Carlos Rodríguez LópezUn día más amanece en Waibstadter. Parece que las temperaturas dan una tregua; no nieva y estamos por encima de los 0ºC… Incluso he podido sacar las manos de mis bolsillos y sin guantes para poder hacer una foto a los patos que me acompañan cada día desde mi ventana! Que voz tienen desde bien temprano oye! Pero no me espera un día intenso hoy.
Iniciamos la jornada con clase de Francés en 7ºgrado (nuestro 1ºESO). 32 alumnos. Efectivamente, lo visto en la clase de inglés del pasado viernes con Katia no fue ni casual ni algo aislado de este profesora. Me refiero al hecho de que el alumnado reciba a su profesor/a en pie, tras sus pupitres. Es evidente que son “protocolos” de cortesía o normas de convivencia. Nada que ver con que el profesor/a sea joven o más mayor. En este caso concreto es muy joven, y el alumnado guarda igualmente ese respeto. Es algo habitual y normal y, como opinión personal, me parece un hábito que, sin duda, implica respeto hacia la figura del profesorado, en comparación a nuestro caos en el que hay que ir “metiendo” al alumnado dentro de las aulas… aun estando el profesor dentro!!!
Y esto no implica que el alumnado no pueda hablar en clase o las clases sean más o menos amenas. Mucho que aprender (nuestro alumnado y nosotros) en este aspecto de normas de cortesía o hábitos de “respeto” que hemos perdido a lo largo de los años…
Respecto a la clase de Francés, la profesora me pidió presentarme… Evidentemente lo hice en un francés muy rudimentario (el poco que recuerdo) y los estudiantes pudieron hacerme algunas preguntas básicas tales como mi edad, qué deportes practico o si estoy casado… Y respecto a la metodología, nada nuevo en el horizonte. Más o menos siguen la misma dinámica que nosotros en la enseñanza de los idiomas. Echo tal vez en falta aun algunas herramientas digitales o algunas metodologías más activas que favorezcan el aprendizaje del alumnado. Aunque bien es cierto que con lo que están haciendo el alumnado está atento y participa…
Hoy además he podido fijarme bien en la pizarra. Si observáis la foto, la pizarra es como una especie de tríptico despegable, lo que hace que no ocupe un gran sitio en la pared y permita usarse las partes que necesites, abriéndose y cerrándose. Además, cuenta con unos railes que hacen que suba y baje con facilidad, lo que facilita la labor del profesorado al escribir y del alumnado de las zonas más traseras del aula leer. ¿Cómo no se nos ha ocurrido nunca poner este tipo de mecanismo? Da igual que sea pizarra blanca o de tiza pero… ¿qué pasa con los bajitos??
Tras el break de 20 minutos, Educación Física con alumnado de 9º grado fue mi siguiente destino. 9º equivale a nuestro 3ºESO. Y, como en la sesión de la semana pasada, están separados por sexos. Creo que en un anterior post indiqué que está separada por sexos en los cursos 7º, 9º y 11º (1ºESO, 3ºESO y 1ºBach, respectivamente). Pues entendí mal, están separados por sexo en los cursos 7º a 10º, los equivalentes a nuestros 1º a 4ºESO. Puede que tenga su parte positiva, como todo. Pero desde luego no se pueden trabajar aspectos coeducativos o competencias y criterios relacionados con ello. Si bien es cierto que la ley pide a la materia de EF que trabajen ciertos contenidos con x cursos, y tal vez por ello sea, aun, muy militarizada. Es mi sensación. Hoy ha tocado trabajar con ellos una disciplina del atletismo: el salto de altura.
Otro detalle respecto a la materia es que, a pesar de los equipamientos y materiales que tienen (son buenos y abundantes), los alumnos únicamente tienen 1h30’ de EF semanal. Y peor aun es que la tienen en una única sesión de 1h30. Por lo que realizan actividad física en el instituto 1 vez a la semana. Sin embargo, por otro lado, disponen de mucha oferta de actividad física extraescolar y tras la jornada escolar por tan solo 15-20€ anual. Impensable esto en España, al menos en Andalucía.
Finalizada la clase, sobre las 13:00, decidí volver andando a casa y comer allí. 4.5 km son los que me separan hasta el hotel. Un camino por el bosque y entre pinares muy agradable. Eso sí, si algo me pasa nadie se entera… Pero hay un sendero muy bien indicado. Y si hoy estoy escribiendo esto es porque he llegado sin problema. Pude además ver otras zonas y calles del pequeño pueblo de Waibstadter.
Comer, trabajar en material para mi alumnado, conectarme incluso a mi reunión de claustro trimestral… y a por la última actividad del día. Zumba fitness! Impartida en el instituto, Pía me invitó a ir con ella en la sesión de hoy. Todo mujeres… pocas hablaban inglés… pero fue más que divertido!! A la foto final os remito.
Y no te olvides…
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