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Extremadura, Página 2

Por el Camino Natural del Guadiana

Un día de otoño, antes de que el viento desnude los árboles amarillos de la ribera, o bien una jornada de primavera, cuando los trinos ponen letra a la música del agua. Preparamos lo poco que necesitaremos y nos echamos al campo. Andando o en bicicleta. Pero sin prisas, dispuestos a ver lo que cotidianamente no nos detenemos a mirar. Vamos a recorrer un tramo del Camino Natural del Guadiana, uno de los senderos establecidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que sigue al Guadiana a lo largo de su discurrir por el territorio nacional. La etapa 31 de este recorrido nos llevará desde La Zarza hasta Mérida, con una distancia de casi 19 kilómetros y sin apenas desniveles, por un camino cómodo y sin dificultad alguna. Nosotros lo realizaremos a pie y lo completaremos en cuatro o cinco horas, aunque la duración dependerá del interés de cada cual.


Los preparativos deben incluir la vestimenta apropiada según las condiciones atmosféricas previstas para la jornada, además de un ligero bocado y agua, pues no encontraremos ningún punto de abastecimiento en todo el trayecto. Vamos dispuestos a observar detenidamente la naturaleza, por lo que prestaremos atención a la vegetación y a la fauna. Es conveniente, por tanto, que no olvidemos los prismáticos, un cuaderno de notas y alguna guía de identificación de especies. Si queremos ahorrar peso en nuestra mochila, podemos descargar algunas apps gratuitas en nuestro móvil (“Aves de España” y “Arbolapp”, por ejemplo), que también nos servirá para tomar fotos. Es imprescindible tener presente que nunca debemos arrojar basura al medio natural y que debemos evitar producir ruidos.

Los paisajes que vamos a recorrer están en parte incluidos en un espacio protegido, el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del río Guadiana Alto-Zújar. Los LIC son, según la Ley de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura, lugares que contribuyen de forma apreciable a mantener determinados hábitats naturales y especies de interés en la Unión Europea. En nuestra zona, el LIC incluye todo el tramo del río Guadiana que delimita al norte el término municipal de La Zarza, así como el río Matachel desde la presa de Alange hasta su desembocadura en el Guadiana. Es en este último sector donde podremos apreciar el hábitat típico de las riberas, el bosque galería. Chopos, fresnos, sauces, mimbreras,… crecen en una tupida espesura junto al cauce, pues necesitan abundante agua para su desarrollo. A estas especies arbóreas les acompañan otras propias del sotobosque ribereño mediterráneo, como la adelfa, el taray y la enea. En las orillas del Guadiana, sin embargo, son frecuentes otras especies alóctonas introducidas por el hombre, como el eucalipto, la caña y el camalote. Esta última es una planta acuática considerada una de las especies invasoras más problemáticas en Extremadura.


Pero es hora de ponerse en marcha. Justo desde la carretera EX­-105 iniciamos la caminata, a la altura de la calle Mérida, en las proximidades de la Ciudad Deportiva de La Zarza. Será fácil seguir el trayecto, pues la señalización (con indicativos metálicos de color rojizo sobre soportes de madera) está bien definida. Uno de los primeros elementos que encontraremos será el canal del Zújar, una de las principales arterias de riego en las vegas del Guadiana. Continuaremos por una pista asfaltada, con precaución ante el posible tránsito de vehículos, rodeados por campos de cultivo (maizales y olivar principalmente) hasta llegar a unas parcelas dedicadas a la ganadería porcina. Aquí el camino pasa a ser terrero y pronto nos lleva hasta el río Matachel. Antes de cruzarlo por un vado podemos obtener información ambiental en uno de los distintos paneles informativos de “Corredores ecofluviales de la provincia de Badajoz” que encontraremos a lo largo de nuestro paseo. Es el momento de realizar una primera parada y observar la vegetación de ribera, así como tratar de descubrir entre la espesura algunas de las aves propias de estos hábitats (zarceros, mosquiteros, currucas, herrerillos, carboneros,…). Si es primavera, a partir de este punto sus trinos nos acompañarán sin cesar. Además, en las piedras y troncos de la orilla podríamos detectar excrementos de nutria, uno de los mamíferos habituales en nuestros ríos. Si la nutria está directamente asociada al agua, el meloncillo campea entre la vegetación de las orillas. Lamentablemente, los anfibios y reptiles acuáticos cada vez escasean más, pero ranas y galápagos leprosos aún suelen ser frecuentes en nuestros ríos.



