Los juegos de memoria son un gran recurso para el aprendizaje.
Este tipo de juego agudizan la memoria y la percepción visual en nuestros peques. Ponen a prueba su capacidad para reconocer formas, colores y memorizar su posición. Si, además, estas tarjetas contienen imágenes parecidas aprenderán a fijarse en los detalles. De este modo, son geniales para reforzar la memoria y para desarrollar la atención por los detalles, además de enseñarles a razonar y a confiar en su instinto.
Con ellos también aprenden a controlarse a nivel emocional. Aprenden a seguir unas reglas y a cumplir unas normas en un ambiente lúdico y relajado, además de enseñarles a ganar y a perder.
De manera individual, son muy divertidos, pero si se juega en gran grupo, lo son mucho más.