28 de Junio, Día Internacional del Orgullo LGTBI+

Cada 28 de junio se celebra en diferentes países del mundo el Día Internacional del Orgullo LGBT y aunque en muchos lugares aprovechan el fin de semana anterior o posterior para sacar la reivindicación a la calle. Al margen de los famosos desfiles, está el origen de esta celebración, que muchas personas todavía desconocen.

El arranque de esta tradición empezó en la ciudad que nunca duerme, Nueva York, en 1969, donde se produjeron los conocidos como los disturbios Stonewall, cuando la comunidad LGBTI de Estados Unidos se unió, por primera vez en la Historia, para reivindicar sus derechos.

Estas manifestaciones fueron en protesta de una redada policial que tuvo lugar en el pub Stonewall Inn, en Greenwich Village, durante la madrugada del 28 de junio. En los años 60 todavía no estaban reconocidos los derechos de este colectivo y había pocos locales los que sí les permitían la entrada abiertamente, aunque se enfrentaban a la posibilidad de ser arrestados.

Fue un año después, cuando tuvieron lugar las dos primeras marchas en favor de este colectivo LGBT, Nueva York y los Ángeles, a las que poco a poco, se comenzaron a sumar otras ciudades del país, y años más tarde, este movimiento se extendió a otros continentes.

Aunque esta claro que no exista aún una igualdad real para con este colectivo, se alzan voces criticando la conmemoración de este día, pero si nos centramos  en los siguientes aspectos se entiende que el trabajo para la visualización e integracion de las personas integrantes de este colectivo son muy necesarias. 

A fecha 2020, todavía existen 6 Estados miembros de la ONU que imponen la pena de muerte a los actos sexuales consentidos entre personas del mismo sexo, y otros 5 Estados en los que tal castigo es técnicamente posible.

En otros 26 países la pena máxima puede variar entre 10 años y cadena perpetua.

Al menos 32 Estados Miembros de la ONU han establecido disposiciones que limitan la libertad de expresión de las personas, incluyendo leyes de propaganda que prohíben la promoción de la “homosexualidad” o de las relaciones sexuales “no tradicionales”;

41 Estados ponen barreras a las ONG que trabajan en temas de orientación sexual, poniendo en mayor peligro a los defensores de los derechos humanos.

Por otro lado, recordar también que La OMS dejó de considerar la transexualidad como enfermedad mental en 2018.

Evidentemente, la legislación que protege a las personas LGTBI+ de la discriminación y la violencia se ha ampliado en los últimos años a nivel mundia, aunque a un ritmo más lento de lo que esperábamos.

En nuestro país, según el El Ministerio del Interior, que ha presentado el informe anual de la evolución de los delitos de odio 2019, de todos los datos que arroja , podemos diferenciar los que se refieren a los delitos de odio por orientación sexual e identidad de género, que ha aumentado un 8,6% respecto al año anterior.

La gran mayoría se han producido por Internet o Redes Sociales.

Los delitos de odio por orientación sexual e identidad o expresión de género, están en tercera posición después de los delitos por racismo y xenofobia e ideología. Sin embargo el porcentaje tan alto de infradenuncia (65%) nos alarma sobre cual es la incidencia real de este problema en nuestra sociedad.

En Andalucía, según el Informe del Observatorio Andaluz sobre la LGTBIfobia los datos son muy similares a las cifras obtenidas a nivel nacional, con un alto índice de infradenuncia (en torno al 60% )

Si nos centramos ahora en la situación de los Centros Educativos, según el informe anual de COGAM (2019):

Afortunadamente, el 85% de las y los jóvenes de los centros participantes en el estudio son poco prejuiciosos. Aún más, el 48% es nada prejuicioso.

Sin embargo, es el porcentaje restante, una minoría, el 15%, la que genera un ambiente de intolerancia para las personas del Colectivo LGTBI.

La LGTBIfobia que se asume como normalizada es la que afecta a la propia percepción y autoestima de la persona.

En este sentido, el 33% de las y los homosexuales o el 41% de las personas trans de los Centros Educativos, piensa que no son aceptados como los demás. Este dato es semejante al arrojado por el estudio de 2015 (COGAM, pg. 19) donde un 32% opinaba que se les discriminaba.

Estos datos suponen una clave para comprender qué ocurre entre las buenas disposiciones (que arrojan los datos sobre prejuicios) y la realidad de las personas LGBTI en el aula, según la cual, un tercio del alumnado piensa que la población LGBTI no es tratada igual.

De estos datos se deduce que gran parte de la juventud cree que es respetuosa con el colectivo, pero no actúa cuando se realiza algún tipo de discriminación hacia el mismo.

Podemos hablar, por tanto, de que en los centros educativos españoles y andaluces se produce, en mayor o menor medida este tipo de acoso, que en definitiva es una gran ofensa a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Desde el Gabinete de Asesoramiento de Convivencia Escolar e Igualdad de la Delegación de educación de Málaga trabajamos para integrar a nuestro alumnado LGTBI y librar de LGTBIfobia nuestras aulas.

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