El cerro Alanjón se eleva frente a nosotros al cruzar el Matachel, y a continuación seguimos aguas abajo, avanzando entre dos hábitats bien contrastados: a la izquierda los campos de cultivo, a la derecha el bosque de ribera. Este es un tramo de muy agradable paseo, y en el que es conveniente detenerse de cuando en cuando y otear el cielo en busca de alguna rapaz en vuelo, como el buitre leonado, las águilas perdicera y calzada o los milanos negro y real. Volvemos a cruzar el Matachel y en su margen derecha observaremos arrozales, donde seguramente podamos ver algunas garcillas bueyeras, y si es época de invernada, también avefrías y gaviotas. De nuevo, esta vez la última, cruzaremos el Matachel y enseguida tomaremos una estrecha senda a la derecha. A partir de aquí el camino ya está prohibido para los vehículos a motor. Superado el tramo estrecho en la zona de confluencia del Matachel y el Guadiana, el recorrido transcurre entre este último y la carretera que une Alange con Mérida. Esta proximidad permite acceder en vehículo desde la carretera hasta el camino en distintos puntos y, dado que el camino está asfaltado o encementado en la parte inicial de este tramo, es muy apropiado para su disfrute por personas con movilidad reducida. Por otra parte, conviene avisar de que, en caso de realizar el recorrido en bici, se debe circular con precaución, pues podemos cruzarnos con otras personas, y además si el pavimento está mojado es fácil resbalar.



A la altura de la urbanización Miralrío, tras superar el límite del término municipal de La Zarza, el camino vuelve a ser de tierra y la espesura de árboles de ribera y encinas nos proporciona sombra, que también aprovechan los rabilargos y los mirlos. Llegamos después al centro de interpretación “El Berrocal”, un antiguo edificio conocido como “la fábrica de luz” (una minicentral hidroeléctrica), gestionado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que constituye uno de los equipamientos de apoyo para el programa de Voluntarios en Ríos. Aunque la instalación suele encontrarse cerrada, conviene realizar una parada en el área de descanso para leer los paneles informativos y acercarnos al azud próximo. Es esta una zona adecuada para observar aves acuáticas y de ribera, como las garzas real e imperial, la garceta común, el martinete, el cormorán o el ánade real. Otras aves más pequeñas, pero de llamativos colores, son la oropéndola y el martín pescador. Y más adelante tendremos ocasión de observar muy de cerca una colonia de cigüeñas blancas, cuyos numerosos nidos se levantan como almenas sobre unas viejas paredes, justo a la izquierda del camino. No debemos olvidar que es muy importante no causar molestias a las aves, sobre todo si se encuentran en el periodo de incubación, pues podemos provocar la pérdida de la puesta.


El tramo final de nuestro recorrido nos aproxima a nuestro destino. Tras pasar bajo el puente de la carretera N-V se nos muestra en toda su longitud la prolongada arquería pétrea del puente romano de Mérida, construido para cruzar el río Ana, cuyo nombre latino tal vez tenga origen en el prefijo celta an (agua). Los árabes, después, lo llamarían Wadi-Ana(río Ana).

