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15. 3. Arte del siglo XX y XXI (1951-…). Pintura, Página 6

Ai Weiwei, un iconoclasta con conciencia

El artista chino es una de las figuras más radicales e interesantes del panorama mundial

Antes de que el activismo político convirtiera a Ai Weiwei en una de las caras más conocidas de la disidencia china, este artista de 53 años, detenido el domingo en Pekín por las autoridades chinas cuando se disponía a volar a Hong Kong, ya era una figura en el entorno global del arte contemporáneo. Y no, como sucede en otros casos, porque es chino y la pujanza económica del país ha llevado a sus artistas a las primeras listas de las ventas de arte, sino porque hacia tiempo que no se veía un trabajo conceptualmente tan potente y radical como el que lleva años experimentando, en sus múltiples facetas, Ai Weiwei. En un entorno, a veces, académicamente cínico y económicamente amoral como es el del arte contemporáneo, artistas como Ai Weiwei consiguen que casi se pueda volver a creer que el arte, y la cultura en general, pueden ser un revulsivo de cambio, algo que teme el poder.

Ai Weiwei, en diciembre de 2010 en Pekín.- ANDY WONG (AP)

Ahora es conocido por el diseño del estadio olímpico de Pekín, conocido como «el nido», que realizó en colaboración con los arquitectos Herzog y De Meuron y que le dio fama por negarse a ir después a la inauguración por considerarlo «la propaganda de siempre», o por la instalación de pipas de porcelana (laboriosamente trabajadas por obreros chinos) con las que llenó hace poco el suelo de la sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, pero sus obras no siempre han sido tan espectaculares y ambiciosas. En 1995, a poco de regresar a su país tras pasar diez años en Estados Unidos, realizó una de sus acciones más emblemáticas que ha quedado plasmada en tres fotografías en blanco y negro. En ellas se ve al artista dejar caer al suelo un jarrón de la dinastía Han en un claro acto de iconoclastia que el artista explicaba como una manera de «liberación espiritual», una forma de desembarazarse del lastre de la identidad y la tradición. Dan escalofríos.

Más irónica, tal vez en relación en la manera en la que en su país, y en otros, se utiliza el patrimonio como gancho turístico tras décadas de destrucción sistemática, fue la intervención en una serie de vasijas neolíticas sobre las que pintó el emblema de la Coca Cola. Esculturas realizadas con bicicletas, sillas o viejas puertas de la dinastia Ming, mesas que se pliegan en el suelo, enormes instalaciones con burbujas de porcelana o una instalación consistente en sustituir el agua de los estanques del pabellón Mies van der Rohe de Barcelona por leche y café. Cada obra de Ai tiene un porqué en el diálogo intenso y crítico que lleva años realizando tanto con la tradición artística china y occidental como con el entorno social y cultural en el que ésta surge y se exhibe.

Espíritu rebelde

Hijo de uno de los grandes poetas chinos del siglo XX, Ai Qing, que fue depurado durante la revolución cultural y enviado a limpiar letrinas en la región musulmana de Xinjiang, Ai Weiwei parece llevar en la sangre el espíritu rebelde y la conciencia social. Por eso, cuando pudo regresar con su familia a su Pekín natal, comenzó a estudiar cinematografía y al poco, en 1979, fue uno de los fundadores del grupo Stars (Xingxing), un colectivo de artistas que en un entorno cultural formalmente académico y dirigista promovía un arte individualista y de raiz vanguardista. El ambiente, pero, era asfixiante y en 1981, dos años antes de que las autoridades disolvieran el grupo, emigró a Estados Unidos. En Nueva York trabajó en lo que pudo y realizó estudios informales, pero sobre todo descubrió el arte contemporáneo, desde la obra de Marcel Duchamp, que está siempre en la trastienda de su trabajo, al trabajo de los artistas pop, minimalistas o conceptuales. Ahí aprendió, ha explicado, que la habilidad no es suficiente para que una obra sea realmente significativa. Falta una idea.

Cuando regresó diez años más tarde a China llevaba encima todo un bagaje que compartió con otros artistas convirtiéndose en cierta manera en el patriarca del arte chino contemporáneo. Su prestigio dentro, como es de suponer contestado en otros círculos, ha corrido paralelo a la repercusión que su trabajo ha ido teniendo en el exterior, en donde han podido verse obras suyas en citas tan emblemáticas como la Bienal de Venecia de 1999 (la del desembarco chino en Europa) o la última Documenta de Kassel, en donde su intervención consistió en invitar a 1001 compatriotas a que, por rigurosos turnos pequeños, pasarán algunos días en la ciudad alemana. En España se ha podido ver obra suya en diversas colectivas, en una individual en Madrid en la galería de Yvory Press, proyecto de Elena Ochoa, y con la instalación antes citada en Barcelona.

