ACCIONES DE LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS: EUROPA ORIENTAL, EL BÁLTICO, ITALIA Y FRANCIA – William P. Guthrie

El pasado mes de noviembre, los compañeros de Ediciones Salamina cerraron por fin la saga iniciada con Batallas de la Guerra de los Treinta Años del historiador e investigador independiente William P. Guthrie. Ese mes se publicó Acciones de la Guerra de los Treinta Años: Europa Oriental, el Báltico, Italia y Francia. El título aborda con gran detalle todos los enfrentamientos que se dieron en los territorios periféricos de Alemania, donde según la historiografía clásica se concentró la mayoría de las grandes batallas de este conflicto del siglo XVII. En esta ocasión, el volumen, aparecido como tomo independiente de los otros dos, estudia multitud de guerras que se dieron en las mencionadas zonas del subtítulo. Como en sus otras dos obras, esta continúa la estructura de estudiar paso por paso cada narración añadiendo innumerables anexos que estudian otros temas como: hacienda, ejércitos, pequeñas escaramuzas o vida de comandantes.

El texto está dividido en doce capítulos y no tiene un orden concreto más que el que quiso dar el autor. El libro comienza por una pequeña introducción sobre historiografía y forma de guerrear a mediados del siglo XVII. Guthrie nos habla de las tácticas de infantería, caballería y artillería de los ejércitos del continente Europeo. Así mismo comenta las armas que existían: tipos de mosquetes, picas, etc. Aunque parezca un tema muy seco, el autor lo trata con gran amenidad, se nota que a este investigador le gustaba lo que hacía.

Pasando de la introducción nos adentramos en materia con las guerras en Livonia y Prusia a principios del citado siglo. Son dos conflictos que no tienen enormes batallas, pero que disponen de unos protagonistas carismáticos que quisieron dar lo máximo para llevarse la victoria. Se puede leer de un Gustavo Adolfo recién llegado al trono en una de las primeras campañas lejos de su patria, así como de la magnífica caballería polaca entre la que se encontraba la flor y nata de esta: los húsares alados. Que Guthrie se haya esforzado en saber la composición de cada ejército, las reformas militares de cada reino es un punto muy loable. Al final estas guerras no tuvieron un gran final para nadie, aunque los grandes beneficiados fueron los suecos al poner un pie en el continente. En próximas campañas tendrían una enorme cabeza de playa en Alemania. Como conclusión de las guerras en el Báltico existe un capítulo dedicado a la guerra de Smolensko (1632-1634) entre Polonia y Moscú. Hay que decir de nuevo que es destacable que por primera vez llegue información al español respecto a la evolución de las milicias moscovitas y polacas. La enorme operación planteada desde la capital rusa acabó en un enorme fracaso al no poder conquistar la ciudad que le dio nombre a la contienda.

A partir del quinto capítulo todas las acciones se centrarán en el ámbito italiano y ocasionalmente francés. Es fácil caer en el pensamiento -hoy todavía más- que Italia estaba “pacificada” tras las guerras luchadas en el siglo XVI, nada más lejos de la verdad. En la zona norte, y como bien se va exponiendo en los capítulos sucesivos, se dan a conocer numerosos enfrentamientos entre las fuerzas italianas de los diferentes estados (aliados a veces con Francia) y la Monarquía Hispánica (aliada en ocasiones con el Imperio). Las guerras del Monferrato, Gradisca y luego Mantua mantuvieron en vilo durante años toda la frontera con Suiza y Francia. Se lucharon innumerables escaramuzas, pero ello no quiere decir que no se levantaran enormes ejércitos de más de 20.000 efectivos. Una ambiciosa Francia se batió con dureza contra una España que luchaba por defender lo que había sido suyo desde hace décadas. Quien esté interesado en cuestiones de asedios a intrincadas fortalezas cerca de los Alpes quedará muy satisfecho con lo que se desarrolla en estas páginas.

Haciendo un descanso de la cuestión italiana, Guthrie dirige al lector al interior de la Francia borbónica de Luis XIII y el cardenal Richelieu. La guerra civil contra los hugonotes dentro de este estado retrasó los ambiciosos planes que había. En uno de los capítulos más largos, que se sale muchas veces de la tónica habitual de narrar hechos de armas, el autor nos muestra todos los tejemanejes de la política gala. Los diferentes levantamientos hugonotes consiguieron poner en jaque al poder real, pero tras una serie de reorganizaciones y ofensivas bien llevadas los luteranos franceses acabaron por capitular. El octavo capítulo, las Guerras de la Valtelina (1618-1637), entran dentro de la extravagancia militar al ser un enfrentamiento entre los suizos y los poderes imperiales. Una campaña difícil entre los valles escarpados de esta geografía donde piqueros y mosqueteros no lo pasaron bien.

En los tres siguientes apartados Italia vuelve a ser el centro de todas las acciones. Créqui, la guerra civil en Saboya (Casale y Turín) y la Guerra de Castro son las protagonistas. Las dos primeras continúan la senda de las descritas con anterioridad, avances y retrocesos en el sector norte donde España se tambaleará sin llegar a caerse. Tras victorias de los Habsburgos españoles llegan las pérdidas por la presión francesa o, al contrario. Una victoria inicial gala acaba siendo un desastre al conseguir el país ibérico mantener el tipo.

Respecto a lo sucedido en Castro tiene como actores principales al papado de Roma y al ducado de Parma. La guerra entre ambos, 1641-44, tuvo varias fases de idas y venidas sin que ningún bando llegara a imponerse. El ducado de Parma consiguió apoyo de otros estados italianos, ya que el Papa Urbano VIII logró levantar un gran ejército, si tenemos en cuenta el territorio que controlaba. Al final la formada ‘liga italiana’ derrotó al papado cuando su jefe se hallaba enfermo (fallecería poco después) y sus generales no supieron moverse por el terreno. Castro acabaría volviendo a ser reincorporada al ducado de Parma.

El último capítulo está dedicado a las Oportunidades perdidas y la batalla de Dunas (Dunkerque, 1658). Aquí Guthrie nos lleva a un raro periodo poco estudiado donde la Guerra de los Treinta Años ya es cosa del pasado, aunque Francia y España sigan con las hostilidades abiertas. El historiador comenta una serie de hechos históricos que él califica de oportunidades perdidas para uno y otro oponente. Fueron momentos breves en los que los contendientes pudieron bien haber hecho mucho daño al contrario, pero que por múltiples razones no llegaron a nada. Los combates en Dunas marcan el final del volumen, aunque hay una serie de anexos imprescindibles sobre los efectos de la guerra en Italia y las arcas de la monarquía francesa.

En general la obra es una maravilla y quien esté interesado en las guerras del Siglo de Oro encontrará aquí un pequeño tesoro bibliográfico. La lectura es amena, aunque todo esta muy seccionado en temáticas. La edición viene con mapas, gráficos e ilustraciones en blanco y negro, además de algunas ilustraciones a todo color. La traducción de Hugo A. Cañete es magnífica, como suele ser habitual. En conclusión: muy, muy recomendable. Un cierre de saga perfecto -a pesar de ser un tomo independiente-. La único malo que hay en todo esto es que nuestro querido William P. Guthrie falleció recientemente cuando trabajaba en un cuarto volumen. Tristemente perdemos así a un gran investigador. Sirva esta reseña también para honrar su memoria.

William P. Guthrie, Acciones de la Guerra de los Treinta Años: Europa Oriental, el Báltico, Italia y Francia. Ediciones Salamina, 2021, 400 pp.

Be Sociable, Share!