El río ha sido siempre una metáfora de nuestras vidas. Poetas y filósofos, gentes contemplativas y reflexivas, han visto en el río el símbolo del transcurrir de nuestra existencia. Así como es penoso tropezar en la vida con dificultades, es también triste comprobar cómo hay personas insensibles a su propio camino, a su propio río. Nuestro entorno es el río que sostiene nuestras vidas. Todos (senderistas, cicloturistas, pescadores, visitantes) debemos colaborar para mantener limpios nuestros ríos, respetando sus orillas, pues al fin y al cabo son las nuestras.

Publicado en Hoylazarza.es (diciembre 2014).

Por el Camino Natural del Guadiana

Un día de otoño, antes de que el viento desnude los árboles amarillos de la ribera, o bien una jornada de primavera, cuando los trinos ponen letra a la música del agua. Preparamos lo poco que necesitaremos y nos echamos al campo. Andando o en bicicleta. Pero sin prisas, dispuestos a ver lo que cotidianamente no nos detenemos a mirar. Vamos a recorrer un tramo del Camino Natural del Guadiana, uno de los senderos establecidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que sigue al Guadiana a lo largo de su discurrir por el territorio nacional. La etapa 31 de este recorrido nos llevará desde La Zarza hasta Mérida, con una distancia de casi 19 kilómetros y sin apenas desniveles, por un camino cómodo y sin dificultad alguna. Nosotros lo realizaremos a pie y lo completaremos en cuatro o cinco horas, aunque la duración dependerá del interés de cada cual.


Los preparativos deben incluir la vestimenta apropiada según las condiciones atmosféricas previstas para la jornada, además de un ligero bocado y agua, pues no encontraremos ningún punto de abastecimiento en todo el trayecto. Vamos dispuestos a observar detenidamente la naturaleza, por lo que prestaremos atención a la vegetación y a la fauna. Es conveniente, por tanto, que no olvidemos los prismáticos, un cuaderno de notas y alguna guía de identificación de especies. Si queremos ahorrar peso en nuestra mochila, podemos descargar algunas apps gratuitas en nuestro móvil (“Aves de España” y “Arbolapp”, por ejemplo), que también nos servirá para tomar fotos. Es imprescindible tener presente que nunca debemos arrojar basura al medio natural y que debemos evitar producir ruidos.

Los paisajes que vamos a recorrer están en parte incluidos en un espacio protegido, el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del río Guadiana Alto-Zújar. Los LIC son, según la Ley de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura, lugares que contribuyen de forma apreciable a mantener determinados hábitats naturales y especies de interés en la Unión Europea. En nuestra zona, el LIC incluye todo el tramo del río Guadiana que delimita al norte el término municipal de La Zarza, así como el río Matachel desde la presa de Alange hasta su desembocadura en el Guadiana. Es en este último sector donde podremos apreciar el hábitat típico de las riberas, el bosque galería. Chopos, fresnos, sauces, mimbreras,… crecen en una tupida espesura junto al cauce, pues necesitan abundante agua para su desarrollo. A estas especies arbóreas les acompañan otras propias del sotobosque ribereño mediterráneo, como la adelfa, el taray y la enea. En las orillas del Guadiana, sin embargo, son frecuentes otras especies alóctonas introducidas por el hombre, como el eucalipto, la caña y el camalote. Esta última es una planta acuática considerada una de las especies invasoras más problemáticas en Extremadura.