Ai, que también es crítico, comisario y diseñador, ha sido uno de los artistas más influyentes y poderosos en el cada vez más interesante entorno del arte contemporáneo chino, pero cuando ha querido utilizar este prestigio y visibilidad para denunciar la falta de libertades del régimen ha empezado a tener problemas. Demolición de su estudio, arrestos domiciliarios, problemas con la policía. Cuentan que en su país algunos colegas le acusan de utilizar su enfrentamiento con las autoridades como una operación de marketing para subir la cotización de su obra, pero parece una mirada un poco mezquina teniendo en cuenta su labor incansable de denuncia y si se tiene en cuenta, además, aunque bien situado no está entre los más vendidos ni su obra es lo suficientemente complaciente para satisfacer al coleccionismo de nuevos ricos que está proliferando en el país.

Cuando estuvo en Barcelona, en octubre de 2009, para presentar su instalación en la Fundación Mies van der Rohe, aún tenía el rastro de la operación en la cabeza que tuvieron que hacerle de urgencia en Suiza a raíz de los golpes que la policia china le había propinado semanas atrás. Desde su blog, seguido por miles de compatriotas, denuncia los abusos de poder, amplifica el trabajo de otros activistas e intenta combatir lo que, a su juicio, es la «amoralidad» del gobierno. Se mostró muy desconfiado respecto a una posible respuesta occidental y apuntó la posibilidad de que el gobierno chino se «inventara» razones económicas para encerrarlo en prisión, como tal vez podría haber pasado. Quedan pocos artistas actuales capaces de combinar con esta dignidad y firmeza la autoexigencia artística y el afán de compromiso social.

Catalina Serra, Barcelona: Ai Weiwei, un iconoclasta con conciencia, EL PAÍS, 8 de abril de 2011

El trazo preciso del cineasta samurái

El viejo señor de la guerra Hidetora Ichimonji, carácter central de la película Ran (1985).- KUROSAWA PRODUCTION INC Una muestra reúne los ‘storyboards’ de los últimos filmes de Akira Kurosawa

Akira Kurosawa (1910-1998) creía en el acto creativo total. Por eso literatura y arte están en la base de una obra monumental en la que fundió su tradición cultural -era descendiente de samuráis- con influencias que van desde la pintura de Van Gogh a los dramas de Shakespeare (si Trono de sangre es su adaptación de Macbeth, Ran es una versión libre de El rey Lear) o la narrativa rusa.

Pero si lo primero en el proceso creativo de Kurosawa fue siempre la escritura del guion -solía aislarse en un hotel hasta que tenía una idea-, nunca abandonó su formación en Bellas Artes y dibujó sus propios storyboards. De hecho, a partir de los años ochenta, cuando el cine japonés se sumió en una profunda crisis, le sirvieron para promover sus proyectos entre los productores y mostrar con precisión lo que quería contar. Hasta el 12 de junio, el Museo ABC de Dibujo e Ilustración muestra 115 obras pertenecientes a los storyboards de las seis últimas películas de Kurosawa: Kagemusa, la sombra del guerrero (1980), Ran (1985), Los sueños de Akira Kurosawa (1990), Rapsodia en agosto (1991), Espera un poco (1993) y su último proyecto, El mar que nos mira, que llevó a cabo póstumamente su discípulo, Kei Kumai, en 2002. «Cuando dibujo los storyboards pienso en muchas cosas: el encuadre, la psicología y las emociones de los personajes, sus movimientos, el ángulo de la cámara adecuado para la captura de esos movimientos, la iluminación, el vestuario y los accesorios. […] De este modo concibo, materializo y plasmo la imagen de cada escena de la película antes de verla claramente. Hasta que no llega ese momento no comienzo a rodar», declaró el director. Realizados en una mezcla de técnicas -lápiz, rotulador, acuarela-, en estos dibujos preparatorios se une, en palabras del comisario de la exposición, Josep Maria Caparrós, «la compleja iconografía oriental con la pintura impresionista que tanto admiraba -Van Gogh, Renoir, Cézanne- y son, a la vez, origen y síntesis constructiva del cine de Akira Kurosawa: una partitura plástica que prefigura el rodaje de la imagen en movimiento«.

La muestra también incluye los carteles originales de su filmografía y dos piezas del vestuario de Ran, que le valió el Oscar en 1985 en ese apartado.

Muerte de Yamagata Masakage, la bandera de fuego. KUROSAWA PRODUCTION INC. BAJO LICENCIA DE HORIPRO INC.
Este dibujo, previo a Kagemusha, la sombra del guerrero, representa la Noche en el cuartel del ejército de Takeda. © Kurosawa Production Inc. Bajo licencia exclusiva de HoriPro Inc.
La exposición La mirada del samurái: los dibujos de Akira Kurosawa permanecerá en el Museo ABC hasta el 12 de junio. En ella pueden contemplarse dibujos como este, que luego plasmó en Ran (1985), una de sus películas más célebres, una particular visión de El rey Lear de Shakespeare. La escena la llamó Torreón del primer castillo: Lady Kaede salta sobre Jiro. Con sus storyboards, Kurosawa concebía "la imagen de cada escena" antes de rodarla. © Kurosawa Production Inc. Bajo licencia exclusiva de HoriPro Inc. TEXTO: M. M
¿Un van gogh? Este dibujo es un palmario ejemplo de la influencia y admiración que el prolijo pintor despertó en Kurosawa. En sus bitácoras gráficas fijaba encuadres, reflejaba la psicología de sus personajes y la iluminación de las escenas. Aquí, Cuervos. Paisaje en Auvers, que utilizó para Los sueños de Akira Kurosawa, de 1990. © Kurosawa Production Inc. Bajo licencia exclusiva de HoriPro Inc. TEXTO: M. M.

