Enrique Duarte González
Hoy ha sido un día en el que hemos disfrutado mucho, por la mañana temprano, nos hemos visto todos en la estación de tren para irnos a visitar las cuevas de Frasassi, pero hemos tenido un pequeño percance, ha sido imposible abrir la puerta del tren en la parada y nos hemos ido a la próxima parada. Allí, hemos tenido que esperar dos horas para coger el próximo tren y mientras, hemos aprovechado para visitar la ciudad de Fabriano, que, como curiosidad, es famosa porque allí se fabrican cuadernos y papeles de la marca «Fabriano». Después, hemos llegado a las cuevas, donde algunos comimos picnic y otros en bares de la zona antes de entrar a las preciosas cuevas. Al entrar nos quedamos todos alucinando, son unas cuevas espectaculares y muy grandes, no esperábamos algo tan peculiar. Las cuevas iban mejorando conforme íbamos avanzando, y la guía nos explicaba muchas curiosidades de ellas. Cuando terminamos la visita, cogimos un tren hacia Senigallia, donde cada uno nos fuimos a nuestras respectivas casas para ducharnos y arreglarnos, ya que nos habían preparado una pequeña fiesta de despedida. La fiesta ha sido en casa de una compañera italiana llamada Melissa, donde cenamos pizza, escuchamos música, cantamos, bailamos, hicimos algunos juegos, y pasamos muy buen rato todos juntos. Nuestros compañeros italianos se han sorprendido cuando les hemos enseñado algunos bailes típicos, como el de «Paquito el chocolatero», bailamos y cantamos algo de flamenquito, y por último Cintia y yo bailamos una sevillana, ha sido una experiencia increíble e inolvidable.
Por Elena García Guzmán
