La eolípila es considerada la primera máquina térmica de la historia. Fue un juguete inventado en el siglo I por el ingeniero Herón de Alejandría. Su funcionamiento se rige por el tercer principio de la dinámica, es decir que en toda interacción aparecen dos fuerzas iguales y de sentido contrario aplicadas en los cuerpos interactuantes: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.