Beatriz Blanes Castro5 de abril de 2025
Llega el día de la despedida…cansados pero felices por la experiencia, con nuestr@s chic@s viajamos hacia París, «ciudad de la luz». Todo el rato van recordando momentos, comentando todo lo vivido, sin duda, ha merecido la pena.
La capital nos ha recibido con un cielo brillante y una temperatura inusualmente alta. Ya de por sí masificada, el clima echó a la calle aún a más gente. Como siempre digo…para ver diferentes tipos y estilos de personas, una gran ciudad. Y entre ellas, París: crisol de culturas, nacionalidades, de estilos. Nada que ver con la tranquilidad y la uniformidad de Montreuil. Tanto jaleo y colorido ha sorprendido a nuestros chic@s, que, con más o menos expresividad, han disfrutado de la oportunidad de una vuelta completita por esta gran ciudad: Sacre Coeur, Arco del Triunfo, Torre Eiffel, exterior del Louvre y, finalmente, Notre Dame. Digno de mención también el metro, nuevo para la mayoría, y llamativo por su complejo y perfecto funcionamiento, además de por ¡la aglomeración!.
Inconvenientes urbanos aparte, respirar ese ambiente tan cosmopolita genera aire fresco muy beneficioso para nuestras mentes, a menudo tumbadas en el sofá cómodo de pensar que nuestro reducido universo habitual es el mejor. Esto abre ojos y mente, y hace reflexionar, comparar, contrastar, opinar…todos verbos buenos.
Tras una cena de todo el grupo junto, hemos llegado al hotel exhaustos y con la maleta llena de experiencias y la imagen fresca de lo vivido en París.
Mañana ya día de vuelta a casa y a la rutina.
À tour à l’heure, France 🙂 .
Por Doña Antonia García – Profesora acompañante.