Pero es hora de ponerse en marcha. Justo desde la carretera EX­-105 iniciamos la caminata, a la altura de la calle Mérida, en las proximidades de la Ciudad Deportiva de La Zarza. Será fácil seguir el trayecto, pues la señalización (con indicativos metálicos de color rojizo sobre soportes de madera) está bien definida. Uno de los primeros elementos que encontraremos será el canal del Zújar, una de las principales arterias de riego en las vegas del Guadiana. Continuaremos por una pista asfaltada, con precaución ante el posible tránsito de vehículos, rodeados por campos de cultivo (maizales y olivar principalmente) hasta llegar a unas parcelas dedicadas a la ganadería porcina. Aquí el camino pasa a ser terrero y pronto nos lleva hasta el río Matachel. Antes de cruzarlo por un vado podemos obtener información ambiental en uno de los distintos paneles informativos de “Corredores ecofluviales de la provincia de Badajoz” que encontraremos a lo largo de nuestro paseo. Es el momento de realizar una primera parada y observar la vegetación de ribera, así como tratar de descubrir entre la espesura algunas de las aves propias de estos hábitats (zarceros, mosquiteros, currucas, herrerillos, carboneros,…). Si es primavera, a partir de este punto sus trinos nos acompañarán sin cesar. Además, en las piedras y troncos de la orilla podríamos detectar excrementos de nutria, uno de los mamíferos habituales en nuestros ríos. Si la nutria está directamente asociada al agua, el meloncillo campea entre la vegetación de las orillas. Lamentablemente, los anfibios y reptiles acuáticos cada vez escasean más, pero ranas y galápagos leprosos aún suelen ser frecuentes en nuestros ríos.



El cerro Alanjón se eleva frente a nosotros al cruzar el Matachel, y a continuación seguimos aguas abajo, avanzando entre dos hábitats bien contrastados: a la izquierda los campos de cultivo, a la derecha el bosque de ribera. Este es un tramo de muy agradable paseo, y en el que es conveniente detenerse de cuando en cuando y otear el cielo en busca de alguna rapaz en vuelo, como el buitre leonado, las águilas perdicera y calzada o los milanos negro y real. Volvemos a cruzar el Matachel y en su margen derecha observaremos arrozales, donde seguramente podamos ver algunas garcillas bueyeras, y si es época de invernada, también avefrías y gaviotas. De nuevo, esta vez la última, cruzaremos el Matachel y enseguida tomaremos una estrecha senda a la derecha. A partir de aquí el camino ya está prohibido para los vehículos a motor. Superado el tramo estrecho en la zona de confluencia del Matachel y el Guadiana, el recorrido transcurre entre este último y la carretera que une Alange con Mérida. Esta proximidad permite acceder en vehículo desde la carretera hasta el camino en distintos puntos y, dado que el camino está asfaltado o encementado en la parte inicial de este tramo, es muy apropiado para su disfrute por personas con movilidad reducida. Por otra parte, conviene avisar de que, en caso de realizar el recorrido en bici, se debe circular con precaución, pues podemos cruzarnos con otras personas, y además si el pavimento está mojado es fácil resbalar.



A la altura de la urbanización Miralrío, tras superar el límite del término municipal de La Zarza, el camino vuelve a ser de tierra y la espesura de árboles de ribera y encinas nos proporciona sombra, que también aprovechan los rabilargos y los mirlos. Llegamos después al centro de interpretación “El Berrocal”, un antiguo edificio conocido como “la fábrica de luz” (una minicentral hidroeléctrica), gestionado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que constituye uno de los equipamientos de apoyo para el programa de Voluntarios en Ríos. Aunque la instalación suele encontrarse cerrada, conviene realizar una parada en el área de descanso para leer los paneles informativos y acercarnos al azud próximo. Es esta una zona adecuada para observar aves acuáticas y de ribera, como las garzas real e imperial, la garceta común, el martinete, el cormorán o el ánade real. Otras aves más pequeñas, pero de llamativos colores, son la oropéndola y el martín pescador. Y más adelante tendremos ocasión de observar muy de cerca una colonia de cigüeñas blancas, cuyos numerosos nidos se levantan como almenas sobre unas viejas paredes, justo a la izquierda del camino. No debemos olvidar que es muy importante no causar molestias a las aves, sobre todo si se encuentran en el periodo de incubación, pues podemos provocar la pérdida de la puesta.


