Entrevista a Matilde Ariza, coordinadora del programa patrimonio en el IES Pedro Espinosa de Antequera.

 

El Instituto Pedro Espinosa tiene en su haber el ser Instituto Histórico de España, ese mérito tiene mucho que ver con la gran conservación de instrumentos y material que posee. Una de las personas responsables de que parte de ese instrumental de Física y Química se conserve es la profesora María Matilde Ariza Montes, máxima responsable de la creación de un Museo Virtual del IES Pedro Espinosa alabado en nuestro país y fuera de él por parte del mundo científico.

Las casualidades de la vida hicieron que esta profesora de Física y Química recabara en Antequera y llegara precisamente un 16 de septiembre, el día que nuestra ciudad fue reconquistada por el Infante don Fernando. Aquel día ella llegó para quedarse en una ciudad que definitivamente ha conquistado su corazón.

Como tantos profesores que aprueban sus oposiciones y conocen distintos rincones de nuestra geografía, esta baenense, María Matilde Ariza Montes, aterrizó en el Insituto Pedro Espinosa en el año 2003, justo cuando este centro celebraba su 75 aniversario. Hoy, 16 años después es un peso notable en el centro, ya que su puesta en valor del instrumental de Física y Química que posee el centro es uno de los más importantes que encontramos en el mundo científico.

Hablamos en profundidad con ella sobre su llegada a Antequera, el por qué de la importancia de estos instrumentos, la Educación hoy día, sus alumnos y en definitiva, los proyectos que tiene por delante.

Lo que se encontró a su llegada a Antequera

Mati Ariza aprobó sus oposiciones del Ministerio de Educación y Ciencia y tras pasar por un instituto en La Mancha y Casariche, le dieron la plaza definitiva en Antequera, al Instituto Pedro Espinosa.Al llegar aquí se encontró: “Un instituto muy grande, nunca había estado en uno así y lo que me llamó la atención fue el material que había. De hecho en el año que llegué se cumplía el 75 aniversario del Instituto Pedro Espinosa y había muchos actos para celebrar la efemérides. Uno de ellos precisamente, fue una exposición permanente en el centro con los instrumentos científicos. El director de entonces, Cayetano Romero, fue el que puso la primera piedra, es a quien tenemos que agradecer todo lo que tenemos y que se ha puesto en valor hoy por hoy, porque la ilusión que él puso se ha ido transmitiendo. Y se hizo esa exposición en el pasillo, se hicieron las vitrinas y se pusieron los instrumentos para que la gente pueda visitarlos. También antes de exponerlos hubo un profesor, que empezó a gestar su puesta en valor, puso todas las piezas, las fue uniendo y cuando yo llegué aquí, seguí su trabajo y ahí están”.

Todo ese material que se puede ver en la última planta del centro en uno de sus pasillos, muestra instrumental usado durante años y además, con una breve descripción del mismo. Pero no solo toda esta exposición se ve en el centro, sino que está abierta a todo el mundo porque está en internet, gracias al Museo Virtual del Patrimonio del IES Pedro Espinosa.

Ariza, nos señala cómo se le ocurrió esa idea: “Mi idea era que todos se pudieran beneficiar de él. Hice un curso sobre cómo hacer un blog, que fue para mí un antes y un después. Lo hice en noviembre de 2014, se me ocurrió que todo el trabajo que se estaba haciendo en el Pedro Espinosa se podía beneficiar todo el mundo. Entonces cree el Museo Virtual del IES Pedro Espinosa donde todo el mundo puede ver los materiales. Está dividido como los primeros institutos que se crearon en España en 1845 con la Ley Pidal: Gabinete de Física, Gabinete de Química y Gabinete de Historia Natural, que es como antes estaban determinados los centros educativos”.

La particularidad de esta muestra instrumental

Este Museo ofrece la posibilidad de conocer materiales que no están expuestos en ningún sitio, lo que lo hace más importante. Así nos cuenta su anécdota en Madrid: “En 2015, en Madrid, un amigo y compañero le dije lo que había creado, este Museo. Aproveché que tenía su ipad en la mano y le pedí que tecleara: Oscilador de Trevelyan. Al hacerlo se quedó sorprendido de que la primera referencia que hay en internet es en nuestro instituto, nadie había puesto este instrumento en internet. Aquello dijo que se merecía que la comunidad científica que se reunía a nivel internacional ese verano, lo supiera. Me puso en contacto con José María Pastor –unos de los referentes en la Real Sociedad de la Física–, me llevó a Gijón en 2015 para presentar el Museo que habíamos creado. Cuando estábamos allí, mi sorpresa fue que ante 300 personas, me dieron el premio al Mejor Póster de la XXXV Bienal de la Real Sociedad Española de Física. Ese premio fue para todo el Instituto y todos los antequeranos, porque que una Real Sociedad te de un premio, no solo para que yo me sienta orgullosa, sino todos, porque ese museo ha nacido en Antequera”.

