El caudal de información que recibimos a lo largo del día es excesivo. Estamos empapados en información y esto significa sacrificar la profundidad en toda clase de dimensiones.La profundidad requiere tiempo y requiere reflexión. Una mayor velocidad implica una menor comprensión de la información.
Existen pruebas de que una gran variedad de factores importantes para nuestra vida se está acelerando: la gente habla significativamente más deprisa hoy que en la década de 1950, y en apenas veinte años las personas, en las ciudades, han pasado a caminar un 10 % más rápido.
Guy Claxton, profesor de ciencias del aprendizaje en la Universidad de Winchester se ha dedicado a analizar qué ocurre con la concentración de una persona si se dedica a prácticas deliberadamente lentas, como el yoga, el taichí o la meditación, tal como se muestra en una amplia gama de estudios científicos, y ha mostrado que estas llevan a una mejora significativa de nuestra capacidad para prestar atención Según él, la lentitud alimenta la
atención, y la velocidad, por el contrario, la destruye.
El profesor Earl Miller, merecedor de algunos de los más
importantes galardones mundiales en neurociencia y dedicado a los
aspectos más avanzados de la investigación cerebral, dice que:
«Nuestro cerebro solo puede producir uno o dos pensamientos» a la vez en la mente consciente. Y nada más. «Somos muy de pensamiento único.» Tenemos una «capacidad cognitiva muy limitada». Ello es así a causa de la «estructura fundamental del cerebro» y no va a cambiar. Y ese mito es que, Y ese mito es que, en realidad, podemos pensar en tres, en cinco , en diez cosas a la vez. Para fingir que eso es así, hemos adaptado un término que nunca ha debido aplicarse a los seres humanos. En la década de 1960, los especialistas en computación inventaron unas máquinas con más de un procesador para que pudieran hacer dos cosas ( o más ) simultáneamente. A la capacidad de esa máquina se le llamó » multitarea». Y después tomamos ese concepto y lo aplicamos a nosotros mismos.
Del libro » El valor de la atención» de Johann Hari.
Y dicho todo esto… pensemos en nuestro alumnado y apliquemos esta evidencia:
Ejemplos de exámenes y tarea adaptadas a estas premisas.