El conejo del bosque
David el gnomo ha recibido la visita de un conejo de nuestro bosque que está enfermo.
Para que no tenga que hacerlo solito, mis niños y mis niñas se han ofrecido a ayudarle. Por un rato seremos gnomos curadores y mi jefe del día, Pedro Manuel, será el que vaya haciendo lo que le digamos.
Primero, vamos a explorar al conejillo. Tiene una tirita en un pie, sangre (pegatina roja) en el otro pie y la nariz colorada.
¿Qué opináis?¿Qué le ha podido pasar? Tienen muy claro que ha debido tener un accidente.
Si es así necesitamos una pócima. ¿Qué tenemos por la clase que le pueda curar?: hoja del bosque, un bicho y aceite (en su lugar utilizaremos plastilina).
El gnomo jefe curador le aplica la pócima al pie de la sangre y ¡chas! se cura. Luego se lo aplica al pie de la tirita y ¡chas! se cura. Pero se lo aplica a la nariz y no se cura. Entonces debe ser que lo de la nariz no es por el accidente. ¿Qué otra cosa puede ser? Pensad, pensad, gnomos curadores.
De repente el conejito empieza a estornudar. El gnomo jefe lo tiene muy claro, está resfriado.
¿Cómo le curamos?¿Se os ocurre alguna pócima? Las ideas fluyen de esas cabecitas y da gusto escuchar a mis pequeños gnomos pero el animalito no se cura.
A mi jefe curador se le ha ocurrido darle una pócima de zumo de naranja y meterlo en la camita.
¡Chas, chas, chas! el conejo se ha curado.
Tenemos que decir que somos unos buenos ayudantes de David el gnomo, increíbles.
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