Ante este gran reconocimiento, es inevitable preguntarse si los instrumentos que ofrece son tan particulares: “No necesariamente. Se consideran Institutos Históricos de España los que nacieron en el siglo XIX, en aquel entonces se creaba un instituto por cada provincia. En esos, hay instrumentos que superan a los del Pedro Espinosa y hay instrumentos que el Pedro Espinosa les supera a ellos. Lo importante de nuestro instituto es que ha sabido conservarlos.Por ejemplo, el Instituto San Isidro de Madrid tiene una tabla periódica que es más pequeña que la nuestra y no es tan antigua. Siempre les digo a los alumnos, pensad en lo importante que es el IES Pedro Espinosa, porque en ese instituto de Madrid estudió el Rey Juan Carlos, y él no tuvo la oportunidad de ver una tabla periódica de Antropoff tan grande como la que nosotros tenemos aquí en Antequera. Así que nos estamos codeando con los grandes”.

Es esencial que ellos conozcan estas particularidades, la historia, el pasado, presente y futuro y para ello, el tener esta exposición es determinante y ante lo que esta profesora debe sentirse contenta: “La satisfacción es que todo el mundo pueda aprender con el museo. El reto, como profesora, es que la gente aprenda. Yo creo que un país se apoya en dos grandes pilares: la Sanidad y la Educación. En lo que a mí respecta, que es la Educación, creo que un país se hará grande si tiene una buena educación, así que el museo creo que es una forma de llegar al cien por cien del público,y por supuesto, al alumnado. Y también es importante porque si un alumno quiere ser, por ejemplo, ingeniero de caminos, sepa que en el siglo XIX había unos instrumentos con los que se aprendía la física, que eran sencillos, pero que sin ellos no podríamos tener los puentes que hay hoy, las grúas que hay ahora y todo ha venido de los científicos de siglos anteriores”.

La formación integral de la persona

En este punto, es obligatorio preguntarle por esos aspectos históricos que rodean sus clases, donde además de aprender Física y Química, la propia historia rodea sus explicaciones. Nos apunta el por qué lo hace: “Pienso que la formación tiene que ser integral, una persona estaría coja si sabe Historia y no sabe Física, o si sabe Física y no sabe Historia, si sabe Química y no sabe Literatura. La formación de la persona es correcta y completa cuando se sabe de todo. Yo lo que les digo siempre a mis alumnos es que una persona es brillante cuando sabe lo que no le exigen. Te pongo un ejemplo con la Ley de Newton. Una persona que cursa Cuarto de Secundaria tiene que saberlo independientemente del centro donde estudie. Sin embargo, la diferencia que existe entre el IES Pedro Espinosa y otros centros educativos, es que el alumnado tiene la oportunidad no solo de saber la ecuación fundamental de la Ley de la Dinámica de Newton, sino de estar delante de un instrumento centenario que es el Tubo de Newton. Eso solo lo tienen la gente que estudian en centros educativos históricos, así que pienso que somos unos privilegiados los que estamos en esta comunidad educativa”.

Pero este aprendizaje no solo se basa en tener el material para llevar a la práctica lo que se aprende, sino en ofrecer continuamente nuevas técnicas educativas e intentar innovar siempre, mirando al pasado para poder mirar al futuro. Un ejemplo es el trabajo que se realizó hace unos años con respecto a Marie Curie: “Yo soy muy sensible a las efemérides. En 2017 se cumplieron 150 años de su nacimiento, en 2015 el Año Internacional de la Luz o el año pasado en 2018 el Año Europeo del Patrimonio Cultural que este instituto trabaja precisamente en un proyecto que se llama “Vivir y Sentir el Patrimonio”. De hecho,  el 4 de octubre me fui con alumnos al Foro Ciencia en Acción y estuvimos presentando algunos de los instrumentos que tenemos. Lo que estamos haciendo es utilizar los instrumentos, no  solo para verlos detrás de una estantería, sino utilizarlos para explicar las leyes de la Física, para cumplir lo que dice un proverbio chino ‘Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y aprendo’. Los alumnos  a la vuelta, de este foro, es cuando me han dicho, ahora nosotros es cuando verdaderamente somos conscientes de la importancia de los aparatos que tenemos”.

Continuamente, esa inquietud por aprender, por mostrar la práctica marca el camino de esta profesora: “Como científica que me considero, siempre utilizo el método científico, y en ese método la primera fase es la observación y la última fase, es la difusión. Por tanto es muy importante, saber lo que otras personas hacen y que otras personas sepan lo que nosotros hacemos. Por eso intento llevar al alumnado a eventos científicos para divulgar lo que hacemos. En el mundo de la ciencia siempre hay simbiosis entre los científicos, decimos la verdad y además, lo compartimos”.

