forma de salir de la emoción para retornar a un estado de comportamiento normal.

tecnica del semaforo niños pequeños

Más detalles de la teoría del semáforo

Además, otra de las cosas que contempla esta teoría del semáforo es la de la luz intermitente. Y es que, al igual que los semáforos con luz intermitente y que significa que los vehículos se deben detener para que los peatones puedan pasar, en los niños es cuando deben hacer un alto para mirar minuciosamente su conducta.

Así, por lo tanto, el color rojo, significa pararse , el amarillo o naranja, pensar y el verde solucionarlo. Para que tus hijos aprendan a controlar sus emociones, es pedir a tus hijos que os indiquen formas de conseguir calmarse, ya que ellos mismo te indicarán una lista de conductas posibles.

Para poner en práctica este juego, una idea es colocar semáforos en diferentes lugares de la casa ya que siempre es una manera de recordarles a tus hijos que siempre podrán usar el semáforo cuando se enfaden, algo que seguro os vendrá muy bien como padres para intentar calmar a vuestros hijos cuando sufran algún tipo de rabieta.