La Desbandá, por el IES Las Lagunas de Mijas

El pasado fin de semana, centenares de familiares de las victimas han celebrado una marcha para recordar el 83 aniversario de uno de los epidosdios más sangrientos de la Guerra Civil, conocida como la Desbandá: la huída despesperada de la población malagueña hasta Almería.

El IES Las Lagunas de Mijas ha preparado un recurso bastante completo dedicado a Anselmo Villar, el farero que salvó a miles de vidas durante esta huída.

LOS FAREROS: 

Anselmo Vilar, el farero de la Desbandá.

( Por Adela Camacho, directora y coordinadora del programa partrimonio en el IES Las Lagunas de Mijas)

Ser farero era más que un oficio, era una forma de vida. El puesto solía pasar de padres a hijos.  Hoy día es una profesión en extinción, quizás motivada por la llegada de las nuevas tecnologías (GPS, radares) que hace que este oficio sea ya una reliquia. El comienzo del fin se centra en 1993, cuando se les da a elegir entre ser funcionarios o pasar a ser técnico de señales marítimas. Actualmente hacen labores de control y manutención para velar por el correcto funcionamiento del faro.

Los faros, hasta hace unos años, se utilizaban hasta como vivienda, como ocurrió en el Faro de Mijas, donde se vivió todo un litigio acerca de quién debía abandonar la vivienda familiar tras un divorcio. Farero fue, tradicionalmente, un oficio de hombres, aunque en España llegó a haber 23 fareras. 

Aún existen en España 187 faros, aunque sus trabajadores ya no se llaman fareros. Ahora son técnicos de Sistemas de ayuda a la navegación. 

En España se consideran faros aquellos cuya señal se ve a más de 12 millas (24 kilómetros). En la costa española en cada cabo hay un faro.

Desde finales del siglo XIX, en la costa de Málaga, se erigen 6 faros: Málaga (La Farola, 18149, Punta Doncella (Estepona (1861), Marbella (1864), Punta de Calaburras (Mijas, 1863), Torre del Mar (1864) y Torrox (1864). Todos obra de Antonio Molina, menos el de Málaga que es de Joaquín María Pery y Guzmán. Excepto los de Málaga y Marbella (estos son de recalada) eran faros de los denominado de tráfico.

¿Cuándo aparece este oficio?  

Las primeras referencias como oficio aparecen en el siglo XIV.

Su origen, como tal, aparece en 1847 con el Primer Plan de Alumbrado Marítimo de Costas y Puertos de España e Islas Adyacentes. Es, en ese momento, cuando se hace necesaria una figura que se encargue del servicio del mantenimiento de los faros.

El gremio de Cuerpo de Torreros de Faros nace en 1951, contando con su propio reglamento. En 1939 pasaron a llamarse Técnicos Mecánicos de Señales Marítimas. 

En 1992 la Ley de Puertos y Marina Mercante declara a extinguirse el Cuerpo.

¿Qué requisito debía tener un farero?

Ser electricista o mecánico y saber vivir solo y aislado.

La vida del farero era muy esclava. Debía velar día y noche, para que la luz (derivada de la quema de aceite, parafina o petróleo) no se apagase u originara un incendio. De día debía limpiar lo quemado y rellenar los depósitos de combustible.

¿Cuándo aparecen las primeras señales marítimas?

Desde que el hombre empieza a navegar, se hace necesaria una red de señales marítimas para que los navegantes pudieran sentirse ubicados en todo momento. Estos primeros viajes asociados a intercambios comerciales eran conocidos como de cabotaje y usaban como orientación los accidentes costeros; pero muchas costas eran muy parecidas y se hicieron necesarias las señales artificiales (Columnas de Hércules).

Al aumentar la lejanía de las rutas de comercio, los navegantes debieron separarse de la costa y se ideó una red de señales que usaba hogueras y lámparas de aceite para poder orientarse en la oscuridad nocturna. Pronto debieron resguardarse de la lluvia y el viento y debieron ponerse en alto. Así surgen una serie de estructuras que rápidamente evolucionaron. 

De manos de los libios nos llegan las primeras noticias de esas luces: las extrañas torres de fuego en Egipto. 

Desde tiempos de los griegos de conocen leyendas unidas al mundo del Faro: lucha de Hércules con Nesox. Árabes y celtas también recogen leyendas de faros.

Los primeros faros se trataban de fogatas por la quema de madera o hulla, consiguiendo una gran luz que permitía a los barcos saber donde estaba la línea de costa. Con el tiempo implementaron espejos para amplificar la luz. Es en este momento cuando surge la necesidad de una persona que se dedicara del mantenimiento. 

Los marineros, muy agradecidos por esta luz, levantaban templos en su honor (posible origen de los faros).

Tras la caída del Imperio Romano y la crisis del siglo III, las señales marinas sufren un retroceso al disminuir las transacciones comerciales. Los faros se arruinan y se dejan de erigir nuevos. Esta situación varía en el siglo XII y la reactivación del comercio. Las luces nocturnas vuelven a ser necesarias y los faros volvieron a reactivarse. Algunos empezaron a usarse también como atalayas que se comunicaban mediante señales de humo o de banderas, como ocurrió en las costas mediterránea andaluzas en tiempo de Almorávides.

En el siglo XIX se incorporaron señales acústicas. 