El tramo final de nuestro recorrido nos aproxima a nuestro destino. Tras pasar bajo el puente de la carretera N-V se nos muestra en toda su longitud la prolongada arquería pétrea del puente romano de Mérida, construido para cruzar el río Ana, cuyo nombre latino tal vez tenga origen en el prefijo celta an (agua). Los árabes, después, lo llamarían Wadi-Ana(río Ana).

El río ha sido siempre una metáfora de nuestras vidas. Poetas y filósofos, gentes contemplativas y reflexivas, han visto en el río el símbolo del transcurrir de nuestra existencia. Así como es penoso tropezar en la vida con dificultades, es también triste comprobar cómo hay personas insensibles a su propio camino, a su propio río. Nuestro entorno es el río que sostiene nuestras vidas. Todos (senderistas, cicloturistas, pescadores, visitantes) debemos colaborar para mantener limpios nuestros ríos, respetando sus orillas, pues al fin y al cabo son las nuestras.

Publicado en Hoylazarza.es (diciembre 2014).

Concurso Eustory

Eustory es un concurso de historia para jóvenes de 4º ESO, Bachillerato, FP y ESPA que se celebra en toda España y América. Los jóvenes de 14 a 21 años se convierten en historiadores de lo que les rodea, sacando a la luz elementos clave de la historia que no aparece en los libros de texto. Indagan en su propio pasado siempre en relación a un tema específico, que en la presente edición será «América«.

Toda la información en

http://eustory.es/

Concurso Eustory

Eustory es un concurso de historia para jóvenes de 4º ESO, Bachillerato, FP y ESPA que se celebra en toda España y América. Los jóvenes de 14 a 21 años se convierten en historiadores de lo que les rodea, sacando a la luz elementos clave de la historia que no aparece en los libros de texto. Indagan en su propio pasado siempre en relación a un tema específico, que en la presente edición será «América«.

Toda la información en

http://eustory.es/

Prácticas culturales importantes para la conservación ambiental

Molinos en el Guadiana portugués (foto José Antonio Palomo).
El proyecto PRÁCTICAS CULTURALES TRADICIONALES DE IMPORTANCIA PARA LA CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA Y EL MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA Y PORTUGAL, impulsado por la Asociación Trashumancia y Naturaleza, se propone identificar las prácticas culturales tradicionales relacionadas con el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
Para la provincia de Badajoz (y en el suroeste peninsular en general) nos interesan prácticas tradicionales como puedan ser la pesca en el río Guadiana y sus afluentes, la alfarería de Tierra de Barros, los molinos fluviales, la recolección de productos naturales, las actividades agrícolas y ganaderas, etc.
Con el propósito de recoger información sobre todas estas prácticas solicito tu colaboración. Puedes enviar fotografías, vídeos (por ejemplo, entrevistas a personas que conocieron o practican actividades tradicionales), enlaces o textos a:
Si lo prefieres puedes complementar el siguiente formulario en red o descargártelo y rellenarlo posteriormente.

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Prácticas culturales importantes para la conservación ambiental

Molinos en el Guadiana portugués (foto José Antonio Palomo).
El proyecto PRÁCTICAS CULTURALES TRADICIONALES DE IMPORTANCIA PARA LA CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA Y EL MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA Y PORTUGAL, impulsado por la Asociación Trashumancia y Naturaleza, se propone identificar las prácticas culturales tradicionales relacionadas con el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
Para la provincia de Badajoz (y en el suroeste peninsular en general) nos interesan prácticas tradicionales como puedan ser la pesca en el río Guadiana y sus afluentes, la alfarería de Tierra de Barros, los molinos fluviales, la recolección de productos naturales, las actividades agrícolas y ganaderas, etc.
Con el propósito de recoger información sobre todas estas prácticas solicito tu colaboración. Puedes enviar fotografías, vídeos (por ejemplo, entrevistas a personas que conocieron o practican actividades tradicionales), enlaces o textos a:
Si lo prefieres puedes complementar el siguiente formulario en red o descargártelo y rellenarlo posteriormente.

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