Este dibujo corresponde a la última película de Kurosawa, El mar que nos mira, concluida en 2002, cuatro años después de su muerte, por su discípulo Kei Kumai. Para sus seis obras finales, Kurosawa realizó más de 2.000 dibujos. El emperador del cine fue tildado en su país, durante mucho tiempo, como "occidentalista". Nadie discute hoy su monumental y compleja filmografía. Esta es la Escena de los burdeles: postura de mujeres. © Kurosawa Production Inc. Bajo licencia exclusiva de HoriPro Inc. TEXTO: M. M.
Este dibujo es Lady Kaede, también para la película Ran. © Kurosawa Production Inc. Bajo licencia exclusiva de HoriPro Inc. TEXTO: M. M.

La mirada del samurái: Los dibujos de Akira Kurosawa y Lorenzo Goñi: Radiografías y retratos en ABC. Museo ABC. Amaniel, 29-31.

Isabel Lafont, Madrid: El trazo preciso del cineasta samurái, EL PAÍS, 7 de abril de 2011

Canogar: «El arte es mucho más que ser original»

rafael_canogar_2A los veintipocos años colgaba ya su obra de las paredes del MoMA . Cincuenta años después atesora más de 1.000, –¡sí, mil!– exposiciones y su catálogo razonado digital recientemente presentado incluye 2.758 obras únicas (sin incluir las seriadas) y más de 3.000 citas bibliográficas.

Sin embargo, su quehacer tiene poco que ver con los grandes números. La obra de Rafael Canogar (Toledo, 1935) es esencia. Una esencia cambiante en función del lenguaje que domina cada una de las distintas etapas por las que su obra ha transitado. En un permanente proceso de búsqueda y ajeno a las modas del momento, ha pendulado del informalismo a la abstracción sin acomodarse nunca al éxito. Siempre desafiante, innovador y en primera línea de fuego de las corrientes rompedoras: «Nunca me he acomodado a un lenguaje determinado. Siempre he preferido investigar formas nuevas de expresión». Su pintura es hoy ejemplo de afán renovador, nuevas formas de comunicación y, en definitiva, arte en vanguardia. «El arte es mucho más que ser original. La creación comporta una magia que nos permite soñar y encontrarnos a nosotros mismos. Si no es así –afirma categórico–, dudo que estemos hablando de arte».


Rafael Canogar

Nació en Toledo en 1935. Su primera infancia transcurrió en San Sebastián, trasladándose con su familia a Madrid en 1944. De vocación temprana, con 13 años pasa a ser discípulo del pintor Vázquez Díaz, «del que he aprendí muchas de las cosas que han sido importantes en mi vida».

En su dilatada trayectoria como artista se aprecian distintas influencias y estilos, desde el cubismo y el surrealismo de sus primeros años a la abstracción informalista de los años cincuenta o el realismo crítico de los sesenta, para volver de nuevo a la abstracción en la década siguiente.

Su evolución técnica ha sido constante, desde el uso casi exclusivo del óleo sobre tela, al de otros materiales como poliéster, acrílico, madera y fibra de vidrio, creando como resultado obras que son en parte escultura y en parte pintura. En 1957 fue miembro fundador del grupo El Paso, junto a Manuel Millares, Antonio Saura y Manuel Rivera. Juntos propiciaron cambios significativos en el campo de la plástica, colocando a España en un primer plano de la estética del momento.

Sus obras figuran en más de 80 museos y colecciones públicas del mundo. Ha realizado diversos talleres y dado innumerables conferencias en diversos países de Europa y América. Su reconocida autoridad le ha llevado ha formar parte como jurado de cientos de premios y de bienales internacionales.

Ha recibido diversos premios y distinciones, entre ellos: Paleta de Oro en el Festival Internacional de la Pintura, Cagnes-Sur-Mer, 1969; Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo, Brasil 1971; Premio Nacional de Artes Plásticas, Madrid 1982; Chevalier L’Orde des Artes et Lettres, Francia 1985; Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, Madrid 1991; Medalla de Oro de la Comunidad de Castilla-La Mancha en 2002; Hijo Predilecto de la Ciudad de Toledo en 2002; Medalla de Oro de la Feria de Arte Contemporáneo 2006 de Sevilla; Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid, 2005; Premio Ignazio Silone per la Cultura, Roma, en 2009, etc.

Es académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1998.

