DESCUBRIMOS LOS INVERNADEROS Y EL AULA DE ROBÓTICA
La pasada semana, nuestro alumnado de Educación Infantil vivió una jornada muy especial. Realizamos una salida educativa al instituto de nuestra localidad, donde nos abrieron las puertas de dos espacios fascinantes: los invernaderos escolares y el aula de robótica.
Esta visita formó parte del proyecto que hemos estado trabajando en el aula sobre las plantas, donde los niños y niñas han aprendido cómo crecen, qué necesitan para vivir y la importancia de cuidarlas. Gracias a esta salida, pudimos observar de forma directa muchos de los aprendizajes vividos en clase.
Comenzamos la visita en el invernadero, un espacio muy especial que actúa como un hábitat protegido para las plantas. Allí, descubrimos que las condiciones del invernadero —temperatura, luz y humedad— están controladas para ayudar a que las plantas crezcan sanas durante todo el año, incluso cuando hace frío fuera. El alumnado observó con curiosidad cómo estaban plantadas diferentes frutas, verduras y flores, e incluso identificaron algunas de las que habíamos estudiado previamente, como las fresas o los tomates. También aprendieron que el invernadero protege a las plantas de las heladas, la lluvia fuerte y los insectos dañinos.
Después, nos dirigimos al aula de robótica, donde la sorpresa fue mayúscula. Allí conocieron pequeños robots, vieron cómo se mueven y cómo se programan, y disfrutaron con actividades interactivas adaptadas a su edad. Fue un primer acercamiento al mundo de la tecnología y la programación, que vivimos con entusiasmo, juego y mucha curiosidad.
Esta salida ha sido una experiencia enriquecedora y llena de significado. No solo reforzamos contenidos trabajados en el aula, sino que además conectamos con espacios del entorno educativo que formarán parte de su futuro. Ha sido también una bonita oportunidad para fomentar el respeto por la naturaleza, el interés por la ciencia y la apertura a nuevas formas de aprender.
Queremos agradecer al equipo del instituto su acogida, amabilidad y dedicación. Volvimos al cole con una mochila cargada de emociones, descubrimientos… ¡y muchas ganas de seguir aprendiendo!
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