Bienvenidos a un mundo mágico…bienvenidos al Castillo
En una ocasión, hace muchos años, me dijeron, «Antonio, el amor con amor se paga», pues hace cosa de dos años (o dos cursos, como nos gusta hablar a los maestros/as) mis días me llevaron a Cartaya, una localidad llena de vida, de culturas, productiva y todos los adjetivos que se os ocurran para definir un lugar próspero e inquieto. Allí encontré un sitio mágico, donde convivían costumbres muy diferentes, en ocasiones contrapuestas, y donde la pluralidad es la esencia de esa magia, llegue al Castillo, a mi Castillo, al tuyo, al nuestro y al de todos.
Es entonces donde conocí a grandes profesionales, a personas maravillosas que estaban inmersas en el ADN de ese lugar, maestros y maestras que, eran capaces, además, de contagiarte (ahora en estos días que está tan nombrada la dichosa palabra) de entusiasmo, de ganas de ver el colegio como no sería capaz de hacerlo por mi mismo.
Ahora, después de un curso en paréntesis, vuelvo a este, mi lugar, a mi fortaleza, al lugar donde la magia se viste de contenidos y valores. Y es solo ahora cuando puedo hacer efectivo aquello que me dijeron en el pasado, ahora me corresponde a mi devolver todo el amor que recibí en aquel momento, con eso haré caso a la persona que me dio aquel consejo, gracias mamá.
Espero que con mi trabajo pueda honrar aquello que las personas que están y que antes estuvieron hicieron por los niños/as de este centro.
Vamos a por ello….