Javier López Iglesias: «El arte es mucho más que ser original», hoyesarte.com, 4 de Marzo de 2011

Krippenberger, un «showman» alemán fascinado por Picasso

Una muestra explora la influencia del artista malagueño sobre Krippenberger
La muestra durará hasta el próximo 29 de mayo.efe
El Museo Picasso de Málaga explora en su nueva exposición temporal, que se inau-gura hoy, la influencia que ejerció el artista malagueño sobre el alemán Martin Krippenberger (1953-1997) a través de 55 obras, 48 libros y 73 carteles y tarjetas de invitación creados por este. «Más que una influencia estilística, hay unos paralelismos que tienen que ver más con la presencia de Picasso como nombre asociado al arte moderno, porque todos los que nacieron en la generación de Krippenbergercrecieron con el mito de Picasso»,explicó ayer en la presentación la comisaria de la muestra, Eva Meyer-Hermann.

La muestra Kippenberger miró a Picasso propone una reflexión sobre los temas de interés común en ambos creadores, como la pérdida, el reflejo de la experiencia personal en el arte y el retrato como género. Krippenberger, que con el tiempo se ganó fama de imprevisible enfant terrible, estudió desde su infancia a los grandes maestros, «y Picasso era el primero de su lista», según la comisaria. El alemán encontró su fuente de inspiración en un libro de fotografías de Duncan del que le impactaron las imágenes de una Jacqueline muy afectada tras la muerte del malagueño, que después interpretó en la serie Jacqueline: los cuadros que Pablo ya no pudo pintar.

Otro motivo de inspiración fue una imagen de Duncan en la que Picasso posaba orgulloso en calzoncillos junto a su perro, lo que llevó a Krippenberger a crear autorretratos en múltiples poses ataviado con la misma prenda. «No se le puede considerar un pupilo de Picasso porque a Krippenberger le interesó más la personalidad y cómo se presentó Picasso ante su entorno, mediante sus obras o sus apariciones públicas», apuntó Meyer-Hermann. «La palabra que mejor define a Krippenberger es showman porque no fue sólo un pintor, un escultor o un fotógrafo», explicó la comisaria. «En vida, sus obras no tuvieron una gran acogida, posiblemente porque no todos las entendieron», añadió.

La exposición permanecerá instalada en el Museo Picasso de Málaga hasta el próximo 29 de mayo.

Un «showman» alemán fascinado por Picasso, Público, 22 de febrero de 2011

Una amistad a merced del martillo

Sotheby’s de Londres subasta el retrato que Bacon hizo de Lucian Freud

Tres estudios para el retrato de Lucian Freud, obra de Francis Bacon a subasta en Sotheby's de Londres.-


Los trazos dramáticos de la brocha de Francis Bacon distorsionan y recrean el rostro de su amigo Lucian Freud, en un recorrido a través de tres pequeños lienzos que sobresale en la nueva temporada de subastas de arte en Londres. El retrato de quien hoy es reconocido como el mayor artista británico vivo -y todavía en activo-, ejecutado por uno de los autores más potentes y singulares de la pintura contemporánea. A la espera de la sentencia del martillo, hoy en Sotheby’s , Tres estudios para el retrato de Lucian Freud (1962) confía en recaudar entre 8 y 10 millones de euros, cifra considerable aunque muy por debajo de los 29,7 millones que cotizó el martes La lectura de Picasso. El tríptico de Bacon, sin embargo, ha cobrado su propio protagonismo porque emerge tras 45 años en la sombra como testamento de la relación artística y personal entre dos gigantes del arte del siglo XX.

Francis Bacon (Dublín 1909-Madrid 1992), cuyas desgarradoras pinturas le acabarían convirtiendo en uno de los artistas más cotizados de todos los tiempos, acababa de vender una de sus primeras obras a un marchante de Londres por 200 libras cuando conoció al nieto del creador del psicoanálisis. A finales de la II Guerra Mundial los puso en contacto el artista Graham Sutherland y acabaron haciéndose inseparables a lo largo de los cincuenta y los sesenta. Durante un periodo se vieron casi a diario. Ese Bacon genial que arrastraba una vida de tremendos excesos influyó en lo artístico y en lo personal en su amigo Lucian Freud, nacido en Berlín en 1922 y exiliado en la capital británica desde los 11 años tras la huida de su familia judía del nazismo. Compartieron muchas veladas en el Colony Room del Soho, y Bacon incluso logró contagiar a Freud su pasión por las apuestas. En 1954, el dúo representó al Reino Unido en la Bienal de Venecia, junto a Ben Nicholson, cimentando sus respectivas reputaciones en la escena de la vanguardia.

Los dos han sido artistas inclasificables, difíciles de encorsetar en las corrientes, y proclives a elegir a personas de sus círculos más íntimos como objeto de sus obras. Posaron con frecuencia el uno para el otro, en una suerte de fructífero diálogo entre dos personalidades artísticas de diferente sensibilidad. Bacon incitó a su amigo y colega a dejar de pensar en función del dibujo para sumergirse de lleno en la pintura. Y si bien Freud evolucionó hacia unos trazos más angulosos y rudos, nunca abandonó su recreación en el detalle a la hora de pintar de forma descarnada el cuerpo humano. No compartía el desprecio de Bacon por los fundamentos de la técnica clásica, con un resultado que condujo a sentenciar a la ex primera ministra Margaret Thatcher: «Bacon, ese hombre que pinta cuadros horribles»

Tres estudios para el retrato de Lucian Freud, que ahora sale al mercado tras la muerte de su propietario, el coleccionista George Kostalitz, es uno de los últimos frutos de aquellas intensas sesiones. Porque la relación entre Bacon y Freud se enfrió a causa de motivos nunca aclarados, aunque en los medios artísticos se apunta como factor decisivo el suicidio de George Dyer (1971), entonces amante del primero. Francis Bacon se sumergió en una etapa de profunda introspección y de ruptura radical con el pasado.

