La intolerancia a la frustración tan común en niños de temprana edad alrededor de los dos años es una fase común y evolutiva que requiere tiempo , paciencia y estrategias educativas, una vez pasada esta fase y si nos encontramos con un niño/a que está en otra fase evolutiva y está dentro de un posible trastorno por TGC o TDAH debemos tener en cuenta que puede haber circunstancias contextuales y/o biológicas que pueden estar produciendo la intolerancia a la frutración.
Lo biológico no está exento de lo contextual por lo que debemos estar atentos de los sistemas a los que el niño/a pertenece y saber qué está ocurriendo.
Pero debemos tener en cuenta estas falsas premisas , ya que podemos agravar y cronificar esta intolerancia.