El viernes, acercamos a nuestro alumnado, un poquito más, al patrimonio artístico y cultural de nuestra ciudad. Un paseo por la judería, el puente romano, la plaza del Potro, la posada del Potro para llegar a nuestro destino, el museo de Julio Romero de Torres.

En nuestro patio cordobés, se hicieron recreaciones de las obras de este afamado artista y tenían muchas ganas de ver «las de verdad». Disfrutaron mucho de esta visita en la que se sorprendieron de lo grandes que eran los cuadros, disfrutaron de las obras que ellos/as mismos/as habían imitado y conocieron otros muchos detalles de las creaciones del artista. Cuando un/a peque comenta «qué pena no poder verlo y hablar con él…» significa que hay motivación, hay emoción y, por tanto, hay aprendizaje. Córdoba con ojos de infancia…