A por el último ingrediente de la pócima
Tal como estábamos esperando, David el gnomo nos ha sorprendido con un nuevo mensaje en la tablet.
Lo primero es investigar cuál es la «mayor isla del mundo helada». Internet nos ha mandado al ártico. Busquemos en Google Earth:
Está ahí arriba del planeta, como si fuera un gorro blanco, pero es demasiado grande. Necesitamos acercarnos un poco más para saber cuál es el sitio concreto dónde tenemos que ir.
Esta isla grandota y blanca se llama Groenlandia. Está rodeada de hielo por todas partes así que debemos ir hacia allí en un barco muy especial que se llama rompehielos:
¡Ahí vamos!
¡Estupendo, lo hemos conseguido!
Después de abrigarnos muy muy bien hemos desembarcado.
Ahora tenemos que saber cómo es el lobo ártico y resulta que el gnomo se había equivocado porque en esta zona sólo existen zorros árticos. Vamos a buscarlos.
Al desembarcar nos esperaba el gnomo de la nieve que nos daba a elegir entre el camino del caribú o del reno (qué pillo es, son el mismo animal).
Sigamos las huellas del caribú hacia esa ciudad tan bonita con casitas de colores.
En esta ciudad viven los esquimales o inuits. Son personas muy especiales porque están acostumbradas a vivir con temperaturas muy muy bajas. Se dedican a la pesca y a la caza y se hacen la ropa con pieles de animales.
Cuando van de caza construyen unas casitas de hielo muy monas donde se refugian y se camuflan en el blanco de la nieve. Vamos con ellos a ver si conseguimos alguna pista del zorro ártico.
¡Huellas de zorro! Vamos bien por aquí, sigamos…
Hemos acompañado a los esquimales cuando pescaban montados en Kayak y cuando iban de un sitio a otro montados en el trineo de perritos husky.
Veíamos huellas de zorro pero no a él.
¡Atención se escucha algo!
Debe estar cerca, pero ¿dónde?. Claro con su pelo blanco se camufla muy bien igual que el conejo blanco, el oso polar y otros animales de allí.
¿Qué es eso que sale en el cielo?
¡Guauuu!, se llama aurora boreal y es una maravilla de la naturaleza que sólo se da por aquellos lugares.
Durante el rato que ha durado la aurora boreal nos hemos olvidado del zorro y de nuestra misión, recoger su aullido.
Hemos buscado durante días por todos lados. Hasta que de repente hemos mirado hacia una llanura muy blanca y allí estaba el zorro, ¡qué bonito es!
Nos aullaba una y otra vez pero ¿cómo cogemos su aullido?. Lo intentamos meter en un bote, en una bolsa y en un montón de sitios que me decían mis niños y niñas pero no lo podíamos guardar.
Hemos mandado al búho a pedir ayuda al gnomo y nos ha dicho que tenemos que utilizar esto:
¿Quién puede tener algo así? Claro, el gnomo de las nieves. Nos ha mandado uno y, por fin hemos podido guardar el aullido.
¡BRAVOOOO!
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