El entorno del alumno debe ser predecible y estructurado, necesita tener apoyos visuales, que se le anticipen las actividades o lo que se espera en ella en cada sesión. Una manera de llevarlo a cabo puede ser en la pizarra, de manera que se le anticipe al alumno y al grupo. Siempre de forma visual, lo que se habla se pierde…
Tiempo muertos – son fatídicos – D.U.A. Instaurar sistema DUA en algunos momentos de la sesión. Salidas manipulativas para algunas unidades que puedan facilitar atender a la diversidad con el mismo contenido.
Importante hacer actividades interactivas y audiovisuales. Se recomienda gamificar las sesiones del aula.
En los inicios de crisis se intervendrá aplicando las medidas oportunas para, si es posible, detenerlas. Si eleva su conducta desafiante o su inquietud no escalar ya que el alumno subirá seguro su nivel de conducta y la gestión de su crisis va a ser más difícil de superar por todos/as. Si comienza una crisis explosiva no actúes en caliente, y lee nuestras recomendaciones para una adecuada gestión ya que esta adecuación llevará a una crisis menos duradera y menos dañina para todos/as.
Enseñar y motivar al alumno para que aplique las autoi-nstrucciones a las actividades. Por ejemplo, hacer una lista que potencie el lenguaje autodirigido. Un ejemplo de autoinstrucciones puede ser: 1) Leer el enunciado. 2) qué tengo que hacer. 3) Cuántas cosas tengo que hacer (truco: el número de verbos en el enunciado te dice el número de cosas que hay que hacer). 4) ¿Cómo lo hago? Me fijo en un ejercicio tipo. 5) Hago la actividad. 6) Repaso lo que he hecho. 7) Corrijo lo que he hecho. 8) Autorefuerzo: me he esforzado mucho y he conseguido hacerlo bien; o que en su caso desarrolle estrategias de afrontamiento de error ¿me he equivocado?, la próxima vez iré más despacio y pensaré mejor en lo que estoy haciendo.
Puedes traer al presente con cualquier técnica de el aquí y el ahora: acordar un gesto con el grupo-aula para evitar la evasión o utilizar encargos que lo mantengan conectado/a…