INTRODUCCIÓN.
Basta a proponer un tema de investigación a nuestro alumnado en el marco de desarrollo de una situación de aprendizaje y proporcionarle acceso a Internet para la búsqueda de información para darse cuenta de una realidad: nuestro alumnado ya no usa Google como punto de partida para localizar información, ha dejado los buscadores a un lado. Ahora lo que hace es abrir ChatGPT y preguntar.
La IA está de moda. Ha borrado del mapa los motores de búsqueda tradicionales que nos han acompañado durante décadas. Y ante esta nueva realidad fácilmente observable entre nuestro alumnado nos surge una serie de preguntas: ¿este cambio se puede considerar positivo? ¿Es conveniente que nuestro alumnado use la IA o puede ser perjudicial para su aprendizaje? ¿Hasta qué edad deberíamos evitar su uso?
En definitiva, debemos reflexionar sobre si llevar el uso de la inteligencia artificial a nuestras aulas puede resultar beneficioso para nuestro alumnado o sí, en cambio, es mejor evitarla.
POR QUÉ USAR LA IA EN EL AULA.
En las últimas décadas hemos podido observar como el desarrollo tecnológico ha sido progresivo, integrándose sin pausas en el terreno educativo. Así, hemos visto como en poco tiempo ha ido cambiando nuestra realidad más inmediata: hemos sustituido la pizarra de tiza por la digital; dictar a apuntar por colgarlos en Moodle o Classroom; la wifi como un elemento imprescindible para el día día; el uso de portátil como alternativa o complemento a la clásica libreta; etc.
Esta progresiva digitalización de la educación se ha ido haciendo poco a poco, sin prisa, pero sin pausa. Sin embargo, la llegada de la IA al ámbito educativo ha supuesto un cambio brutal. Y se ha producido con una velocidad enorme, casi de un día a otro. No es simplemente un paso más; supone un gran salto, un cambio realmente significativo.
¿Y por qué nosotros como docentes debemos llevar el uso de la IA al aula? Por muchas razones. La más importante quizás sea que ya forma parte de la vida de nuestro alumnado y, con seguridad, seguirá siendo así en los próximos años. No podemos obviar la realidad. Al contrario, debemos trabajar como con nuestro alumnado y entrenarlo para que haga un uso responsable y crítico de la misma, sacándole el máximo provecho posible.
Otra razón evidente para llevar el uso de la IA a nuestras aulas es su enorme potencial didáctico. La IA -bien usada- puede servir para multitud de tareas que potencian o mejoran el aprendizaje de nuestro alumnado. Por ejemplo, puede convertirse en un interlocutor para que nuestro alumnado converse en una segunda lengua y le ayude a progresar en su dominio idiomático; puede ayudarle a repasar haciéndole preguntas sobre un determinado tema; puede analizar sus producciones escritas y detectar sus errores, proponiéndole formas de mejorar; etc.
Y, para ello, es imprescindible que el docente se forme sobre el uso educativo de la IA.
ÉTICA DE LA IA: ¿QUIÉN GANA?
En ocasiones se extiende entre el profesorado un cierto temor a llevar el uso de la IA a su aula. A veces este temor o incertidumbre puede deberse simplemente a dudas sobre su funcionamiento (¡no todos somos docentes de informática!). Otras, en cambio, el cuestionamiento nace de dilemas de carácter ético: ¿será adecuado lo que estoy haciendo o estaré incitando mi alumnado a que use la IA de forma perniciosa o para labores de dudosa ética?
La IA puede ser un arma de doble filo. Por un lado, bien usada, es indudable su enorme potencialidad para el proceso de aprendizaje-enseñanza, pero, por otro, también es posible usarla para engañar en cuestiones de autoría.
Siendo consciente de esta realidad, esto no debe convertirse en una excusa para evitar su uso en el aula o para mirar hacia otro lado. Al contrario, debemos empoderar a nuestro alumnado, haciéndole reflexionar tanto sobre sus posibilidades como sus condicionantes éticos, educándolo en un uso de la IA que sea crítico y respetuoso.
