De movilidad en Taranto

Europa nos ha dado una oportunidad que nunca hubiésemos imaginado; así transcurrió nuestra viaje a Taranto en la provincia de Puglia.

Llegamos el día 22 de octubre y tras un percance en el aeropuerto de Bari, en el trayecto Barcelona-Bari nos perdieron 6 de nuestras maletas, tuvimos el primer encuentro en una cena de bienvenida con el alumnado y profesorado de Grecia, Turquía y también el profesorado italiano.

La verdad es que no fue el mejor día, veníamos quemados con la pérdida de las maletas y no estábamos del mejor humor.

El segundo día cuando fuimos al instituto por la mañana, con la misma ropa, ya todo cambió pues empezamos a relacionarnos con los otros alumnos. Por la tarde tuvimos una excursión interesantísima, visita al casco antiguo de Taranto, una parte mágica de la ciudad porque está abandonada y por lo tanto en estado puro; el castillo aragonés fue la parte que más nos gustó.

El día 24 visitamos la Masseria Histó, fue una visita centrada en mostrarnos la flora autóctona, por cierto, la guía divertidísima. Por la tarde volvimos al instituto y preparamos fórmulas magistrales con la flora mediterránea como base. Esa tarde quedamos con los alumnos de los otros países a tomar algo.

Día 25, visita al bosco delle Pianelle y después de la comida nos llevaron a Alberobello, Patrimonio de la Humanidad, un pueblo sacado de un cuento, es increíble y además la gente amabilísima, casi todas las tiendas eran a la vez sus casas y nos dejaban probar todo lo que había. Todo el mundo debería poder ir a ver este pueblo. Esa noche nos fuimos de fiesta con los otros alumnos pero no nos acostamos muy tarde porque al día siguiente teníamos que madrugar.

El día 26 fuimos a las Tablas Palatinas, donde estudió Pitágoras y una de las profesoras italianas, María, nos sorprendió con un bizcocho y un pastel hecho por ella. Después fuimos a Matera, también Patrimonio de la Humanidad y la próxima Capital de la Cultura Europea 2019. En Matera tuvimos el mejor almuerzo del viaje en una cueva asombrosa, allí pudimos degustar el vino y el aceite de la localidad, muy buenos ambos. Por la tarde, el mejor guía de la ciudad nos mostró las partes más interesantes del casco histórico. Fue la ciudad que más nos impresionó, entendimos que fuese la próxima Capital de la Cultura Europea 2019. Volvimos a Taranto y asistimos a la cena de despedida con bailes típicos; después salimos también con los otros estudiantes.

El último día fue el más triste porque era la despedida y ninguno nos queríamos volver.
Nunca olvidaremos este viaje, cambió nuestras vidas y esperamos seguir formando parte de este proyecto porque ya hemos creado un vínculo con nuestros compañeros de Europa.

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1 respuesta

  1. Salvador dice:

    Enhorabuena por la iniciativa. Vuestro esfuerzo y entusiasmo son maravillosos.

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