Proyectos en el centro en este año 2019

Este 2019 se celebra el Año Internacional de la Tabla Periódica, efemérides que ha marcado muchos de los proyectos que trabaja con sus alumnos. Mati Ariza, nos explica lo que están realizando: “En el Instituto tenemos la suerte de tener una Tabla Periódica de los Elementos de Andreas Von Antropoff de 1925 que es muy importante. Él nació bajo el imperio ruso y emigró a Alemania. Estuvo de profesor en la Universidad de Bonn y era pro-nazi. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial desaparecieron todas las tablas periódicas de Alemania. La nuestra tiene doble valor, porque parece ser que en este país no hay ninguna de Antropoff y en España solo hay cinco. Y lo particular, es que fue la primera que se hizo a color. Este año es el de la Tabla Periódica porque hace 150 años que Mendeléyev organizó los elementos que había hasta entonces descubiertos. Pero Antropoff fue el primero que dio color, fue una revolución”.

Esta circunstancia hace que tengan nuevas ideas para poner en práctica en el aula: “Aprovechando que tenemos ese material, hemos hecho una investigación del por qué la Tabla Periódica de Antropoff tiene tanta relevancia. Hemos hecho un proyecto desde Mendeléyev a Antropoff, todo el proceso, toda la evolución. Y por otra parte, cada alumno ha trabajado un elemento y han tenido que estudiarlo. Y hemos hecho una tabla de más de tres metros con botellas de agua, donde además hemos puesto las características de cada elemento y su historia”. 

Actualidad del mundo de la Educación

Después del paso de los años, de haber tenido numeroso alumnado en nuestra ciudad y fuera de ella, es más que necesario preguntarle la diferencia existente entre aquellos primeras caras que tuvo  delante y las que tiene ahora en sus aulas. “Yo creo que hay una gran diferencia. Cuando comencé a trabajar con 24 años la gente tenía inquietud por formarse porque no había la oportunidad de información que hay ahora. Sin embargo, hoy no hay tanta inquietud porque los alumnos piensan que por estar en la era de la información están formados y cada día, una de las cosas que hacemos desde el profesorado es enseñar al alumno a ser capaz de diferenciar eso. Los alumnos piensan que porque sepan manejar con las dos manos el teclado de un móvil y mandar un whatsapp en veinte segundos, saben  mucho más que sus padres que lo hacen solo con una mano. Las nuevas tecnologías las están encauzando a sus propios beneficios, pero no a su formación. Creo que estamos en la era de la sobreinformación”. Un reto enorme al que se enfrentan los profesores: “El reto está en que el alumnado sepa discernir entre la buena y la mala información”.

Especial mención tiene la educación con la que llegan a las aulas, Mati nos manifiesta: “Hoy en día tenemos que educar más que enseñar, si fuera así podría permitirme enseñarles toda la hora de Física y Química, ése sería mi auténtico sueño. Ya decía Confucio que para que una sociedad funcione, lo primero es el respeto. Pues eso es lo importante, que se respete”.

Hoy imparte clases a alumnos de Segundo y Tercero de Secundaria y Primero y Segundo de Bachillerato, repartiéndose entre Física y Química. Pero además, este año se ha puesto el empeño de poner en funcionamiento una nueva asignatura: “En Segundo Bachillerato he puesto en marcha una asignatura de libre configuración que se llama ‘Científicos I+D+I’. Con la misma lo que pretendo es que el alumnado aprenda a investigar de forma científica. Estoy muy ilusionada con ella, es la primera vez que se va a impartir y espero que de aquí a final de curso los alumnos sepan enfrentarse a una investigación científica”.

Antequera en la Bienal de Física Española

Por último nos toca hablar de la última Bienal de la Sociedad Española de Física que se celebró el pasado verano en Zaragoza y donde ella estuvo. Allí, ante la comunidad científica nacional e internacional se llevó el premio a la mejor Comunicación: “La verdad es que hice un trabajo muy aplaudido en Zaragoza. Quise hacer un homenaje a mi padre y todas las artesanías y a la vez a esta ciudad. Expuse el trabajo ‘Física y Química en las artesanías’ y propuse toda la relación entre ambas y a la vez, su implicación en la ciudad situando a todas las calles de Antequera que tienen nombres de artesanos. He puesto a Antequera en el mapa científico mundial, de lo cual estoy muy contenta”.

Trabajo no le falta a esta profesora que es inquieta por naturaleza, que quiere ofrecer todas las herramientas disponibles a los alumnos, para que el día de mañana, como ella misma no recalca: “Ellos sean lo más felices que puedan”. 

Seguro que muchos lo son porque como yo, los que pasamos por el Instituto Pedro Espinosa, nos gusta volver a pasar la puerta, oler sus viejos pasillos, pisar las galerías, aulas y patios que un día estuvieron cargados de nuestras risas, llantos, alegrías y penas en nuestra incipiente juventud en un centro educativo que es historia viva de la ciudad de Antequera.

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