Etimología de la palabra faro

Posiblemente esta palabra proceda del griego y significaría Luz o Brillo.  Hay otros etimólogos que dice que podría proceder de Pharah, sol en Egipto.

Su generalización se debe a la isla de Pharos, Alejandría, lugar donde se levantó el faro más impresionante de todos los conocidos.  

El faro más antiguo de todos los conocidos es el de Sígea (650 aC)

En nuestro país destacamos la Torre de Hércules (La Coruña) aún en funcionamiento. 

El faro más antiguo de Andalucía es el de Chipiona (más de 2000 años) que mantiene el récord de ser el más alto de España. Mientras que el récord del más alto habitado lo sostiene el del Cabo de Níjar.

¿Qué hacer con esas construcciones que están dejando de ser útiles?

Puertos del Estado propuso en 2012 darles un uso turístico y reconvertirlos en hoteles. La nostalgia de esta profesión hace que, en 2011, Luis Vázquez y Raúl Serrano dirigieran “Luz de Mar”. Reivindicando los faros como patrimonio cultural y apoyando a una profesión en peligro de extinción.

Rescatamos una figura significativa: Anselmo Vilar, el farero de la Desbandá.

Este es Anselmo Antonio Vilar. De oficio farero. Destinado en Torre del Mar durante 30 años. Era oriundo de Lugo. Como era habitual entre los fareros, heredó el cargo de su padre.  Casi a punto de jubilarse fue artífice de una gran gesta.

Este farero evitó que las bombas alcanzasen a los 120.000 hombres, mujeres y niños que huían en Málaga y en el interior de la Axarquía del bando republicano. Durante las madrugadas del 6 y 7 de febrero mantuvo apagado el faro, sometiendo a la más absoluta oscuridad la zona entre Almayate y la Caleta de Vélez (unas 12 millas) en la zona conocida como «Acequia Bigotona» y terrenos cercanos. Impidió los bombardeos de la aviación italiana de las tropas del Corpo de Truppe Volontaire (CTV), comandadas por el coronel Gusberti (la denominada columna de la izquierda), enviadas por Mussolini, y de la marina nacional (buques Almirante Cervera, Canarias y Baleares) mandada por el General Queipo de Llano.  Estos se vieron obligados a tomar como referencia el faro de Torrox. Desde Nerja a Salobreña ocurrió una gran masacre.

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A los pocos días de entrar las tropas nacionales a cargo del teniente coronel Megide y el capitán de Infantería del Regimiento número 11, Ramón Marvá Macía, llegaron primero a Torre del Mar y poco después ubicaron el cuartel provisional en Vélez-Málaga conocen la historia, detienen y, casi sin juicio, fusilan a Vilar la noche entre el 9 y 10 de febrero en la tapia del cementerio de Vélez

José Gámez ocuparía la plaza de farero tras la guerra.

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La historia de este viejo faro, el número 386 del «Libro de Faros» en el año 1930, actualmente encajonado entre edificios de la avenida Toré Toré, fue silenciada.

Gracias al periodista, Jesús Hurtado, se conoce esta historia y la de las, entre 3000 y 5000, personas perdieron la vida en la carretera Málaga-Almería

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Otras noticias sobre Anselmo 

Letras de Carnaval, poemas y canciones como la de Ángela Bastos nos cuentan esta historia silenciada. El Consejo de Lugo lo ha reconocido como la Ley de Memoria Histórica. 895 entradas en Google hablan de él, pero en Torre del Mar callan y silencian esta historia

Anselmo Vilar.Farero. Fusilado. Tu humanidad hoy nos alumbra.

 
Atrás fue quedando el ruido de la muerte y las pedradas.
El plomo reventaba a aquellos que corrían a buscar vida en Almería.
Por miles huían.
Por miles.

Aviones y cruceros
aguardaban pacientes el haz de luz poderoso
que iluminara los rostros de pánico,
que iluminara la piel en carne viva,
que iluminara los bultos desarmados
que morirían.

Pero no fue aquella noche como otras noches harapientas.
No eran navegantes y la luz podía ser una condena nueva para aquellos que venían esquivando otras condenas.

Por eso Anselmo no hizo bien su oficio y dejó apagado el faro. Porque no podía ser también culpable.
Porque aquel paisaje oscuro le hizo temblar el corazón hasta negarse a guiar con su lámpara a los verdugos que acechaban con la mira.
Y se puso a llorar como sólo lloran los hombres decentes.
Y lloró hasta la madrugada intentando frenarla y que nunca amaneciera.
Y lloró Anselmo solo y a oscuras
y lloró Anselmo toda su tristeza
y lloró horas eternas porque sabía que al alba no podría apagar el sol
y la muerte renacería.

A Anselmo lo ejecutaron después por no haber puesto luz sobre las víctimas.
Dicen que no le importó, que no le dolieron los disparos,
que para él fue mejor morir que vivir sin ser humano.

Silvia Delgado

​https://www.facebook.com/axarquiahoynoticias/videos/246769566205500/

TODO ESTE ARTÍCULO Y MÁS LO PUEDES ENCONTRAR EN LA WEB DEL PROGRAMA PATRIMONIO DEL IES LAS LAGUNAS DE MIJAS

https://camachomanarel.wixsite.com/patrimoniolagunas/farero

 

 

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