Los nombres de los dos grandes artistas que se enrocaron en ese distanciamiento vuelve a confluir de forma espectacular en mayo de 2008, cuando la venta de sendas obras hizo historia en la semana de subastas de Nueva York. Lucian Freud estableció un récord para un pintor vivo tras la venta de Benefits Superviser, Sleeping por 21,5 millones de euros. La cotización de Bacon, disparada a los 16 años de su fallecimiento durante unas vacaciones en España, llegó a registrar 55 millones de euros por su Tríptico, 1976, el precio más alto pagado hasta entonces por cualquier pintura creada a partir de la posguerra. Los dos cuadros cuelgan en la mansión londinense del magnate ruso Roman Abramovich, según la revelación del medio especializado The Art Newspaper .

En círculos del negocio del arte se ha anotado la fecha de hoy como termómetro de la cotización de Francis Bacon tras los estragos de la crisis. Las expectativas en torno a Tres estudios para el retrato de Lucian Freud aparecen altas pero, incluso si no se cumplen, su primera exhibición pública desde 1965 ya nos ha abierto otra ventana a una de las relaciones artísticas y personales más singulares de la singladura del arte contemporáneo.

Patricia Tubella, Londres: Una amistad a merced del martillo, EL PAÍS, 10 de febrero de 2011

Un singular retrato del poeta Paul Eluard, de Dalí, bate un récord en subasta

Vendido por casi 16 millones de euros, bate la marca alcanzada el miércoles por otra obra del pintor catalán

Retrato de Paul Eluard- EFEUn singular retrato del poeta Paul Eluard que pintó en 1929 Salvador Dalí batió anoche un nuevo récord mundial en la obra del artista en una subasta al alcanzar en Sotheby’s de Londres, 13.481.250 libras (15.901.108 euros). De igual manera, una escultura de hierro del también español Julio González, Masque Ombre et lumière (1930), rebasó hoy otra marca mundial en una puja al hallar comprador por un precio de 4.633.250 libras (5.464.909 euros).

Otras esculturas ofrecidas al mejor postor de González que fueron adquiridas esta noche fueron Masque My, que se vendió por 2.729.250 libras (3.219.145 euros) y Masque Japonais (1927/29), cuyo precio se acordó en 337.250 libras (397.786 euros). La subasta estuvo dedicada a una colección particular de arte moderno y contemporáneo de 60 obras de artistas como Modigliani, Giacometti, Chagall, Juan Gris, Miró, Francis Bacon, Lucian Freud, Morandi, Antoni Tápies o Eduardo Chillida.

El peculiar retrato del poeta Eluard del genio Salvador Dalí, con cuya esposa rusa, Gala, terminaría casándose el pintor español era una de las obras que más expectación habían generado. El cuadro, por el que se esperaba un precio estimado de unos 5,8 millones de euros triplicó, casi, los cálculos de los expertos.

Sotheby’s no quiso revelar todavía el nombre del comprador pero indicó que la venta se gestionó por teléfono y que en la puja participaron nueve candidatos aspirantes a hacerse con el curioso retrato, que refleja la enorme imaginación y el virtuosismo técnico de la primera etapa surrealista del artista. Ese cuadro superó, además, al anterior récord marcado este miércoles en la casa Christie’s de Londres , por otra de las obras dalinianas, el estudio para La miel es más dulce que la sangre, un pequeño cuadro preparatorio de una creación de título homónimo que se cree perdida y que adquirió la Fundación Gala-Salvador Dalí por 4.073.252 libras (4.794.215 euros).

Otro de los platos fuertes de anoche, Tres estudios para un retrato de Lucian Freud , de Francis Bacon, obra por la que se había estimado un precio de entre 8 y 11 millones de euros, dobló las expectativas al llegar a los 23.001.250 libras (27.129.930 euros). Este Bacon es testimonio de la amistad entre esos dos grandes pintores británicos del siglo XX que se conocieron al final de la Segunda Guerra Mundial.

Forman parte de la misma colección obras del propio Freud, el desnudo femenino sentado, Seated Figure, cuyo valor se negoció finalmente en 1.385.250 libras (1.633.900 euros). Modigliani estuvo representado por un excelente retrato del poeta y novelista belga Frans Hellens (1919), que fue adquirido por 3.513.250 libras (4.143.870 euros). La escultura de alambre L’Acrobat, del estadounidense Alexander Calder, amigo de Joan Miró, fue subastada por 1.285.250 libras (1.633.900 euros).

