Algebristas del Renacimiento

Las matemáticas estuvieron estancadas en Europa durante la Edad Media. Con la expansión del Islam, llegaron a occidente los progresos en aritmética y álgebra de los propios árabes y otros procedentes de la India.

El despertar de las matemáticas en Europa se dio en la Italia renacentista del siglo XVI, y entre sus protagonistas sobresalieron tres matemáticos, conocidos como Del Ferro, Tartaglia y Cardano, que trabajaron arduamente en la búsqueda de una fórmula que diera las soluciones de la ecuación polinómica de tercer grado x3 + ax2 + bx + c = 0.

Scipione Del Ferro (1465 – 1526) nació y murió en Bolonia. Aunque no es un matemático muy conocido, resolvió este problema parcialmente, dando solución al caso particular en el que la ecuación es de la forma x3 + bx + c = 0. No se conservan escritos suyos, debido a su reticencia a divulgar sus trabajos. Prefirió comunicarlos a un reducido grupo de conocidos y dejó un manuscrito con sus trabajos.

Niccolo Fontana conocido como Tartaglia (1499 – 1557), nació en Brescia y murió en Venecia. Fue apodado Tartaglia por su tartamudez, causada por una cuchillada propinada por un soldado, durante la masacre ejecutada por el ejército francés en la toma de Brescia, en la que además murió su padre. El golpe del soldado le causó secuelas en el habla y su rostro quedó desfigurado, hasta el punto de usar barba para ocultar las cicatrices. De familia muy humilde, fue autodidacta desde los 14 años, edad en la que aprendió a escribir y también por su cuenta aprendió matemáticas, griego y latín. Pudo ganarse la vida enseñando matemáticas en Verona hasta que en 1534 se trasladó a Venecia donde murió, en la misma pobreza que le acompañó toda su vida. Tenía Tartaglia 27 años cuando murió Del Ferro. Un ex alumno de éste desafió a Tartaglia a resolver la ecuación x3 + bx + c = 0, como había hecho Del Ferro. No sólo lo consiguió, sino que resol­vió otra importante ecuación cúbica: x3 + ax2 + c = 0. Tartaglia se hizo famoso y al igual que Del Ferro, guardó en secreto su descubrimiento.

Girolamo Cardano (1501 – 1576) nació en Pavía y murió en Roma. Se graduó como médico en 1525 en la Universidad de Pavía. A la vez que médico prestigioso y notable matemático, fue una persona complicada dada su adicción al juego. Ya fuera a los dados, a las cartas o incluso al ajedrez, hizo del juego un medio de vida rodeándose de gente de dudosa reputación. Esto hizo que el Colegio de Médicos de Milán no lo admitiera en numerosas ocasiones, la primera en 1532, usando como excusa el que Cardano fuera hijo ilegítimo. Inhabilitado para ejercer la medicina, Cardano intentó subsistir volviendo al juego pero le fue tan mal que decidió irse a Milán para cambiar de suerte.

En 1539, estando en Milán, Cardano se enteró de que Tartaglia había resuelto el problema de la ecuación cúbica. Entonces trató de conseguir con insistencia que Tartaglia le confiara la fórmula, pero éste se negó en varias oportunidades. Cuando Cardano prometió recomendarlo al gobernador de Milán para así obtener un cargo en la corte y poder dejar su modesto trabajo en Venecia, Tartaglia replanteó su postura inicial. Así se lo hizo saber a Cardano, quien lo invitó a su casa prometiéndole una reunión con el gobernador. Tartaglia puso rumbo a Milán pero lamentablemente para él, el gobernador de Milán no se encontraba allí.

Después de mucha persuasión, Tartaglia confió a Cardano su trabajo con la promesa bajo juramento de que no lo publicara hasta que él mismo lo decidiera. Tartaglia partió de regreso a Venecia con la carta de recomendación pero con la duda de si había hecho bien en confiar a Cardano sus fórmulas.

En este mismo año, Cardano fue admitido en el Colegio de Médicos de Milán. Además, publicó sus dos primeros libros, comenzando una prolífica carrera literaria en Medicina, Matemáticas, Filosofía, Astrología y Teología. 

Fue en 1543 cuando se enfrentó publicamente con Tartaglia. En este año Cardano viajó a Bolonia en busca del manuscrito de Del Ferro donde aparecía la resolución de la ecuación de tercer grado. Tras leer el manuscrito, Cardano consideró que habría sido del Ferro y no Tartaglia el primero en resolver el problema y por ello, no rompía ninguna promesa publicando la solución en su obra más importante, el libro Ars Magna, en 1545. A pesar de que Cardano acreditó la autoría de Tartaglia, éste enfureció y quedó profundamente afectado, llegando a insultar públicamente a Cardano tanto personal como profesionalmente. En 1546, Tartaglia publicó un libro en el cual relató su versión de la historia, acusando a Cardano de actuar de mala fe, de presionarle para entregar sus trabajos a cambio de favores políticos y de ser incapaz de guardar el secreto. Debido a la publicación en el Ars Magna de Cardano, hoy en día las fórmulas de Tartaglia son conocidas como fórmulas de Cardano.

Cabe añadir que en 1546, Cardano se transformó en rector del Colegio de Médicos de Milán, al cual tanto le costó ingresar. Recibió muchas ofertas de jefes de estado europeos para recibir sus atenciones médicas mientras su reputación como médico en la Universidad de Pavía iba en ascenso. Logró tener muchos pacientes adinerados y se transformó en un hombre rico. En 1570, seis años antes de su muerte, Cardano fue encarcelado bajo el cargo de herejía por publicar un horóscopo de Jesucristo. Aunque fue liberado tras retractarse, se le prohibió seguir ejerciendo cargos universitarios. Falleció un 20 de septiembre de 1576.

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