Reto número 7, la emoción del asco
Una semana más hemos seguido buscando la llave que abra el candado de nuestras emociones.
Nuestra jefa Elena ha abierto el cajón número 7.
En él había llaves marrones, el acertijo y nada más. Así que tendremos que seguir buscando.
El acertijo era muy muy fácil. Mis niños y mis niñas lo han descubierto enseguida.
¿Asco? ¿Qué es lo que nos da asco a cada uno de nosotros y nosotras? En ese momento concreto sólo se les ocurrían la caca y la basura.
Así que hemos investigado qué nos puede dar asco. Para ello hemos conocido la función de nuestros cinco sentidos.
A través de ellos podemos diferenciar lo que nos parece agradable de lo que nos es desagradable y nos puede dar asco.
Hemos cerrado los ojos (no pude hacer fotos pero os lo podéis ir imaginando) y usado nuestros sentidos.
Primero olimos colonia de limón y luego vinagre. Antes de identificarlos las caras de mis niños y niñas lo decían todo.
Con las manos hemos tocado un peluche y una papilla pastosa. Como la mente siempre nos juega malas pasadas se pensaban que la papilla era vómito y las caritas eran todo un emoji de asco.
En el turno de usar el oído hemos escuchado la lluvia, las golondrinas y un peo. Como esperaba, sabía que se reirían pero he aprovechado para trabajar los buenos modales dentro y fuera de casa.
La vista la hemos usado para diferenciar lo agradable o desagradable que pueden ser:
Las risas y los ascos estaban garantizados.
Y finalmente hemos visto comidas.
Además de divertida, esta investigación nos ha dejado claro que hay muchas cosas que nos pueden dar asco.
Pero, ¿qué hacemos si algo nos da asco?
¿Gritamos? ¿nos enfadamos? ¿salimos corriendo?…
La mejor manera de controlar el asco es evitar situaciones que nos lo provoquen y pedir ayuda si nos llega a dar fatiga.
De esta forma, mis niños y niñas han CONSEGUIDO EL RETO DEL ASCO.
Comentarios recientes