También se ofrecieron al mejor postor, con éxito, trabajos de Marc Chagall, del que se vendieron La Musique, pintada en 1967 por 1.833.250 libras (2.162.315 euros); La Danse, que llegó a 1.945.250 libras (2.294.419 euros) y Bethsabée, de 1965, que se subastó por 3.401.250 libras (4.011.768 euros). En cuanto a la obra de Eduardo Chillida puesta a subasta se vendieron las esculturas Peine del Viento II (1959) por 1.385.250 libras (1.633.900 euros ) y Helsinki (1991), adquirida por 361.250 libras (426.094 euros).

Jasper Johns, el eslabón perdido entre el expresionismo abstracto y el pop

El IVAM acoge una gran retrospectiva del artista norteamericano

«Flags» (1987). Las banderas son muy representativas en Jasper Johns- Rober Solsona

A pesar de su evidente influencia en las corrientes pictóricas posteriores a la segunda mitad del siglo XX, no es cosa frecuente encontrar en Europa una exposición monográfica dedicada a Jasper Johns (Allendale, Carolina del Sur, 1930). Más insólito resulta todavía contemplar en un mismo espacio la evolución del artista norteamericano durante los últimos cincuenta años, plasmada en todo tipo de formatos y técnicas, productos de un espíritu investigador infatigable y perfeccionista. Es por esto que la exposición «Jasper Johns. Las huellas de la memoria», que hoy se inaugura en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), es sin duda uno de los acontecimientos culturales de la temporada.

Como indica la comisaria, Martine Soria, el montaje de esta muestra ha sido en cierto modo una carrera de obstáculos, debido principalmente a las reticencias de algunas de las entidades prestatarias y de algunos «coleccionistas pusilánimes». La National Gallery of Art de Washington, el Whitney Museum de Nueva York, el Centro Pompidou de París y la Tate Gallery de Londres son algunos de los centros que han contribuido con sus obras a este proyecto.


Cifras y letras

A pesar de las trabas iniciales, el museo valenciano puede vanagloriarse de haber sido capaz de reunir algunas de las piezas que revisten mayor valor sentimental para el artista, como aquellas procedentes de los sucesores del prestigioso galerista neoyorquino Leo Castelli —que fue su descubridor—, la de la colección Sonnabend o la cedida por la Fundación Robert Rauschenberg.

De hecho, Jasper Johns —que no asistirá hoy a la inauguración, pero que sí viajará a Valencia el próximo 27 de marzo para recoger el Premio Julio González que le ha concedido el IVAM— ha prestado en primicia absoluta una escultura en bajorrelieve de aluminio, ejecutado en 2007, que no había sido presentada antes al público.

Bien nutrida con un centenar de obras datadas desde 1954 hasta la actualidad, esta retrospectiva se centra especialmente en la introducción de símbolos tipográficos en las pinturas, grabados, litografías y aguafuertes del artista, un tema recurrente en toda su trayectoria debido a su enorme fuerza alegórica.

Como elementos del lenguaje que sirven para enunciar el mundo, los números y las letras del alfabeto sirven a Johns para subrayar el rechazo de sus cuadros hacia cualquier tipo de mensaje manifiesto. Reconcentrado en la pintura desde un punto de vista materialista, relativizando el poder del contenido, el autor norteamericano le propinaba el último estacazo al expresionismo abstracto, que a finales de los años cincuenta ya vivía una progresiva decadencia.

En su representación de lugares comunes, como banderas y dianas, no hallamos rastro del ego del artista, ni preocupación alguna por transmitir emociones o compartir mundos interiores, como hacían Mark Rothko, Willem de Kooning o Jackson Pollock. Por el contrario, en la elección de elementos de la cultura popular y la conversión de las pinturas en objetos o «ready-mades» sí vemos las mimbres de un pop art primigenio.

El éxito fulgurante de un chico del Sur

Criado en el sur de Estados Unidos, Jasper Johns se traslada en 1949 a Nueva York, donde ingresa en una escuela de arte comercial. Posteriormente fue destinado con el ejército a Japón, donde permaneció hasta 1952. Ya de vuelta en Nueva York, conoció a Robert Rauschenberg y John Cage, quienes le pusieron en contacto con el coreógrafo Merce Cunningham y Marcel Duchamp. El éxito comercial y de crítica le llegó a los 28 años, tras su primera exposición en la galería Leo Castelli, en la que Alfred Barr, director del MoMA, adquirió un cuadro icónico, «Flag» (1954-1955).

Esta afrenta contra la abstracción lírica y el expresionismo abstracto puede parecer paradójica al visitante, que observa las capas libres de color y los emborronamientos empleados en muchas piezas, que dan a entender una libertad de gesto y una espontaneidad tan solo aparente, puesto que tras las pátinas añejas de sus lienzos se oculta un proceloso trabajo artesanal y una reivindicación del antiguo y lento procedimiento de la pintura a la cera. La imperfección en Jasper Johns es siempre voluntaria.

Aunque en ella abundan los lienzos de gran tamaño, los collages y los encaustos, esta exposición —que podrá visitarse hasta el 24 de abril— incide particularmente en la obra gráfica de Jasper Johns, donde éste sometía un mismo tema pictórico a distintas técnicas de estampación, desde la tinta china hasta la plancha de cobre, las litografías o las serigrafías, siguiendo la estela de admirados maestros como Matisse o Picasso.