Se trata, en definitiva, de educar digitalmente a nuestro alumnado, guiarlo en un uso crítico y responsable de las TIC con la finalidad de que sea capaz de usarla y aprovechar sus posibilidades didácticas.
LA IA Y LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD.
La IA tiene posibilidades de aplicación directa en prácticamente todos los ámbitos implicados en el proceso educativo, desde la elaboración y diseño de recursos didácticos hasta el propio trabajo en el aula.
Sin embargo, uno de los campos de acción en los que quizá su utilidad puede ser mucho más significativa es en el de la atención a la diversidad.
Este ámbito es uno de los más importantes en el trabajo docente y, al mismo tiempo, uno de los más complejos. Y es justo por esto por lo que la IA puede ayudarnos a ser más efectivos. Debemos tener en cuenta que apostar por una educación que sea verdaderamente inclusiva, que permita que todas y todos tengan la posibilidad de desarrollar su aprendizaje, es un auténtico desafío para cualquier docente. Y lo es en multitud de sentidos: en la preparación de secuencias de trabajo multinivel adaptadas, personalizadas y contextualizadas; en el análisis de los datos proporcionados por la evaluación; la propia atención en el aula y en el acompañamiento; etc.
Por ello, es necesario que la filosofía del DUA impregne el trabajo educativo en su totalidad de principio a fin, desde el diseño y evaluación de situaciones de aprendizaje hasta el trabajo en el aula. Así, es un error de partida crear una situación de aprendizaje para un alumnado tipo con un nivel de desarrollo, competencial estimado para un curso o edad determinada. Muy al contrario: debemos preparar nuestras situaciones de aprendizaje para nuestro alumnado, pensando realmente en todos y cada uno de ellos, en sus características (sociales y educativas), en sus intereses, etc. Esto es lo que implica una educación inclusiva.
¿Y en qué puede ayudarnos la IA en este sentido? Pues en todo: desde la elaboración de material educativo accesible, adecuado y contextualizado hasta en la aplicación de las pautas y principios DUA.
Veamos algunos ejemplos concretos:
-multinivelación de secuencias didácticas,
-creación de secuencias didácticas según el modelo REA-DUA,
-creación de secuencias didácticas aplicando la taxonomía de Bloom,
-adaptación de textos a lectura fácil…
EJEMPLOS PRÁCTICOS DEL USO EDUCATIVO DE LA IA.
-El uso educativo de la IA por la docente.
La IA constituye una valiosa herramienta que pueda agilizar algunas labores típicas del quehacer docente, así como proporcionar recursos variados, adaptados y contextualizados para que el proceso de aprendizaje-enseñanza sea lo más eficiente posible.
Veamos solo algunos de los posibles usos por parte del docente a modo de lluvia de ideas:
-para cuestiones de organización y funcionamiento del centro: elaboración de horarios, gestión de uso de aulas o espacios específicos, elaboración de gráficos con informes de convivencia, estadísticas de evaluación, etc.;
-para labores administrativas: redacción de actas, diseño de imágenes corporativas,
-para la creación de materiales didácticos: diseño de rúbricas de evaluación, elaboración de secuencias didácticas, creación de textos adaptados y contextualizados, materiales para la atención a la diversidad, diseño de instrumentos de evaluación…
-Uso de la IA por la / el alumna / o.
Pero la IA no es solo una herramienta para el docente, sino que también puede convertirse en un recurso apto para nuestro alumnado. Lógicamente, debemos trabajar en el aula para que nuestro alumnado haga un uso crítico, responsable y efectivo de la IA, evitando su empleo para tareas determinadas poco éticas (por ejemplo, para engañar al profesorado en la realización de tareas).
Veamos algunos de los posibles usos por parte de nuestro alumnado: practicar idiomas, autoevaluar producciones propias, crear escenarios de aprendizaje, resumir o esquematizar, etc.