El arte como objeto

Otro de los aspectos clave en la pintura de este hito del arte norteamericano es la distancia que siempre ha querido imponer entre pintura y representación, entre el objeto y aquello que lo nombra. De ahí la obsesión por aplicar gruesas capas de pintura y dotar a los lienzos de una tercera dimensión jugando con el papier mâche, el yeso, el vidrio o el bronce. Jasper Johns podía ser un enemigo de la abstracción, pero tenía claro que la pintura debía liberarse de lo que en el siglo XIX hacía de ella un arte de imitación. Así como su idea del arte como objeto es fácil rastrear hasta nuestros días, debemos buscar también en los objetos manufacturados de Marcel Duchamp la razón de la fascinación de Johns por el «ready-made».

Como eslabón entre el declive del expresionismo abstracto y el advenimiento del pop art, Jasper Johns es una figura imprescindible del arte del siglo XX, como lo fueron también sus amigos Frank Stella, Cy Twonbly y Robert Rauschenberg, todos ellos reconocidos también en años anteriores con el Premio Julio González del IVAM.

A sus 81 años, Johns sigue en activo, dedicándose de forma casi monacal a la investigación artística, y fiel a su perfil de artista austero, de vida reservada y poco dado a las apariciones públicas.

Marta Moreira, Valencia: Jasper Johns, el eslabón perdido entre el expresionismo abstracto y el pop,
ABC, 1 de febrero de 2011

Warhol, monumental

El autorretrato de Warhol que saldrá a subasta. | AFP Un monumental autorretrato del artista estadounidense Andy Warhol (1928-1987) que fue descubierto recientemente tras pasar varias décadas en manos privadas puede ser ahora observado en público por primera vez en la sede neoyorquina de Christie’s antes de salir a subasta el próximo mes en Londres.

Los neoyorquinos pueden disfrutar así hasta este miércoles de una obra de gran tamaño, con el rojo y el blanco como colores dominantes y fechada en 1967, que forma parte de una serie de diez autorretratos «históricos» que creó el padre del Pop Art, según indicaron los responsables de la casa de subastas en un comunicado. La pieza, valorada entre 3 y 5 millones de libras (en torno a 3,5 y 5,8 millones de euros) y que muestra al conocido artista con el rostro posado sobre una mano, centra una de las salas en Nueva York de Christie’s, que organizará su subasta en Londres el próximo 16 de febrero, para venderlo junto a otras importantes obras de arte contemporáneo. La obra forma parte de una colección particular desde 1974, cuando el actual propietario la compró al conocido galerista neoyorquino Leo Castelli. «Estamos entusiasmados con la posibilidad de ofrecer esta redescubierta obra maestra de Warhol. En el momento de su creación, Warhol estaba en el punto más alto de su creatividad«, indicó el jefe de arte contemporáneo y de posguerra de Christie’s en Europa, Francis Outred, en el mismo comunicado.

Los mayores autorretratos

Outred también explicó que la serie a la que pertenece la pieza en cuestión constaba de los mayores autorretratos jamás ejecutados por Warhol y que el hecho de que cinco de los cuadros que la forman estén expuestos en museos alrededor del mundo es «un testamento de su importancia». Seis piezas de esa misma serie también fueron expuestas en el pabellón estadounidense en la Exposición Universal de Montreal en 1967, donde recibieron la visita de millones de personas. Christie’s destacó además que, en el momento en el que creó esas piezas, Warhol ya era «internacionalmente reconocido como la figura más importante y controvertida del Pop Art estadounidense», y que el artista disfrutaba así de «gran riqueza y fama como una celebridad que presentaba su imagen con confianza a un público mundial de millones de personas».

Además de esta obra de Warhol, Christie’s también expone en Nueva York otras de las obras que pondrá a la venta en Londres el próximo mes, entre las que destaca la escultura ‘Winter Bears’ (1988), de Jeff Koons (1955), una pieza que forma parte de la serie ‘Banality’, que contribuyó a lanzar la carrera internacional del artista.Esta obra muestra a dos ositos de 120 centímetros de altura, que parecen sacados de una tira cómica y que representan a Adán y Eva como una sonriente pareja alpina con uno de esos corazones típicos de San Valentín colgando de sus manos unidas.También se subastarán, entre muchas otras, piezas de los españoles Eduardo Chillida (1924-2004) y Miquel Barceló (1957), así como del estadounidense Jean-Michel Basquiat, el italiano Piero Manzoni, el italo-argentino Lucio Fontana, el francés Martial Raysse y los británicos Damien Hirst y Jenny Saville.

Efe | Nueva York: Warhol, monumental, EL MUNDO, 25 de enero de 2011

Un cuadro de Mao Zedong tiroteado ha costado más de 200.000 euros

El propio Warhol etiquetó las marcas como 'tiro de advertencia' e 'impacto de bala'./ EP

Un retrato de Mao Zedong realizado por Andy Warhol -célebre por ser al que el actor Dennis Hopper disparó dos balas– se ha vendido por 231.619 euros (302.500 dólares). (231.619, más de 10 veces su máximo valor estimado según informó Christie’s. La serigrafía de 1972 era parte de la colección de arte del propio Hopper y está compuesta principalmente de tonos azules y verdes incluido un rostro de Mao, el fundador del estado comunista moderno, en azul profundo. La obra tenía un precio estimado de venta de entre 20.000 a 30.000 dólares y era parte de los dos días de subastas de cientos de obras de la colección y artículos personales de la casa en California del fallecido actor.

Mao figuraba entre las personalidades icónicas del universo de Warhol. El cuadro de Hopper era único debido a que tenía agujeros de bala que fueron realizados después de que el excéntrico actor, presa del pánico, confundiera «el retrato en su pared con el propio Mao y le disparó», señaló Christie’s. Hopper, quien falleció el año pasado de cáncer a los 74 años, mostró posteriormente los agujeros a Warhol y ambos consideraron la obra como una colaboración. Warhol dibujó círculos alrededor de los impactos de bala, etiquetando una sobre el hombro derecho de Mao como «tiro de advertencia» y uno sobre su párpado superior izquierdo como «impacto de bala».

Obras millonarias

Otra legendaria serigrafía de Warhol realizada en 1967 de Marilyn Monroe alcanzó los 206.500 dólares o alrededor de cuatro veces su valor estimado de preventa. Gran parte de las pieza de arte más valiosas de Hopper fueron vendidas en noviembre durante la subasta de arte contemporáneo y de posguerra de Christie’s, logrando más de 10 millones de dólares para su patrimonio. La venta, que también incluye obras de Annie Leibovitz, Marcel Duchamp, Helmut Newton y más trabajos de Warhol, culmina el miércoles.

REUTERS/EP Nueva York: Un cuadro de Mao Zedong tiroteado ha costado más de 200.000 euros,
Público, 12 de enero de 2011

La Juan March cartografía la abstracción geométrica latinoamericana

PRATI_Lidy_Concreto_o_Sin_titulo_1945iEl próximo 11 de febrero, la Fundación Juan March inaugura en su sede madrileña la exposición América fría. La abstracción geométrica en Latinoamérica (1934-1973), una muestra que pretende cartografiar de modo expreso y sistemático la compleja y fragmentada historia de la abstracción geométrica en Iberoamérica a través de 130 obras de 50 artistas.

El mapa resultante quiere mostrar tanto la influencia en los artistas abstractos de Latinoamérica de la tradición del viejo continente, como la decisiva ruptura con esa tradición: la renovación y el carácter diferenciado que asume la abstracción geométrica en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Uruguay y Venezuela, respecto a la tradición artística europea.

Las obras proceden de museos y colecciones privadas de Europa, Estados Unidos y América Latina, en el mayor esfuerzo realizado nunca por reunir las mejores piezas de las mejores colecciones públicas y privadas al servicio de una visión panorámica de las corrientes abstractas americanas.

Este proyecto de la Fundación Juan March cuenta con el cubano Osbel Suárez como comisario invitado y, además, con la participación de algunos de los más reputados artistas y conocedores del arte en Latinoamérica, como Ferreira Gullar, César Paternosto, Luis Pérez Oramas, Gabriel Pérez Barreiro o María Amalia García, entre otros.

Otra Latinoamérica

TORRES GARCIA, Joaquin: Construction in White an Black, 1938En las obras de los artistas latinoamericanos de esas décadas, en los textos y reflexiones y textos de sus manifiestos y las publicaciones que ellos inspiraron y propiciaron, en sus pretensiones y convicciones estéticas se vislumbra una Latinoamérica diversa del estereotipo habitual.

Frente a la identificación sin residuos del sur del nuevo Continente con el Trópico y el Caribe, con el exceso expresivo y el calor de lo espontáneo, con lo indígena y lo particular, comparece una América que se puede calificar, positivamente, de “fría”: objetiva, geométrica, racional, la América de unos artistas que tomaron la distancia de la objetividad respecto de las tradiciones particulares propias y de las ajenas para elaborar una abstracción esencial que sigue fascinando y sorprendiendo.

Otras realidades

El arco temporal de la exposición lo cierran dos viajes de retorno a América, en 1934 y en 1973. En la primera de esas fechas, Joaquín Torres-García regresa a Montevideo tras más de cuatro décadas en Europa; por su parte, en 1973, Jesús Rafael Soto regresa también desde Europa a Ciudad Bolívar, su ciudad natal, para inaugurar la primera fase del museo que lleva su nombre. También en ese año mueren los brasileños Waldemar Cordeiro e Iván Serpa, fundadores de los grupos Ruptura y Frente, respectivamente.

La exposición presenta otras realidades además de la pintura, como la fotografía, la escultura o la arquitectura. Entre obras y documentos, la exposición contará con casi 300 piezas, algunas de ellas nunca vistas fuera de sus países de origen.

Madrid. América fría. La abstracción geométrica en Latinoamérica (1934-1973). Fundación Juan March. Del 11 de febrero al 15 de mayo de 2011.